En el medio se ha situado el X3, no precisamente el pionero, que fue el X5, pero con la aparición del X1, el de filosofÃa más urbana, este modelo, el intermedio, quedó un poco desubicado, lo que requirió un reposicionamiento de urgencia para evitar confusiones entre los posibles compradores.
La segunda generación del BMW X3 se apuntó a un necesario crecimiento para que el desmarque del X1 fuese visible y, de paso, ratificar su identidad, con distinciones evidentes, en relación al X5.
De este modo, el primer paso no era difÃcil de imaginar con el redimensionamiento de cotas operado y concretado en 10 centÃmetros más en longitud y crecimientos consecuentes en distancia entre ejes, anchura y altura, aunque más moderados.
Pero también cambió el sentido cualitativo del coche, pues se ha dado un paso adelante serio en el posicionamiento como segmento, ahora varios escalones por encima del compacto que representó la primera generación.
El fabricante bávaro sà se ha aprovechado de la estela triunfal del primer modelo y en el nuevo ha mantenido unas constantes de diseño muy continuistas. Cambios más profundos pudieran haber resultado aventurados dentro de un tipo de coche en el que la competencia ha sembrado con profusión para cosechar en la misma medida, porque el mercado del crossover o SUV acompaña, incluso en estos duros tiempos de crisis.
El nuevo X3 se apunta a un dibujo un poco más deportivo que el anterior y se ha hecho algo más musculoso con sutiles retoques levemente más angulosos. Es de destacar que se mantiene una altura respecto al suelo algo exigua, pero a esa posible carencia en el análisis como crossover, sucede la sugerente alternativa de una ganancia de enteros en su condición de berlina. Justo es decirlo, el BMW X3 está muy bien equilibrado en la percepción visual de estos dos conceptos de vehÃculo y ello le da un interesante plus estético.
Por delante, la parrilla y los faros no se desdicen un ápice del estilo de la marca, acompañados de un capó largo y con caÃda muy poco pronunciada. De perfil atrae por la lÃnea de cintura ascendente. Por detrás, portón y pilotos no se destacan por sensibles renovaciones. En definitiva, un dibujo muy esquemático y con cierto regusto lampedusiano por aquello de que algo cambie para que todo siga igual.
En el interior, por concepto, hay un poco más de lo mismo, es decir una sobriedad elegante y una fiabilidad por encima de todo amarrada a la incuestionable constatación de unas terminaciones solventes al máximo y una calidad de elementos fuera de toda duda.
El salpicadero se ha hecho con una distribución más modernizada, pues todos los dispositivos y relojes que se integran adoptan ahora un diseño más juvenil y refrescante. Como concesión práctica la pantalla de información es grande y los suficientemente profunda en su enmarcado para que la lectura de la información sea visible, incluso en dÃas muy luminosos en los que el sol tiene propensión a
los reflejos.
Cómodos, muy cómodos, los asientos delanteros, tanto en la dimensión de banqueta como en el respaldo y con el añadido de una amplia variedad de regulaciones para que cualquier tamaño se acomode con altas garantÃas. En el recogimiento también buena nota.
La ganancia de cotas ha tenido traducción en una mejora en la separación entre filas de asientos y los ocupantes de la fila posterior tienen espacio suficiente para no contraer las piernas. Aunque el fabricante remarque la habitabilidad en este espacio para tres personas, el recurso de tres son multitud cobra realidad.
El maletero adopta un registro de capacidad muy interesante para ganar enteros en el concepto de ocio que encierran estos coches. Hay cabida para muchos objetos y la modularidad de los asientos permite multitud de combinaciones. Pero se insiste en conceder ese espacio extra a condición de renunciar a la rueda de repuesto, siquiera de emergencia, y ofrecer a cambio un kit antipinchazos, pues el sistema run on flat, que permite circular una buena tanda de kilómetros con el neumático pinchado es opcional.
BMW no ha sido especialmente generoso en la dotación motriz del nuevo X3, pero en su condición original de fabricante de propulsores la oferta es muy interesante.
Probado ya el de 3.5 litros de 306 CV (enlace), el contrapunto llega ahora con el ciclo diesel y el 2.0 litros, aumentado a un
registro de 184 CV de potencia (150 CV en el anterior) y optimizando los registros de entrega de par.
Motor este que tiene una amplia presencia en otros modelos de la gama, cuadra perfectamente en el X3, muy sobrado para mover una estructura sensiblemente más pesada que la de las berlinas.
Se detecta de primeras una de arena y otra de cal, en ambos casos, con matices. La de arena va de refinamiento, pues no se evita escuchar un ruido excesivo al ralentÃ, incluso en caliente, si bien en marcha desaparece y llega a un nivel aceptable. La de cal es una poderosa aceleración en las salidas, con poderÃo en la aceleración hasta los cien kilómetros hora, pero se torna más remiso, sin llegar a la pereza, en las recuperaciones. Si en un supuesto va de menos a
más, en el otro hace el recorrido inverso.
Por lo demás, y en circunstancias normales de guiado, el propulsor tiene un comportamiento muy regular con empuje decidido desde la parte baja del cuentavueltas, pero sin demostraciones excesivas de fuerza en otros regÃmenes de giro más altos.
Este motor se ayuda de los atributos propios de la generación EfficientDynamic, de la marca, consistentes en el equipamiento de serie del sistema start and stop, que, durante la prueba, se mostró algo voluble en cuanto a su entrada en acción. También dispone de sistemas de recuperación de energÃa.
Aún con éstos aditamentos de control de emisiones y de consumos, el BMW X3 20d no es precisamente un dechado en este ámbito. Cuesta mantenerle en registros de consumo por debajo de los seis litros y, tras una prueba por mucha carretera, menos campo y casi nada de ciudad, el nivel de gasto se fue un poco más de los ocho litros.
Los elementos dinámicos del X3 llaman a una conducción muy confiada en cualquier circunstancia del asfalto y meteorológica. No cabe duda de que la tracción integral permanente xDrive es un apoyo poderoso, lo mismo que su conexión a un sistema de regulación de estabilidad. El coche circula con una sensación plena de adherencia al firme. El comportamiento de los trenes no ha traslucido en momento alguno hacia conductas erráticas y los apoyos, asà como el recorrido de las suspensiones, han estado siempre en la órbita de lo deseable, incluso en exigencias por encima de lo normal a la hora de trazar.
En el campo, las limitaciones de las caracterÃsticas todoterreno lastran a pruebas por encima de un sendero de tierra y, quizás, un trial suave. Este X3 es más proclive a la carretera.
El funcionamiento de otros componentes dinámicos como la dirección y los frenos se encuadran en las buenas sensaciones de eficacia que siempre se experimentan con los modelos de BMW.
El precio de venta está en el orden de los vehÃculos de alta gama o premium. No va a ser una excepción y la ganancia de tarifa nominal que pueda haber respecto al antecesor están en proporción a las ganancias operadas en este nuevo ejemplar.
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