El Toyota Auris HSD en el momento de terminar la prueba de recorrido urbano. |
|
|
|
|
Casi con total seguridad, ningún otro vehículo del mercado puede hoy mejorar esta cifra; el compacto más cercano a él consumiría, al menos, el triple.
Tras publicar la primera parte de la prueba de larga duración que efectuamos con el nuevo Toyota Auris HSD en un recorrido de carretera de montaña (aquí), toca ahora analizar lo que dio de sí el recorrido urbano.
No voy a ocultar que tras esta prueba me siento moralmente recuperado de la sensación agridulce que nos aportó por dos ocasiones el Prius. Y me explico a continuación. Con el Toyota Prius hemos completado ya dos pruebas de consumo en ciudad y en ambos casos obtuvimos resultados similares, siempre por debajo de los 3 litros a los 100 kilómetros. La primera vez, comparándolo con un Skoda Octavia en simultáneo, éste último con el económico motor 1.9 TDI multiplicó por cuatro el consumo del modelo híbrido de Toyota. Francamente, no nos lo creímos pese a que medíamos perfectamente cada paso que se daba (cambio de conductor para minimizar vicios, tráfico y recorrido neutral, etc). Luego, con la prueba de larga duración de la tercera generación volvimos a lograr un consumo irrisorio, exactamente de 2,9 litros a los 100 kms.
Algo ya nos decía que estas cifras eran ciertas. Errar en dos ocasiones en lo mismo nos parecía ya mucha casualidad, pero sinceramente, tenía ciertas dudas. Soy así de cabezota, lo reconozco.
Pero ahora, tras mejorar incluso con el Auris las cifras anteriores, debo agachar la cabeza y admitir que esto es lo que hay. Obtener un consumo similar en las condiciones que nosotros planteamos es, sinceramente, inalcanzable por cualquier otro modelo que ahora conozcamos y que esté a la venta. No lo digo con absoluta rotundidad, pero ahora mismo creo que ningún otro vehículo cumple con los requisitos para igualar estas cifras en estas condiciones (salvo el Prius y el inminente Lexus CT, ambos con la misma tecnología propietaria).
A saber: el recorrido está hecho sin trampas, sin trucos que facilitaran un menor consumo. Lógicamente, si escogiésemos un tramo corto y sin tráfico que se hiciera “de una tajada”, podríamos encontrarnos con modelos algo más espartanos en consumo que el Auris HSD. Pero no estamos hablando de teoría, ni de consumos homologados en condiciones para nada cotidianas. Nosotros hemos planteado una prueba que reflejase con fidelidad una conducción 100% urbana, con semáforos, tráfico, conductores con escasa experiencia aparcando que tardan una eternidad, peatones que inesperadamente cruzan por donde no deben… Ya me entienden ¿verdad?
Ahora analizaré con detalle las cifras, pero he querido hacer estas aclaraciones puesto que soy consciente de que recibiré más de un comentario arbitrario que asegurará que hemos hecho esto o lo otro, que si un eléctrico tal consumiría cero, que si aterriza un ovni desde Marte y tal ¿?… Aquí hablamos de un caso práctico real, hecho con la más absoluta de las responsabilidades con usted, apreciado lector.
Han sido nada menos que 71 kilómetros de recorrido exclusivamente urbano. Escogimos nuevamente el escenario de las ciudades de Santa Cruz de Tenerife y San Cristóbal de La Laguna, dos municipios tinerfeños que tienen sus dos núcleos urbanos fusionados físicamente, a modo de gran ciudad nacional. La primera matización que me gustaría hacer es referente a haber terminado la prueba con un desnivel a favor de unos 500 metros. Obviamente, esto es un punto favorable que beneficia el cómputo global, pero consideramos que no en más de una o dos décimas en el promedio. ¿Por qué? Básicamente porque el Auris HSD no logra lo mejor de sí mismo en las distancias largas, sino en las cortas. Un dato objetivo es que los veinticinco primeros kilómetros hechos en el centro de La Laguna no tienen desnivel apreciable y el dato de consumo fue similar al logrado al final. Creo recordar que marcaba 2,6 pese a la importante penalización inicial de recorrer en torno a dos kilómetros de carretera con velocidad limitada a 50 km/h (desde el punto de partida en el campo de Golf de Guamasa al núcleo mismo urbano el ordenador marcaba más de 3,8 l/100 kms).
El recorrido fue bastante sinuoso y en la mayoría de ocasiones combinaba tramos de llaneo con otros de ascenso y de descenso. De haberlo buscado de forma intencionada, hubiera encontrado otra forma más adecuada de hacer mejorar el consumo promedio del Auris HSD. Pero no es lo que pretendía. Nunca se marcó una ruta. Simplemente, se trataba de rodar y rodar. Dar vueltas, vamos.
Ah, importante: el climatizador se mantuvo conectado durante más de la mitad de la prueba. Como comencé a las diez de la mañana no era necesario en aquel momento pero luego, en torno a las once y a medida que bajábamos de altitud, se hizo recomendable. No nos privamos de su uso.
En resumen, el Auris HSD y por extensión la tecnología híbrida de Toyota se muestra como la forma más eficaz de gestionar la movilidad urbana a día de hoy. Marcar como promedio después de tres horas callejeando apenas 2,3 litros de consumo medio es para quitarse el sombrero.
|