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Se puede decir que empezó la casa por el tejado, pues la nuevas opciones son escalones de acceso. En gasolina, un 1.6 de 117 CV, en diesel, otro motor de 1.8 litros, pero en esta ocasión con potencia reducida a 116 CV.
El diesel es el que manda en el mercado y, por las vicisitudes que actualmente pasa el mercado español, esta nueva versión 180 D-ID se revela como la de más aceptación popular.
A unas prestaciones muy equilibradas y un precio optimizado respecto a la versión más alta, estas opciones recientemente introducidas en el mercado solo se ofrecen con versiones de tracción simple o 4x2, en donde se concentran casi tres de cada cuatro compras de este tipo de vehÃculos.
El motor es el mismo que el de la versión 200 D-ID de 150 CV, e incluso, adopta la tecnologÃa MIVEC de control electrónico de alzado variable de válvulas, aplicada por primera vez en un propulsor a gasóleo. Por supuesto, recurre al sistema de alimentación por turbocompresor de geometrÃa variable.
El Mitsubishi ASX 180 D-ID no rompe de forma traumática con las buenas sensaciones que transmitió la versión de lanzamiento de 150 CV, es más resulta difÃcil encontrar variaciones que los identifiquen plenamente. Esa diferencia numérica de 34 CV está más en los números que en el rendimiento.
Para que esta generación de motores diesel MIVEC pueda adoptar ahora un registro de 116 CV se han establecido modificaciones en el turbo, en la gestión integral mecánica y en la circulación del caudal de carburante. No hay más modificaciones, con lo que las leyes del comportamiento entre uno y otro no presentan contrastes rotundos.
En ese plano teórico, estas modificaciones facilitan una entrega de par algo inferior a la del motor de 150 CV, pero también actúa desde regÃmenes de giro más bajos. Ello facilita un funcionamiento muy operativo a muy bajas vueltas, sin ahogos, y con capacidad de recuperación significativa, lo que incide en una conducción muy económica.
Puestos en marcha, la nueva versión del ASX de Mitsubishi destaca por un silencio que hace ganar enteros al confort de conducción, pero luego en el apartado de rendimientos se deja querer por un suave, pero efectivo empuje, desde muy abajo. Recorre muy bien los registros del tacómetro, sin rotundidad en las recuperaciones o en los arranques, pero con plena consciencia de un buen trabajo del motor y la respuesta justa en todo momento a los empujones del acelerador.
La capacidad de reacción de este bloque se empieza a dejar sentir a muy bajos regÃmenes, concretamente se percibe empuje desde las casi 1.600 vueltas y tiene vida prolongándose hasta las 4.500 revoluciones por minuto.
Hay una más que buena complicidad con la caja manual de seis velocidades, de desarrollos bastante ajustados a cada régimen de marcha y con los escalonamientos aceptablemente adaptados a los mismos.
No desmerece, ni mucho menos, el consumo de este motor, un aspecto que ya fue alabado en la versión de más potencia y en ésta, con las modificaciones impuestas en la mecánica, ha agrandado la virtud. Está en plena consonancia con el nivel Euro5 del motor, como lo demuestran esos casi 6,5 litros cada cien kilómetros que, de gasto, arrojó en la prueba.
En esa sobriedad de gasto enfila con poder el equipamiento Clear Tec de estas nuevas versiones de Mitsubishi, cuyo emblema es el sistema start and stop, de parada y arranque automáticos, preciso en ambas funciones, aunque el arranque se deje sentir con algún pequeño tirón en el motor. Se asocian con éste un sistema de orientación de cambios para mejor optimizar la economÃa de consumos, una dirección eléctrica y neumáticos de baja resistencia.
La elección para esta versión de la tracción simple o 4x2 resta prestaciones de ocio, pues la elección de rutas se circunscribe fundamentalmente al asfalto, por lo que la conducción campera queda reducida a estándares de dificultad mÃnima: todo lo más un sendero bien perfilado. En esta opción de potencia reducida, el formato de berlina compacto es más poderoso que el otro de crossover con el que entra en simbiosis.
En ese asfalto cumple con suficiencia los objetivos y sus recursos se concretan en una pisada uniforme y unos apoyos más que correctos, sin que sea fácil descomponer la estructura de un chasis bien concebido y con una rigidez que se deja sentir en todo momento. Deja entrever algún que otro balanceo, porque las suspensiones pecan de algo blandas.
Las funciones de dirección y frenada entran también de lleno en esas percepciones muy óptimas en la media del todo general del coche. La primera tiene un sentido muy directo y conecta muy bien con los movimientos del volante. La segunda cumple.
Mitsubishi no ha ocultado que el ASX es una especie de contraataque al éxito de ventas del Nissan Qashqai y a ocupar su porción en el nicho de mercado en que este modelo se ha posicionado.
Son casi seis meses en el mercado y Mitsubishi se siente satisfecho de los resultados. El juego al doble segmento con el crossover y el compacto en danza, se inclina más por el primero en razón a su diseño y también a la plataforma de la que parte el ASX, que es la del Outlander, aunque en versión más reducida.
De sus formas externas hay un punto de referencia inobjetable que es ese frontal de forma trapezoidal, grande, muy grande, y con un dibujo que sugiere las formas de las creaciones aeronáuticas del grupo industrial Mitsubishi. El capó se apunta a la corriente de los tiempos con el recurso a una nervaduras en el capó, aquà con un relieve más discreto que en otros modelos que últimamente aplican este recurso estético
Por el lateral, la alta lÃnea de cintura también se suma a las tendencias de la moda y conlleva a una superficie acristalada más limitada que, por supuesto, tiene incidencia en la visión panorámica desde el habitáculo.
La vida a bordo se lleva con bastante comodidad. Se empieza por una accesibilidad fácil y sobrada en entrada y salida. Se corresponde también con una posición de conducción amplia y cuya sobreelevación facilita la conducción a distancia, siempre más segura.
La conexión visual y manual con la instrumentación es muy predecible y, por tanto, sencilla de manejo. No abunda la botonadura y está se reparte con criterio muy ergonómico por las zonas habituales.
Los precios de esta versión 180 D-ID parten de los 21.520 euros. Sea como sea, y haciendo abstracción del sistema de tracción, estas nuevas versiones darán un empujón a un Mitsubishi ASX con todas las papeletas para enfrentarse al referente Qashqai.
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