Uno de estos ejemplos puede ser el de la versión SUV que ha aplicado a la gama de su compacto, el C4, y que distingue con la acepción Aircross, un modelo que se posiciona algo por debajo del C-Crosser y del recientemente presentado Peugeot 4008.
Esta es otra de las realidades de la colaboración del Grupo PSA Peugeot Citroen con la japonesa Mitsubishi, pero hasta ahora solo se ha plasmado en un modelo de Citroen, sin extenderse a la firma del león.
La apuesta por la diferenciación de Citroen tiene también otro capÃtulo en la lÃnea DS, un argumento poderoso para mostrar su visión de una exclusividad que asegura la creatividad de la marca.
Hay en el C4 Aircross, por otra parte, un sello dominante de Mitsubishi, marca bien conocedora de la tecnologÃa todoterreno de los SUV. En el nuevo modelo de la marca francesa se traduce en el motor de la versión probada, el diesel 1.8 HDI de 150 CV, y que es uno de los referentes del crossover ASX. Las evocaciones japonesas se encuentran también en el sistema de tracción adoptado.
Por jugar a romper, Citroen ha roto hasta con la imagen de la gama convencional C4, pues este Aircross, no evoca, hasta bien mirado y remirado, al compacto, del que se dice, deriva. Puede ser que los 14 centÃmetros de altura que gana para posicionarse como SUV de raza le desvinculen de la gama del modelo de más éxito de la firma de los chevrones.
Por supuesto, hay elementos comunes con los C4 convencionales, como la calandra frontal con el logotipo ampliamente desarrollado, pero las defensas le conceden esa musculosidad que tiene que transmitir casi obligatoriamente un coche de estas caracterÃsticas. En esa parte delantera brillan con luz propia, y nunca mejor dicho, la iluminación de dÃa con faros LED a ambos lados de la defensa y
también los faros antiniebla ubicados muy abajo.
El lateral llama la atención por unos poderosos pasos de rueda, una alta lÃnea de cintura ascendente y los tres grupos de ventanillas que no aportan excesiva superficie acristalada, si bien la panorámica lateral es más que aceptable y no se pude decir lo mismo de la trasera.
La parte trasera está dominada por un amplio portón, cuya arista inferior se decora con un cromado y unos pilotos bastante clásicos en su geometrÃa, que se adentran en dicho portón.
Las primeras impresiones visuales del C4 Aircross, desde luego, retrotraen a un modelo de segmento superior.
Hay un cuidado exquisito en el tratamiento de los elementos del interior. Se empieza por una alta comodidad de los asientos, tanto delanteros como traseros, con el valor añadido de la posición sobreelevada. Buena textura la del cuero de la unidad probada y no peor es el recogimiento y la sujeción de la zona troncal que ofrece el respaldo.
En las plazas traseras el componente confort tiene igualmente una alta valoración; primero por la amplia separación entre filas, segundo por la anchura de la banqueta. Tres pasajeros se ubican aceptablemente, aunque el asiento central reduce su anchura respecto a las cotas de los otros dos.
El maletero adopta medidas de capacidad para un buen equipaje y para otros elementos del concepto ocio que encierra en alto grado este modelo. Por ejemplo, la trampilla que permite colocar unos esquies, aditamento para la práctica de un deporte en el que este Aircross, con su tracción integral, es una magnÃfica opción.
El C4 Aircross sugiere buena terminación y acabados, pese a algún que otro plástico duro y, por supuesto, ese interior, al igual que el exterior, revela que hay componentes de segmento superior.
La faceta de la instrumentación queda resuelta con nota por la distribución de instrumentos y botonadura, accesible enseguida a manos y ojos y perfectamente manejable sin distracciones innecesarias.
Ya estaba anticipado, la caracterÃstica motriz de la unidad probada reside en el motor diesel 1.8 HDI de 150 CV, de origen Mitsubishi, y que aporta como innovación tecnológica relevante el sistema de alzado variable de las válvulas de admisión, o lo que es lo mismo, actual sobre los empujadores de éstas para modificar sus ángulos de apertura y cierre. La regulación corre a cargo de los impulsos que se dan al acelerador o el régimen de vueltas que se lleva en cada momento.
El sistema permite una conducción a bajos regÃmenes sin el más mÃnimo ahogo del motor, y cuando se demanda una ración extra de par, responder de forma casi instantánea, muy similar en esa percepción a un sistema tradicional overboost de entrega extra de potencia.
Tiene también reflejo en el consumo, pues este C4 Aircross dejó en todo lo alto este pabellón de la economÃa del coche, con un consumo más que óptimo. Apenas rebasó los seis litros en prueba. El sistema "start and stop", de serie en toda la gama ayuda a conseguir tal parámetro.
Seis son las velocidades de la caja manual. En este campo, Citroen ha establecido diferencias entre las trasmisiones que equipan la versión HDI de 115 CV y ésta de 150 CV. Para la segunda se ha trabajado con la entrega de un par motor superior y se ha adaptado en sus dimensiones para integrarse en el soporte delantero sin recurrir a un diseño propio. Se la ha dotado de un tercer árbol interno para las quinta, la sexta velocidad y la marcha atrás, para facilitar la limitación de las dimensiones exteriores.
Este coche, aún con toda la parafernalia crossover, sugiere asfalto y aquà rueda con una solvencia pasmosa. Hay un más que buen trabajo en la rigidez del chasis, que avala una circulación tranquila en todo momento, sin balanceos ni pérdidas de adherencia y en las suspensiones se percibe de primeras un tarado muy ajustado para incidir en el confort de marcha.
La cosa se complica algo en el campo. Limitado, por cotas como los ángulos de entrada y salida, a trayectos de simple camino forestal y, como ya se ha dicho, buen instrumento para la nieve. Ponerlo en exigencias más altas puede entrar dentro del terreno de la osadÃa.
Como se trata de un tracción integral, la conexión se hace manualmente en cualquier momento de la marcha. Dispone de los tres modos: el 2WD de conexión permanente a las ruedas delanteras; el 4WD para, en condiciones difÃciles de circulación mandar par al tren trasero, en una relación que puede llegar hasta el 50 %; el Lock, para situaciones extremas con transmisión permanente 50 %/50 %.
La dirección recibe un buen tacto y se apoya en la virtud redundante de ser muy directa y sensible a los movimientos del volante. La frenada actúa con el mordiente adecuado, pero se deja algo de eficacia en la distancia de parada.
Precio: alto, nominalmente caro. Se está ante un segmento de coches en fase de triunfo indiscutible, el único que crece con un mercado por los suelos. Si hay demanda la resistencia a rebajar precios deja poco o nulo margen de maniobra para llegar a clases populares. Es un tipo de coche de reafirmación social que,
sorprendentemente, sortea la crisis con agilidad y cintura. A modo de compensación, este Aircross cuenta con un equipamiento de serie generoso, con casi todo lo que puede pedir un conductor exigente y buen amigo del automóvil.
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