Infiniti ha competido estos años con notable éxito en el mercado norteamericano y algunos asiáticos, pero lo ha hecho con motores de gasolina, y tenia pendiente la apuesta europea, más selecta, principalmente en materia de tecnologÃa.
Ha tardado, pero lo ha hecho y ha puesto a su SUV más grande, muy poderoso de imagen, un motor diesel equivalente en prestaciones al que utilizan sus competidores y con un grado notable de refinamiento de uso.
La llegada del motor diesel, un V6, permitirá al FX, según el fabricante competir con el 76 % de sus rivales en el segmento de los grandes "Sport Utility". Infiniti pone la vista, sobre todo en el BMW X6 y el Porsche Cayenne. Supera a los dos en equipamiento y en precio. El FX30d es un 17 % más barato de media frente a sus competidores.
La clave de este competitiva versión del FX es un motor de construcción ligera. Para las culatas ha sido empleado el aluminio y para el bloque motor ha sido utilizado el acero al grafito compactado (CGI), un material que es un 75 % más resistente que el acero y ligero, hasta el punto de que el bloque pesa un 22 % menos que si estuviera construido en acero.
El motor ha sido desarrollado por la Alianza Renault Nissan con la posibilidad de ser utilizado en vehÃculos de tracción delantera, trasera o integral y en distintos tipos de bastidores.
En este caso, el V6 ha sido especialmente adaptado para Infiniti, con mayores exigencias en materia de refinamiento de uso, es decir, potencia, más silencio y menos vibraciones.
La arquitectura del motor es una uve de 65 grados, en cuya cuna está alojado el único turbocompresor en el que reside el potencial dinámico de este motor.
El motor responde al encendido con un ronroneo caracterÃstico de los diesel de seis cilindros, con una excelente filtración de las vibraciones hacia el interior del vehÃculo y un nivel sonoro digno del segmento en el que lo ha colocado el fabricante y no cumplido por todos los concurrentes.
Sólo si se trata de exprimir en la aceleración se siente la acústica diesel. De lo contrario, responde con tonos graves y poco invasores.
El motor está bien combinado con una transmisión automática con posibilidad de utilización manual con levas detrás del volante, que en modo automático hace los saltos de velocidad de forma suave y obtiene un buen rendimiento de un motor que, además, es de consumos contenidos.
El motor está envuelto por el mismo aspecto atlético del resto de las versiones motrices. La fuerte personalidad estética es una dominante de este coche, que siempre llama la atención.
Las formas redondeadas y la utilización de una geometrÃa extrema que coloca los grupos de luces, muy estrechos y pequeños en relación al tamaño del coche en las puntas de las aletas, incrementan visualmente la anchura del coche y el resto de las proporciones.
El FX muestra un perfil bajo (1,68 metros de altura) para tratarse de un SUV de sus dimensiones, lo que aún potencia más la percepción de anchura de la carrocerÃa.
El fabricante (Infiniti es la marca de lujo de Nissan, no lo olvidemos), ha huido intencionadamente de los elementos que identifican a los todoterreno tradiciones, es decir el músculo moldeado con fuertes aristas y formas cuadradas, para crear una imagen de automóvil deportivo, amplifica por la configuración de un morro muy largo.
En el diseño del FX son distintivos la forma de la parrilla frontal, los grupos de luces delanteros y traseros, el largo capó y unas generosas ruedas que, con 20 ó 21 pulgadas, ocupan todo el paso de rueda.
A los lados, por detrás de la ruedas delanteras son caracterÃsticas dos salidas de aire cuya función es la de dejar salir el aire del compartimiento del motor aliviando la presión del aire bajo el capó y reduciendo la elevación del morro en un 5%, lo que mejora la estabilidad a alta velocidad.
El diseño interior no defrauda. Comunica al propietario que está a bordo de un coche de gama alta con calidades de materiales y acabados que sintonizan con lo que se ha pagado.
La deportividad y una atmósfera ambiental similar a la de una gran berlina marcan un habitáculo confortable y apto para cinco pasajeros, aunque sólo cuatro viajarán con la misma comodidad.
El interior del FX es tan impresionante como el exterior del coche y mezcla el atractivo de un automóvil deportivo con el confort para los pasajeros y el espacio de una berlina de lujo; atención absoluta al conductor por una parte y completa indulgencia por otra, todo ello en un entorno donde se pone de manifiesto la calidad de los materiales y el acabado artesanal, caracterÃsticas propias de todos y cada uno de los modelos Infiniti.
En la parte delantera el espacio está claramente dividido con un tablero central que muestra una pantalla táctil en la que se visualizan las funciones de navegación, las multimedia, las de climatización, las visión de las cámaras que rodean el coche y las de comunicación, entre otras.
Todo está bien iluminado y predominan los blancos azulados en los relojes que tiene frente a sà el conductor, con una presentación muy clara de los datos de conducción.
El conductor, que con el acompañante disfruta de asientos climatizados, también disfruta de una buena visibilidad desde su puesto, aunque la generosidad de formas del capó le proporciona sensación de tener entre las manos un coche muy grande.
Del maletero se espera más, aunque sus poco más de 400 litros deberÃan ser suficientes. Gana funcionalidad con la posibilidad de abatir los respaldos de la banqueta trasera en la proporción de uno o dos tercios.
Para poder disfrutar de una conducción polivalente, el FX dispone de un sistema de tracción integral avanzado, llamado ATTESA E-TS (Advanced Total Traction Engineering System for All Electronic Torque Split).
Es un sistema de gestión activa del par mediante un embrague central que reparte la fuerza entre los ejes delantero y trasero en función de las condiciones de tracción, ya que la potencia se ajusta constantemente desde el 100 % a las ruedas traseras hasta el 50 % de par en cada eje. Del sistema se obtiene lo mejor sobre nieve, barro o arena.
Además, Infiniti ha embarcado en el FX un sistema de cuatro ruedas directrices, el denominado RAS (Rear Active Steer), que hace girar las ruedas traseras en función de la posición de la delanteras, pero no en sentido contrario como en otros sistemas, como el de Renault o BMW.
Una centralita electrónica y un motor eléctrico cambian el ángulo de giro de las ruedas traseras en función de la velocidad del vehÃculo y de la posición del volante.
Para este accionamiento se tiene en cuenta que entre 0 y 40 km/h las ruedas posteriores no ayudan en los cambios de dirección, entre 40 y 80 km/h el desplazamiento lateral del coche corresponde mayoritariamente a las ruedas delanteras con ayuda de las posteriores, y a partir de 80 km/h el desplazamiento lateral se debe principalmente a las ruedas posteriores.
Lo que percibe el conductor a cualquier velocidad es agilidad y precisión en el guiado y nada extraordinario que delate el sistema de cuatro ruedas directrices.
Lo cierto es que los más de dos mil kilos de este FX se desenvuelven muy bien, especialmente en los trazados en curva y con del modo sport de la suspensión dinámica activado.
Asà es muy deportivo y se mantiene muy pegado al suelo sin inclinaciones de la carrocerÃa aunque se sienten con claridad las fuerzas que genera la masa del coche. El poder de frenada favorece una conducción dinámica.
Para conducir en carretera abierta, en autovÃa o autopista es mejor prescindir del modo deportivo de la suspensión para ganar en confort. La rodadura en lÃnea recta es muy consistente, sin reacciones extrañas del coche.
Si bien es un coche pensado, sobre todo, para utilizar sobre asfalto, el FX admite uso fuera de la carretera siempre y cuando se tengan en cuenta las limitaciones impuestas por la altura y el tamaño de ruedas, con perfiles muy bajos para caminar sobre tierra.
Y si el propietario decide adentrarse, al menos contará con la ventaja de llevar una pintura autorreparable que eliminará esos arañazos que se producen con el paso de las ramas. Una pequeña ventaja.
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