La primera visión que se hace del Astra GTC (siglas que muy bien pueden encuadrarse, por la filosofÃa que transmite, como Gran Turismo Coupe) no puede resultar más satisfactoria, por lo bien definida que está su arquitectura.
Hay en ella elementos determinantes como las tres lÃneas que resumen un dibujo completo francamente atractivo. A saber: la lÃnea curvada hacia abajo en dirección al capó desde la puerta delantera; una segunda, que nace en la manilla de la puerta y se extiende hasta la zona trasera; y la final, que sigue la trayectoria del techo y enmarca las ventanillas matizada en aluminio. En medio de ese tiralÃneas, el componente definitivo está en la alta lÃnea de cintura que se divisa desde la parte lateral.
En un repaso más convencional el coche aporta, por delante, un capó en fuerte caÃda, por los lados, unos pasos de rueda poderosos, y por detrás, unas defensas contundentes y un portón, con discreto alerón incluido, de rebordes muy en relieve. En definitiva, todo músculo.
Las cotas propias se resumen en una altura de la carrocerÃa rebajada entre 10 y 15 milÃmetros, una distancia entre ejes agrandada en 10 milÃmetros y las vÃas delantera y trasera ampliadas en 40 y 30 milÃmetros, respectivamente, sobre las dimensiones del modelo de cinco puertas.
Pero hay también correcciones importantes sobre la versión GTC de la generación anterior, entre ellas, sobresale una ganancia en longitud de 10 centÃmetros, lo que da al nuevo modelo un plus más que significativo de habitabilidad.
Esa magnitud se aprecia en la entrada al coche, eso sÃ, tras un pequeño esfuerzo de apertura de puertas, por lo pesadas que resultan. La zona delantera está dominada por asientos de constitución deportiva, modélicos en comodidad y en la sujeción de espalda y laterales, además de ajustarse en ocho posiciones
diferentes. No en vano vienen avalados por la Asociación Alemana para la Espalda Saludable.
Encajan como un guante y disponen de espacio suficiente para no sentirse constreñido en ningún momento. Pese a la posición baja, la panorámica frontal y lateral que ofrecen es óptima, y un poco menos la trasera, por lo contenido de la superficie acristalada de la zaga.
La segunda fila está ocupada por asientos estándar, aptos también para disfrutar de una comodidad placentera, pero el fuerte está más en la buena dimensión concedida en altura que en la separación entre filas, que resulta algo corta.
Las concesiones al escenario deportivo se dejan ver en algunos rebordes cromados, el forro en piel de volante y pomo de la palanca. Por lo demás, en la ubicación de relojes y botonadura hay un cierto seguidismo del resto de la gama Astra, es decir fácil ergonomÃa visual y un tanto más complicada la manual por la concentración de abundantes dispositivos. Aún asÃ, no lleva mucho tiempo familiarizarse con ellos.
La iluminación interior ofrece dos tonalidades: rojo, si se prefiere una conducción en modo sport, o blanco, si el animo infunde a guiar con más tranquilidad en las modalidades Normal o Tour, los programas del opcional sistema Flex Ride.
De la unidad de prueba cabe decir que es el tope de gama en cuanto a potencia en el ciclo gasolina, el 1.6 turbo de 180 CV, a la espera de la próxima llegada de la versión especÃfica OPC con mecánica sobrealimentada de 2.0 litros y un registro de potencia de 280 CV, una de las novedades de la marca en el Salón del Automóvil de Ginebra.
La primera impresión está en esa combinación cilindrada/potencia, que avisa de un motor bajo las reglas modernas del downsizing y plenamente acorde con su operativa.
Este propulsor experimenta regÃmenes de giro muy extendidos, con lo que la entrega de fuerza se deja notar desde muy abajo, concretamente un primer empujón ya está presente en las 1.700 revoluciones, pero su mejor aporte hay que buscarlo a partir de las 3.000 y hasta bien pasadas las 6.000.
Si se pretenden buscar emociones con un sonido ronco hay que llevarlo alto y, aún asÃ, no se busquen exageraciones. Ello quiere decir que el fabricante ha puesto en este motor un alto grado de confortabilidad, con un bien logrado silencio de marcha.
En el plano de las aceleraciones y las recuperaciones hace honor a lo que se le puede suponer con tan alto registro de potencia, aunque la limitación de cilindrada retarda mÃnimamente las reacciones.
La mecánica se apoya en una caja manual de seis velocidades que acompaña los cambios con exactitud respecto a los largos desarrollos del motor. El consumo está en el orden del equilibrio. En prueba se dejó una medio algo por encima de los diez litros. Previamente, en un escenario totalmente urbano, recorrido bajo distintas configuraciones se destapó con 13,5 litros de gasto, tratando de seguir al pie de la letra las instrucciones del indicador de cambio de marcha.
Opel ha tratado con mucho mimo los aspectos dinámicos del Astra GTC, mejorados en relación a la gama convencional que ya fueron debidamente alabados. Una innovación operada en el tren delantero ha sido la introducción de unas llamadas Torretas de Altas Prestaciones, basadas en el esquema de suspensión del Insignia OPC. El añadido se deja notar en una conducción muy segura, sin pérdidas de tracción, con exigencias altamente deportivas.
En el tren trasero, el eje de torsión con timonerÃa de Watt, ya ensayado en el Astra de cinco puertas, adopta aquà un sistema más ligero. También objetivo logrado con la constatación de una eliminación total de los tirones laterales que se pueden dar en tomas y salidas de curva en apoyos más forzados.
La rodadura del coche permite una amplia variedad de sensaciones, gracias a la disposición del sistema de chasis inteligente o Flex Ride, cuyo modo sport cuadra a la perfección en este coche regulando automáticamente la dureza de las suspensiones, el régimen de giro y la dirección a una conducción deportiva sin sutilezas. Los programas de confortabilidad: tour y normal cumplen con su función y son recomendables para el ámbito urbano.
En el aplomo de la rodadura ha sido elemento indispensable el calzado del coche, concretamente en el probado, unas impresionantes llantas de 20 pulgadas, el máximo de medida que se permite en el modelo, que se mueve en un rango desde las 18, otro de los exclusivismos del GTC.
Buenas sensaciones han transmitido en todo momento la dirección, eso, muy directa, con pocas vueltas entre topes, muy bien medida, también, en su grado de resistencia a la punta de velocidad en cada momento, y los frenos, estupendos en la acción de mordida, rápidos en la parada y con bastante resistencia a la fatiga.
Equipamientos especiales del GTC son, junto al Flex Ride, las nuevas generaciones de la cámara frontal Opel Eye, que amplÃa funciones, y del sistema de Iluminación Adaptativa, ahora con faros bi xenón.
El Astra GTC se orienta a una clientela de joven triunfador al modo de hoy en dÃa y se suma a esa colección de coches encuadrados como culminación emocional de una generación de conductores. El rango de precios en toda la gama y en el modelo de prueba es un buen aliado, pues no se desmarca de la competencia, y añade un equipamiento sofisticado e interesante en lo tecnológico y en la seguridad. Solo un problema: corre el riesgo, con determinados mensajes, de equivocar su dirección y terminar como referente de un comprador adinerado, pero poco refinado.
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