Desde el municipio de La Laguna hasta el lugar conocido como “los huevos del Teide” (perdón) y de vuelta a casa. Además, coincidiendo con un día habitual de excursión que se confirmó en el recorrido, con un importante número de visitantes al parque nacional de la isla de Tenerife. Con ello, reproduje una típica escapada de fin de semana pero en el que quizás, sea el más exigente por el gran desnivel y las condiciones de bajo oxígeno en altura.

Fueron en total 112,9 kilómetros en los que justo la mitad se emplearon para ascender hasta una de las zonas más hermosas del parque, Montaña Blanca donde un árido paisaje lunar sugiere todo tipo de sensaciones a sus visitantes. Marqué un ritmo suave, tranquilo, pero como me he propuesto para este largo reportaje, nunca de forma anormalmente bajo. Toda la subida procuré mantener un ritmo de entre 50 y 70 kilómetros por hora, aunque en algunas zonas era inevitable ir algo más lento y en otras ligeramente más rápido. En la bajada no me importó tanto el ritmo, pues no iba a influir de forma sustancial en el consumo.

Con todo, la parada intermedia deparó un consumo de 7,3 litros a los 100 kms, una cifra de por sí baja y que me hacía pensar en un gran resultado una vez completada la bajada. Decir que hasta llegar a la zona más alta del parque el ordenador llegó a marcar 8,6 l/100 km. aunque la parte final del recorrido cuenta con un desnivel mucho menor, incluso con tramos en descensos importantes.

Así me propuse deshacer el camino hecho con anterioridad con alegría, sin preocuparme en exceso por la actitud ante volante. Lo cierto es que el Prius me sorprendió con un rodar mucho más confiable que en su generación previa, previsor y noble. No me desagradó, francamente.

El ordenador iba descendiendo progresivamente la cifra de consumo medio, rápidamente hasta bajar de los seis litros y a partir de ahí de forma mucho más lenta. Pensé que no podría bajar de cinco litros, una cifra fabulosa pero que se me antojaba fácilmente superable por este vehículo.

Y así fue. Tras recorrer el mismo sector de vuelta y completar los 112,9 kilómetros de la jornada, el Prius se conformó con un promedia de consumo de tan solo 4,4 litros a los 100 kms. ¡De nuevo increíble!

Había logrado subir uno de los puertos de montaña más duros y largos del territorio nacional con un consumo medio, entre el ascenso y el descenso, de menos de cinco litros. De habérmelo propuesto, estoy seguro de haber podido rozar los cuatro litros.

Para el domingo, la última jornada de prueba, me he reservado dos prueba radicalmente opuestas: un doble recorrido urbano, primero en La Laguna y luego en Santa Cruz, de aproximadamente 50 kilómetros en total, y luego un trayecto de autopista largo, de aproximadamente 90 kilómetros donde sacar conclusiones en viajes de largo recorrido a velocidad constante. Para este último reto emplearé el controlador de velocidad que trae de serie el Prius.