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Esta es la primera vez que un convertible de la serie 3 lleva un techo de acero que deja al descubierto el coche en 22 segundos y con un confort de rodadura a cielo abierto que sorprende. El nivel de ruido es menor del esperado y permite mantener una conversación con el acompañante a velocidades por encima de las habituales en este tipo de deportivos cabrio.
Y cerrado, igualmente. La estructura del techo logra que el nivel de ruidos sea bajo, equivalente al que pueda registrase en la versión cerrada, incluso a velocidades elevadas.
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En relación a la estructura del chasis, el fabricante asegura que en ningún cabrio de la marca se había logrado la rigidez de esta carrocería. Los datos corroboran la afirmación, pero también la percepción que al final recibe el conductor tras somete el coche a los esfuerzos más radicales. Son muy pocos los cabrio que pueden ser considerado de un nivel parecido.
El ambiente interior es familiar. Pocas diferencias con el resto de la gama e, incluso, del resto de los modelos. Se percibe que el ambiente es distintos por la arquitectura de la zona acristalada. La ausencia de pilar central despeja la visión.
Las ventanas posteriores tienen un 30% más de superficie que el cabrio de la anterior generación y la visión posterior es un 38% mayor. Y, además, el guarnecido del techo nos hace creer que estamos a bordo de un coupé cerrado.
Con el coche descubierto la visibilidad es muy amplia. La baja línea de cintura facilita la perspectiva y la rectitud con la que está dibujada hace que su silueta sea muy característica, heredada del resto de la saga convertible de la Serie 3.
En la estética del coche tiene especial relevancia la curvatura del capó y la inclinación del parabrisas y la disposición de los grupos de luces, que envuelven las esquinas del coche. La seguridad ha sido especialmente trabajada por los equipos de ingeniería de BMW. Con el techo cerrado, los dispositivos son los habituales, y con el techo abierto, las medidas son extraordinarias.
De la seguridad de los ocupantes se encarga una mayor solidez de los montantes A y del marzo del parabrisas, además de dos barras antivuelco ubicadas detrás de los reposacabezas traseros, que emergen disparados si los sensores detectan el peligro de vuelco, de la misma forma que se tensan los cinturones de seguridad.
Las mejores posiciones en el habitáculo son las de las plazas delanteras, muy confortables y bajas, mientras las traseras, también cómodas, dejan poco espacio para dos adultos, aunque, no obstante, en esta nueva generación han sido ganados para los sufridos pasajeros traseros 8 centímetros.
El interior ofrece una deportividad acentuada por la inclinación del tablero de bordo y una consola central que llega hasta la parte trasera dando alojamiento a un hueco para guardar objetos y a un apoyabrazos.
El techo duro, de 140 kilogramos de peso y compuesto por 700 piezas, está formado por tres segmentos que son accionados por un sistema electrohidráulico que en un movimiento continuo, primero de elevación y después de plegado y escondido de todo el conjunto bajo la tapa del maletero que se abre hacia atrás.
El espacio libre para el maletero y el ocupado po los tres segmento del techo duro está separado por una membrana, que puede ser retirada en el caso de mantener el coche cerrado, dejando un generoso espacio de carga suficiente, de 350 litros. Con el coche descubierto el volumen disponible es de 210 litros.
La versión protagonista de la prueba dinámica ha sido la motorizada con el propulsor diesel de 3 litros y seis cilindros en línea, con una entrega en este caso de 231 caballos de potencia y un par de 500 Newton por metro, capaces de recuperar el motor desde cualquier régimen por muy bajo que sea. Los datos prestaciones de esta versión son muy atractivos.: 7,1 segundos en la aceleración, 245 km/h de velocidad punta y 6,9 litros de consumo medio.
En esta versión, el seis cilindros está gestionado por la nueva caja de cambios automática de seis velocidades, que puede ser accionada como manual con las levas ubicadas en el volante. La conducción de este 330 Cabrio siempre tiene tono deportivo. Las sensaciones son característica de BMW. Dirección exacta, rodadura lineal consistente, curvas dibujadas con tiralíneas, frenada infatigable y un motor que puede con todo, son las notas características de este cabrio, pero también comunes a las del resto de modelos del catálogo de la marca bávara.
Esta versión equipa la dirección activa, capaz de variar el giro en función de la velocidad, de forma que baja velocidad giran más las ruedas que a alta, con el mismo ángulo de volante.
Y en frenos, este Cabrio dispone de asistencias electrónicas que llegan a actuar realizando frenadas suaves, cuando llueve, por ejemplo, para mantener secos los discos de freno.
En conducción, el 3320d Cabrio admite todo. Los límites del coche son tan elevados que sólo en circuito y al máximo o en condiciones de adherencia realmente malas el coche muestra alguna reacción que pueda preocupar al conductor. La tendencia natural del coche es sobreviradora, es decir, a descolocar la vía trasera, como corresponde a todo coche de propulsión.
La mecánica de tracción, la capacidad de frenada y las ayudas electrónicas, hacen que el 330d Cabrio sea un coche fácil y muy placentero de guiar.
El inconveniente en este coche, como en la mayoría de su categoría, es el precio, elevado por principio, lo que le convierte en un capricho muy selectivo, aunque su funcionalidad, el dos en uno, supone una ventaja frente al resto.
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