En total, doce etapas más un prólogo de 11 kilómetros en los aledaños del estadio Rey Abdallah de la ciudad de Yeda, que albergará el primer campamento. Una etapa que servirá para definir el orden de salida del dÃa siguiente.
La entrada en materia se producirá en las pistas que unen Yeda y Bisha, rumbo al sur del paÃs, antes de afrontar las primeras dunas.
La caravana pondrá al dÃa siguiente rumbo a Riad en una jornada de transición, camino del norte con escala en Buraydah, en una etapa que pondrá a prueba los nervios de los pilotos, y Ha`il, sede de la etapa de descanso, donde los participantes llegarán tras superar una jornada plena de arena.
Tras el reposo llegará la etapa maratón con meta en Sakaka, el punto más septentrional de la edición en su mayorÃa entre montañas arenosas combinadas con llanos pedregosos en los que la clave será controlar el esfuerzo.
Las consecuencias de la etapa sin asistencia se verán en la octava etapa con llegada a Neom, frente a la penÃnsula del SinaÃ, de nuevo en las costas del mar Rojo, donde el recorrido permitirá tirar más de acelerador.
Esa misma ciudad será meta de la siguiente etapa, de nuevo muy rodadora, antes de poner dirección a Al-Ula, tras atravesar una región semimontañosa, lejos de la arena.
La intensidad bajará en la última etapa, entre celebración y dificultad, que designará al ganador final en cada categorÃa que subirá al podio situado en Yeda.
Castera recordó que el Dakar renunció a entrar en otros paÃses a causa de la COVID-19, pero que Arabia Saudà ofrece terreno suficiente para variar recorridos y que el de la edición 2021 será "en un 80-90 % diferente" al del año pasado.
El director de la prueba destacó que temió por la disputa de la carrera, pero dijo que el apoyo de las autoridades saudÃes fue esencial.
"Allà no hay mucho covid y nos dijeron que lo tenÃan todo entre manos", señaló Castera, que pese a las restricciones a los movimientos impuestas en muchos paÃses ahora está convencido de poder llevar a todos los vehÃculos y participantes hasta la penÃnsula arábiga.
"Será un Dakar particular, como todo lo que se hace ahora. Vamos a hacer un Dakar sin espectadores, sin nadie, con el mÃnimo de gente, pero tenemos la suerte de estar ahÃ, de poder hacerlo. Es algo precioso para todos", agregó el director.
Castera lamentó que haya menos participantes, por la pandemia y por las dificultades financieras, un impacto que se ha dejado ver sobre todo en las motos, porque coches y camiones repiten el número del año pasado.
En las dos ruedas el descenso ronda el 15 % y se ha visto afectado sobre todo entre los equipos que tenÃan un presupuesto más bajo, señaló Castera, que sin embargo aseguró que la calidad de los participantes se muy elevada y se felicitó por ello.
Sin embargo, no ocultó su preocupación porque la crisis financiera que puede seguir a la sanitaria pueda traducirse en un descenso de los patrocinios a los equipos y afectar de forma importante a la participación en 2022.