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Motociclismo
Motociclismo: Campeonatos resueltos, no sin sufrimiento.
El italiano Enea Bastianini (Kalex) y el español Albert Arenas (KTM) sufrieron de lo lindo, sobre todo el segundo, para conseguir alcanzar su objetivo de proclamarse campeones del mundo en sus respectivas categorías de Moto2 y Moto3.

 Juan Antonio Lladós - Publicado el 23/noviembre/20
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Albert Arenas (KTM) comenzó la carrera en muy buenas condiciones y con un Raúl Fernández (KTM) inabordable. Por delante sólo se tenía que centrar en controlar a sus rivales, y lo hizo, el problema fue que además de Tony Arbolino (Honda), que llegó desde atrás como un misil, o Ai Ogura (Honda), se mostró dubitativo en varias fases de la contienda. Alrededor de ellos se formó un nutrido grupo de pilotos que parecían verse muy afectados por el hecho de que otros se estuviesen jugando el título mundial.

Se podría decir que hubo prácticamente de todo. Toques entre motos, adelantamientos al límite y tensión, mucha tensión, en la que todos los protagonistas jugaron su papel pero en donde sólo podía ganar uno y ese fue Albert Arenas, aunque acabase duodécimo y que le bastó para proclamarse campeón del mundo.

Arenas demostró ser el más regular en una temporada muy extraña, la más extraña de la historia del campeonato del mundo de motociclismo, con tres victorias y dos podios más, suficientes para ganar el campeonato con apenas cuatro puntos de ventaja sobre el italiano Tony Arbolino y el japonés Ai Ogura, que en ese orden acabaron en el campeonato por el mayor número de victorias del italiano, frente a ninguna del nipón en toda la temporada.

La resolución del título de Moto3 fue la más agónica del fin de semana pero se saldó con el vigésimo primer campeón del mundo y el quincuagésimo cuarto cetro mundial del motociclismo español.

Algo más sencillo le resultó el título al italiano Enea Bastianini, pues aunque por delante tuvo a Luca Marini (Kalex) y Sam Lowes (Estrella Galicia 0`0 Kalex), sus principales rivales en la pelea por el campeonato, siempre estuvo tras su estela controlando la situación para evitar sorpresas desagradables.

Al igual que sucediera en Moto3, el favorito, Enea Bastianini, se adjudicó el título, y sus rivales acabaron empatados tras él, con la segunda plaza para el italiano por el mayor número de segundas posiciones, al estar igualados ambos a tres victorias a lo largo de la temporada.

No hubo color en MotoGP. El portugués Miguel Oliveira (KTM RC 16) ejerció de "Julio César" con su célebre frase "Veni, vidi, vinci" y eso fue lo que hizo, llegó, vio y venció y, además, ganó de una manera abrumadora y clara una carrera en la que obviamente contó con cierta ventaja pues eran muchos los pilotos que no habían rodado nunca en ese circuito y quienes lo habían hecho lo hicieron con motos muy distintas a las actuales MotoGP.

Aunque a él le costó reconocerlo, un trazado tan especial, variado y técnico como el de Portimao, jugó a su favor en esta ocasión para lograr la segunda victoria de la temporada, pero seguramente el próximo año, si entra la carrera portuguesa, que es primera reserva del calendario, la situación será muy distinta.

El interés de la carrera de MotoGP estaba centrado en conocer quién sería el subcampeón. El italiano Franco Morbidelli (Yamaha YZR M 1) no ganó, pero la tercera posición fue suficiente para adjudicársela en propiedad, con Alex Rins tercero, a pesar de que su rendimiento mermó de manera preocupante para relegarlo a una discreta decimoquinta posición final.

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