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"Necesitamos más tiempo para cerrar las negociaciones y alcanzar un acuerdo. Por eso solicitamos una reconstrucción empresarial. Tenemos la intención de pagar todas nuestras deudas a los proveedores", informó NEVS en un comunicado.
Las conversaciones con "dos fabricantes de vehÃculos mundiales" -que según la emisora Radio de Suecia son la india Mahindra y la china Dongfeng- van "hacia adelante", pero son "complejas" y llevan más tiempo del previsto, explicó NEVS.
La gran mayorÃa de los proveedores ha decidido esperar al resultado de las negociaciones, pero algunos han reclamado el cobro por vÃa ejecutiva de las deudas a las autoridades, lo que podrÃa obligar a NEVS a vender algunos de los activos que se pretende incluir en el acuerdo con los nuevos inversores.
La firma sueca Labo Test presentó hace dos semanas una solicitud de quiebra por impago de deuda contra NEVS ante un tribunal, lo que puso en marcha un concurso de acreedores, pero acabó retirándola al dÃa siguiente, lo que paralizó el proceso.
NEVS, que adquirió hace dos años Saab para dedicarse en el futuro a los vehÃculos eléctricos, paralizó su producción en mayo por falta de liquidez, debido a que uno de los inversores chinos no cumplió con sus obligaciones contractuales.
Saab Automobile habÃa reanudado en otoño la producción en serie en su fábrica de Trollhättan (sur de Suecia) con la berlina 9-3, cuyos primeros modelos salieron al mercado sueco en abril.
La firma sueca se ha visto envuelta en graves problemas económicos desde 2009, cuando tuvo que suspender pagos y permaneció medio año bajo control judicial.
A pesar de varias inyecciones de capital, la situación empeoró, pero cuando su entonces propietario, la multinacional estadounidense General Motors, estaba decidida a desmantelarla, apareció la firma holandesa Spyker Cars.
Spyker Cars tampoco fue capaz de reflotarla y acabó presentando meses después una declaración de quiebra, que dio inicio a un nuevo proceso judicial que concluyó con la venta de Saab a NEVS.
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