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El fabricante japonés ha jugado bazas muy prácticas, pues ha redecorado como monovolumen y con los aditamentos que requiere este segmento un vehÃculo comercial y lo ha puesto en el mercado con un precio muy acorde con la crisis que se vive.
La gran credencial del Evalia es un precio que tiene numerosas lecturas, pues parte de un nominal que lo sitúa respecto a la competencia en una posición inmejorable, pero luego añade elementos de equipamiento en paquetes opcionales: de seguridad, de confort o ambos a la vez, que suponen un precio extra en torno a los 590 euros ó 1.180, si se opta por la doble posibilidad.
Es discutible, cuando menos, que dentro de ese paquete de seguridad se incluya el sistema de control de estabilidad y los airbag laterales, elementos que hoy están en la oferta de serie hasta del modelo más pequeño.
Pero en ese juego de compensaciones bien estudiado por Nissan figuran también como componentes de serie los automatismo de luces y limpiaparabrisas y una cámara de visión trasera, de inestimable ayuda en los aparcamientos o en las circulaciones marcha atrás.
Como el mercado aprieta una barbaridad, Nissan pone su grano de arena con una ayuda en forma de descuento del 20 % sobre el precio nominal, con lo que el arranque tarifario del modelo se sitúan en torno a los 17.000 euros. ¿Alguien da más por menos?
Cierto es que para inclinarse por un Nissan Evalia (o NV200 Evalia como se subraya en el logotipo del portón trasero) hay que huir de prejuicios e instalarse en un gran sentido práctico, porque este modelo es eso, por encima de todo, práctico. Absténgase quien busque glamour.
Y, dentro de ese sentido práctico, no olvidar que este Evalia va a servir de base al futuro taxi de Nueva York, donde la principal compañÃa de este sistema de transporte de la ciudad de los rascacielos ha hecho un pedido de 13.000 unidades. Otro espejo en el que mirarse sobre las conveniencias de este coche como referente en el transporte de personas y carga.
En su parte exterior no oculta -ni lo pretende- las formas de la NV200, incluso con esos pequeños neumáticos, que en marcha imponen una rodadura áspera, aunque, en su descargo, facilitan maniobras de modelo urbano por el corto diámetro de giro. Resulta llamativa a la vista la pequeñez de las ruedas en contraste con la altura de la carrocerÃa y la cortedad de la anchura.
Por el contrario, en el haber de las afueras de este coche hay unas puertas correderas laterales, que hacen la accesibilidad muy sencilla, además de una amplia zona acristalada que tiene mucho que ver con una visibilidad estupenda desde cualquier ángulo de visión.
El Evalia también da a elegir entre sus clientes el formato interior de cinco o de siete plazas, con la inclusión de una tercera fila de dos asientos por un extra en el precio de unos 450 euros. Esta tercera fila no rompe lo que ya es tradición, es decir su aptitud para ser ocupada por los más pequeños, pero tiene como gancho que los asientos se pueden plegar de forma lateral, con lo que las posibilidades de carga del maletero, ya de por sÃ, muy amplias, se multiplican.
Dentro del coche, enseguida se cae en la cuenta de esos orÃgenes de vehÃculo comercial por la postura que se adopta ante el volante, eso sÃ, muy sobreelevada, pero no del todo ergonómica, y el posicionamiento del mismo, lastrado por la imposibilidad de su regulación longitudinal. La palanca de cambios, fuera del piso, y ligeramente por debajo del salpicadero, potencia la amplitud.
Los asientos son cómodos, pero estrechos, de ahà que en la segunda fila, la caracterÃstica de su ubicación para tres pasajeros esté forzada y si viajan lo harán con alguna que otra apretura. En los delanteros, las banquetas son algo cortas, pero no inciden en exceso en la comodidad.
La instrumentación, la que está bien colocada, es accesible de primeras a ojos y mano, pero la que se esconde requiere de tiempo para dar con ello e incluso llegar a palpar con bastante riesgo de equivocación y activar el dispositivo no deseado.
El maletero es magnÃfico y el marco que deja libre el colosal portón trasero permite una muy buena facilidad de carga, con el añadido del piso bajo.
El Evalia, fabricado en la planta de la marca en Barcelona, sobre una versión modificada de la plataforma del crossover pequeño Juke no da mucho donde elegir en materia de motores. Simplemente, uno para cada ciclo y la misma potencia en ambos de 110 CV.
La prueba se ha efectuado sobre la versión diesel que no es otra que un motor de la alianza Renault Nissan de 1.5 litros de capacidad que se muestra bastante resuelto en las recuperaciones, algo torpe y tardÃo en las aceleraciones en salida parada y elástico por su facilidad para desenvolverse desde bajos regÃmenes de giro.
No se trata de un propulsor en exceso refinado, pero tiene la virtud de desplazarse con cierta rapidez por el cuentavueltas y tener la vitalidad necesaria para alcanzar velocidades punta altas y no venirse abajo en la subida de pendientes, al menos con un volumen de carga no excesivo.
Se acompaña de una caja manual de seis velocidades, bien compensada en sus desarrollos, dejando a la sexta con la suficiente holgura para que forme parte de una conducción no solo limitada a la reducción de consumos.
En esto de los consumos y, aunque el dibujo del coche pueda inducir a lo contrario, el Evalia tiene motivos para presumir. Durante la prueba apenas llegó a los siete litros a los cien kilómetros, en trayectos, casi todos, efectuados en carretera, pero el poco tránsito por el medio urbano no sugirió tampoco un gasto excesivo.
Circulando el coche no puede sustraerse a la dependencia que tiene de recursos un poco anticuados. Ballestas en la suspensión trasera y frenos de tambor en la misma zona. Esto, unido a la ya citada pisada áspera, unas suspensiones algo blandas que agudizan el efecto rebote en asfaltos no excesivamente planos y una propensión alta a ruidos aerodinámicos, puede que motivados por la resistencia al aire que provocan los grandes espejos retrovisores, conforman una dinámica ciertamente mejorable.
En el aspecto positivo está una dirección, muy bien equilibrada en el grado de resistencia a cada modo de conducción, que ayuda a colocar el coche en perfecta posición a la hora de trazar y, junto a esto, un comportamiento en curvas muy por encima de lo que insinúa su desequilibrio en dimensiones entre anchura y altura.
El Nissan Evalia queda como una alternativa con posibilidades para familias numerosas, teniendo en cuenta que en este apartado, tres son ya multitud, o clientes amantes de las actividades al aire libre. Pero en ambos casos sin el lastre de prejuicios estéticos y de posición social, porque en esos campos, este monovolumen rompe moldes y lo hace desde la sincera posición de reconvertir un comercial en un coche familiar sin más tapujos.
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