Caro, glamuroso y con un diseño que encandila son factores que apuntan al capricho y la distinción como factores decisivos de elección. Y la verdad es que ha sabido exprimir el jugo de cada uno de ellos con sumo acierto.
Probada ya la versión diesel de 190 CV, el turno correspondÃa ahora a la única de gasolina, es decir la SI4 2.0 de 240 CV, en la que ese refinamiento que se pretende transmitir se multiplica de forma exponencial.
Se trata de un propulsor fabricado completamente en aluminio, un recurso que ayuda a aligerar peso y en esa tarea consigue reducir hasta 40 kilogramos.
Responde a un sistema de alimentación propio de la tecnologÃa "downsizing" con inyección directa, sobrealimentación por turbo y doble distribución variable, que le hacen en muchos aspectos gemelo de un motor de seis cilindros, por comportamiento y refinamiento, pero que se desmarca en cuestiones de sumo interés como consumos y emisiones, donde reduce notablemente, un 20 %, en la comparativa con un convencional.
A la hora de rodar este motor transmite todo el sumo cuidado que ha puesto Land Rover en su concepto de ese refinamiento británico. Silencioso a carta cabal, ofrece un empuje rápido e instantáneo desde muy abajo. No rompe esa uniformidad de motor bien hecho y concebido en las aceleraciones, donde emplea en llegar hasta los 100 km/h menos de ocho segundos, ni en las recuperaciones, en las que
muestra una sobresaliente capacidad de respuesta, incluso tirando desde muy bajos regÃmenes de giro.
Para añadirle un cierto encanto deportivo, el motor dispone de un generador de sonido levemente ronco cuando se operan sobre él aceleraciones instantáneas. Pero en ese objetivo de refinamiento medido e intenso juegan papel primordial un colector de escape de una sola lámina que facilita un calentamiento más rápido, además de un diseño optimizado de baja fricción para los segmentos de los pistones y los taqués.
Otro plano teórico que se compagina bastante bien con el práctico es el del consumo. Un registro de potencia induce a albergar presentimientos de registros altos, pero que aquà se revelan bastante comedidos. Por supuesto, no se cumplen a rajatabla los 8,7 litros homologados por el fabricante, pero no se ha desviado excesivamente del cálculo. En prueba ha dejado 9,6 litros en registro de ordenador y, sobre ese plano, hay que decir que en prueba mayoritariamente por carretera, a velocidades máximas legales testifica unos consumos muy aceptables que rara vez sobrepasan los 8,5 litros.
Cuestión distinta es su circulación por ciudad, donde el consumo se dispara en exceso, y lo corriente es que se situé en el entorno de los 14-15 litros.
Un punto que requiere comparativa teórica de dossier es el de la trasmisión. Ha tocado la automática de seis velocidades, cuyos parámetros respecto a consumo y otras prestaciones salen bastante malparados, en relación con la manual del mismo número de relaciones.
Hecha esta precisión, sobre la mera comparativa del fabricante, la experiencia propia ha apuntado a que esa caja automática tiene un excelente comportamiento con cambios muy suaves y rápidos, y, con el uso del sistema manual, por medio de las levas ubicadas en el volante, la discrecionalidad del conductor tiene un amplio margen de actuación. Resaltar, por supuesto, que el sistema de mando por medio de una rueda que engrana cada relación es de una sencillez encomiable.
La rodadura entra también dentro de los efectos mágicos de este coche, pero el conjunto dinámico se supedita a la tecnologÃa Terrain Response, un producto genuino de Land Rover.
Dicho sistema adapta las respuestas del motor, la caja de cambios, el Haldex (el sistema operativo de la tracción integral permanente), los frenos y el control dinámico de estabilidad (DSC), a las variantes de conducción que se precisan a cada momento.
En este sentido, el Range Rover Evoque dispone de cuatro opciones para conducir por diferentes ámbitos. Mediante una tecla seleccionable en la consola central se puede optar por la conducción en General (en carretera y todo terreno fácil); Hierba / Gravilla / Nieve (condiciones resbaladizas, dentro y fuera de carretera), Barro, Baches y Arena y por último un ajuste dinámico adicional que está disponible en los coches que llevan la Adaptative Dynamics (suspensión adaptativa).
La seguridad tiene nuevos campos de actuación con los controles de Descenso y para la Salida en Pendientes. El primero restringe automáticamente la velocidad de descenso y el segundo libera progresivamente los frenos en las pendientes progresivas o en las cuestas empinadas.
El Range Rover Evoque tiene un alto componente de guiado divertido en el asfalto, donde todos estos elementos de control actúan con prontitud y eficacia. La dirección es de una precisión digna de alabanza y los frenos actúan con el mordiente y tacto adecuados.
Para el campo reserva buenas actitudes y un cierto poderÃo con obstáculos de cierta consideración, pero siempre conviene tener en cuenta que no es un todoterreno al uso y que el excesivo tallaje de los neumáticos le dificulta en la acción trialera.
Si hay que significar un factor levemente en contra se puede encontrar en unas suspensiones de recorridos largos que inducen a un leve balanceo, posiblemente una concepción de la marca más dirigida a clientela americana que gusta de esas amortiguaciones un tanto blandas.
Por fuera, muy bonito, con un diseño anguloso que se fija en el trazado de cada una de sus esquinas. Hay ADN Range Rover evidente, salvo en la zaga, donde un portón cóncavo, curvilÃneo, le da un toque de personalidad muy definida.
Por el lateral se ve un coche muy moderno, definido por su alta, muy alta lÃnea de cintura, un trazo que le deja muy poco espacio acristalado, sobre todo en las ventanas traseras.
El modelo se comercializa en dos tipos de carrocerÃa, la de cinco puertas y la coupe o de tres, ésta última ha sido la probada y se distingue por una altura reducida en tres centÃmetros respecto a la otra, de corte más familiar.
El avance de ese exterior se complementa con un interior en el que aparece cuidado hasta el mÃnimo detalle. La elección de materiales no se ha andado con limitaciones. Todo está supervisado para que la vida a bordo sea plenamente confortable.
Un buen comienzo es la comodidad de los asientos delanteros y como adosan al respaldo la zona lumbar del cuerpo. La segunda fila deja centÃmetros suficientes para piernas, por longitud, y para cabeza, por altura.
Esta versión coupe, sin puertas de acceso directo a los asientos traseros, hace que la accesibilidad a la zona quede en entredicho, lo mismo que la ubicación en esa parte, donde la estrechez de las ventanillas transmite algo de claustrofobia.
Hay mucha botonadura, pero lo suficientemente bien distribuida como para no liarse. La lectura de los elementos de información se hace sencilla y cómoda por el excelente grado de luminosidad y relieve de los dÃgitos.
Se está, sin matices, ante un coche con un alto componente de capricho y este componente es teorema automovilÃstico que sale caro. El Range Rover Evoque se posiciona alto en precio nominal, bien es cierto que con buen equipamiento, y el acceso a los distintos paquetes opcionales tampoco se sale de la lÃnea. Pero se vende.
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