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Se trata de un crossover coupé eléctrico de cuatro puertas con dos motores que generan 225 kW (306 CV) y que le permiten alcanzar una autonomía máxima de 500 kilómetros con cero emisiones, según el sistema WLTP, con una batería de ion litio de 83 kWh, que puede cargarse en un 80% en 30 minutos.

Monta tracción integral (gracias a que uno de los motores va emplazado en el eje delantero y el otro en el trasero) y para su fabricación se ha empleado la plataforma modular eléctrica MEB del Grupo Volkswagen, al que pertenece Skoda.

El Vision iV, que mide 4,66 metros de largo, 1,92 metros de ancho y 1,61 metros de alto, exhibe formas deportivas, que serán las que adopte el modelo de serie que se fabricará.

Carece de tiradores, ya que las puertas se abren automáticamente solo con tocarlas; y los espejos retrovisores exteriores se han sustituido por cámaras de 180º que proyectan las imágenes en el retrovisor interior.

Según el fabricante, gracias al uso de radares, cámaras, escáner de láser, sensores y la conectividad 5G, el coche puede comunicarse con otros vehículos para ir en conducción autónoma nivel 3 en determinadas situaciones. También dispone de una función para aparcar por sí mismo.

El prototipo eléctrico de Skoda equipa la última generación de infoentretenimiento, que permite al conductor integrar completamente su dispositivo móvil en el coche y usarlo así como llave para abrirlo y cerrarlo.

Skoda también destaca de su prototipo el amplio espacio interior con el que cuenta y el maletero (de 550 litros).

Junto a este prototipo también se puede ver la gama completa de servicios de movilidad del fabricante checo, en el que tendrá un protagonismo destacado el Kamiq, el nuevo integrante de la familia SUV.

El Scala, por su parte, es la nueva propuesta de Skoda para el segmento de coches compactos, mientras que para los rallies la apuesta pasa por el Fabia R5., el coche de rally más exitoso de la historia de la marca, también estará presente en el stand de Skoda.

Skoda tampoco se ha olvidado de la movilidad en las urbes, para las que propone el Klement, un prototipo eléctrico de dos ruedas, que recuerda al origen de la marca, cuando hace 124 años sus fundadores, Václav Laurin y Václav Klement, empezaron a producir bicicletas.

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