El DS3 Racing es una obra del departamento de competición de Citroen que en el momento de su entrada en el mercado anticipaba lo que iba a ser el nuevo World Rally Car de la marca francesa, bajo la nueva reglamentación, es decir, máquinas propulsadas con motores de 1.6 litros y turboalimentación. Citroen, por cierto, no ha hecho esperar los primeros triunfos de su equipo en el Mundial con las primeras victorias.
Ambos coches están conectados, aunque las diferencias entre uno y otro coche son notables, marcadas por los 100 caballos más de potencia del WRC.
El DS3 Racing muestra los valores básicos del hermano mayor, concentrados en un chasis que aguanta todo y, además, es extraordinariamente ágil y dócil sobre cualquier tipo de suelo.
La prueba de este DS3 ha discurrido sobre carreteras mojadas, comportándose como pocos coches sobre superficie deslizante. Es esta condición la que más ha sobresalido del test dinámico, aunque otras virtudes son notables, como la del consumo, impensable para un coche de estas prestaciones.
El departamento de competición de Citroen ha realizado una puesta a punto de la versión Racing que conserva las ventajas del coche para el uso cotidiano. El motor es tremendamente elástico, recupera como un diesel y consume poco.
Esta versión es muy especial. Citroen sólo fabricará 2.000 unidades de ella, de las que 60 están destinadas al mercado español, en el que deberá competir con un grupo selecto de oponentes, algunos de ellos también en el Mundial de Rallys.
El DS3 Racing, a simple vista nos presenta marcadas diferencias con el resto de la gama. Está basado en el acabado de gama alta, al que se le han incorporado elementos que refuerzan la exclusividad y la apariencia deportiva.
Los elementos exteriores distintivos son un difusor de aire, una doble cánula de aire cromada y un acabado en carbono, que puede verse en el difusor de aire, la lámina semi rÃgida del paragolpes delantero, los faldones de la carrocerÃa o los separadores de las llantas.
Citroen ofrece el DS3 Racing en dos tonalidades, una blanco con techo gris y otra negra con techo naranja y llantas en la misma combinación negro y naranja, a las que se le puede añadir, de forma opcional y a cambio de 400 euros, adhesivos de personalización que terminan por completar una imagen que no pasa desapercibida.
La carrocerÃa se completa con algunas piezas de carbono, como los pasos de rueda y los difusores delantero y trasero, material que también se ha desplegado en algunos elementos del habitáculo.
La versión probada, al completo de adhesivos, es la que responde a la combinación negro-naranja, que resulta muy estridente, tanto como el interior, en el que el frontal del tablero de a bordo está rematado del mismo color naranja del techo, lo que aún resalta más la estridencia.
El ambiente interior es racing, sin duda. Los asientos, cómodos a pesar de no dispone de apoyo lumbar, son dos baquet delante y una banqueta corrida en la parte trasera, con forma para dos pasajeros más.
La posición de conducción también es racing, facilitada por un equipo de pedales que tienen muy próximos el pedal del acelerador y el del freno, para poder hacer el punta-tacón en la conducción al lÃmite.
Otra diferencia sobre los DS3 normales es el ensanchado de vÃas, con 30 milÃmetros más cada una, y la altura de la carrocerÃa en relación al suelo, que ha sido rebajada en 15 milÃmetros.
Citroen ha modificado también la calibración de los amortiguadores y los muelles para adaptar la suspensión a la potencia del motor.
Estas modificaciones forman parte del trabajo del equipo de ingenierÃa de Citroen en la unión al suelo del tren de potencia y han permitido modificar en profundidad el comportamiento en carretera del Citroën DS3.
En la dirección también se ha trabajado para hacerla más precisa, para que el conductor sepa en cada momento donde están dirigidas la ruedas, una sensación que se pierde con los sistemas eléctricos de asistencia.
La cartografÃa ha evolucionado para lograr una mejor lectura de la carretera, manteniendo la maniobrabilidad a velocidades muy bajas.
Las llantas, en este caso, también juegan su papel. Están fabricadas con una tecnologÃa que consiste en desplazar las partes huecas desde el exterior al interior y ello mejora la inercia.
El control de estabilidad ESP ha sido recalibrado para el DS3 Racing, de forma que actúa más tardÃamente, permitiendo al conductor una mejor utilización de la capacidad dinámica del chasis, aunque que puede desconectarse totalmente.
El sistema de frenos es un Brembo de cuatro pistones y discos de 323 milÃmetros de diámetro. La eficacia es muy elevada si se usa con energÃa, y, al contrario, también admite una suave utilización para el dÃa a dÃa.
Y para mejorar aún más las prestaciones dinámicas, este Racing ha sido provisto de un sistema de diferencial de funcionamiento electrónico en el eje delantero, de caracterÃsticas similares al que utiliza Volkswagen en sus modelos más deportivos.
Completa la arquitectura de este DS3 el motor, una evolución del THP de 155 CV desarrollado conjuntamente con BMW, que lo utiliza en la Serie 1 y en Mini, que entrega una potencia de 203 caballos, con un par que pasa de 240 Nm a 275 Nm, disponible casi de forma inmediata, que supone una mejora de cerca del 15% respecto a la versión 155.
Para llegar a esta potencia, la ingenierÃa de Citroen actuado sobre la cartografÃa del motor y en el turbocompresor, con una presión absoluta que alcanza los 2,2 bares. El tubo de escape ha evolucionado para dar un toque más personal a esta versión.
El resultado, al margen de las prestaciones dinámicas, es que el motor presenta como credencial un consumo razonable de 6,4 litros cada cien kilómetros, con unas emisiones de 149 gramos de CO2 por kilómetros, y todo ello sin el sistema de parada y arranque Start/Stop.
La comprobación de las prestaciones dinámicas de todo el conjunto lleva la conducción a una gran intensidad de sensaciones, en aceleración, frenadas y paso por curva.
En las aceleraciones, sólo han que pisar el acelerador con energÃa para obtener una respuesta contundente que mejora en la parte alta del cuenta vuelta, aunque por debajo el motor tiene vida para las recuperaciones.
Si la utilización del acelerador es suave, el coche se torna muy turÃstico, aunque la dureza de la amortiguación no recuerda a cada instante que estamos ante un coche casi de competición.
El ajuste de la suspensión hace que la transferencia de la potencia al suelo no defraude, aunque si la aceleración es brutal se percibe algo de pérdida de motricidad en el eje de tracción.
El sistema de frenos es punto y aparte. La eficacia de los Brembo es tranquilizadora en las llegadas muy rápidas a los vértices de las curvas y la amortiguación hace lo demás. La combinación de ambos hace que podamos tirar, literalmente, el coche a los vértices sin que a cambio nos conteste con malas reacciones o falsas sensaciones.
El tren delantero entra en las curvas por donde se le indica y el resto del coche se coloca en su sitio de inmediato.
El DS3 Racing muestra, quizá, una relación de cambio demasiado abierta. Esto es bueno para el consumo, pero poco eficiente cuando se trata de digerir deportivamente un recorrido de montaña.
Estamos ante un pequeño deportivo bien sujeto con el que se puede pueden obtener intensas dosis de emoción, siempre que no se piense en su coste de adquisición.
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