El Honda CR-Z en un momento de la prueba, en las ramblas de la capital tinerfeña. |
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Hemos repetido nuestro procedimiento de preparación para pruebas de larga duración, dónde revisamos ciertos aspectos básicos del coche en prueba y repostamos prácticamente desde cero hasta “arriba”, anotando los datos de temperatura de cara a rellenar al finalizar la prueba en condiciones similares. De esta forma limitamos al máximo los errores que puedan derivarse de las dilataciones de materiales.
Por supuesto, el repostaje se ha realizado en una gasolinera de BP, con gasolina BP Ultimate de alto rendimiento. En el momento del repostaje el precio del litro de carburante estaba en 0.968€.
La primera prueba a la que hemos sometido al CR-Z ha sido la misma que en su momento al Prius. Ésta parte desde la zona de Taco hacia La Cuesta por zona urbana, descenso por la carretera general Santa Cruz-La Laguna, atravesar la capital por las ramblas y continuar hasta la playa de Las Teresitas.
En este primer tramo el CR-Z se ha comportado fenomenal, aunque el hecho de no poder circular de forma exclusiva con el sistema eléctrico le ha penalizado en la zona urbana. Tras finalizar la misma y casi enfilando la playa, el ordenador de a bordo marcaba un consumo de 3,1 litros tras algo más de 8 kilómetros de recorrido urbano. Hay que tener en cuenta que el recorrido es absolutamente favorable, casi al 100% en descenso. El consumo se debe al tráfico propio de un día de trabajo (aunque estemos en agosto el tráfico sigue siendo notable).
Desde ahí y hasta el punto de regreso en la playa de las Teresitas, el CR-Z llegaba marcando 3,6 l/100 kms, subiendo en los 8 kilómetros de carretera 5 décimas de consumo. Como es habitual en nuestras pruebas, la velocidad fue siempre la media de la zona por la que circulábamos.
Quedaba hacer el camino de vuelta y completar un recorrido por la exigente autopista TF-5 en su tramo inicial, cuyos diez primeros kilómetros son en ascenso pronunciado. El objetivo era llegar al Club de Golf de la Atalaya (Guamasa), justo al coronar la parte más alta de la autopista del norte. Llegamos allí indicando el ordenador un consumo medio de 5,5 litros, una cifra muy buena para las condiciones reinantes, con un calor sofocante que hacía trabajar de buena forma al sistema de climatización, que situamos en una temperatura de confort de 21 grados.
Para finalizar la primera prueba tocaba regresar prácticamente al mismo punto de partida, con lo que equilibraríamos las altitudes de inicio y fin, con el objetivo de no falsear los datos. Así, tras el obligado descenso hasta La Cuesta, el Honda CR-Z completó la combinada de ciudad, carretera y autopista con un consumo medio de justo 5 litros a los 100 kms. Como recorrimos 53,8 kilómetros, el coste por combustible fue de 2,60 euros.
En resumen, si tenemos en cuenta que el CR-Z no ha sido diseñado para ser el híbrido más económico en consumo del mercado, sino el de ser el primer deportivo con dicha tecnología, consideramos que una cifra de 5 litros a los cien kilómetros dice mucho a favor suyo.
Es una cifra muy buena si tenemos en cuenta que había un nivel de tráfico entre moderado y alto por zonas, además de unas temperaturas realmente elevadas que hacían trabajar durante mucho tiempo al compresor del aire acondicionado. Un detalle que nos ha llamado la atención es que éste (el compresor) da la sensación de penalizar muchísimo el consumo, notándose claramente su entrada en funcionamiento cuando necesita comprimir el gas en el circuito de refrigeración.
En estos tres días que tendremos el CR-Z en nuestras manos le someteremos a los habituales recorridos de test de consumo de MotorCanario, para así poderlos comparar –en la medida de lo posible- con otros vehículos que haya pasado o que pasen por estas pruebas intensivas.
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