Si es cierto aquello de que "la primera impresión es la que cuenta", el nuevo Clio tiene todos los atributos para ser el más vendido de los utilitarios en 2013. Las dos últimas generaciones se han vendido muy bien, aunque es cierto que pecaban de una estética algo conservadora y de alto desgaste. Ahora es el momento de estrenar "look" en Renault y qué mejor que con el Clio, inspirándose en el concepto Dezir que se mostrara en el Salón de ParÃs de 2010 (ENLACE).
La calandra toma protagonismo, con un gran rombo "Renault" en el centro. De color negro, recorre de lado a lado el frontal del Clio, bordea por la parte inferior los faros e integra las luces de dÃa con leds. Refuerza y da sentido a unas proporciones que, metro en mano, hacen del nuevo Clio más largo y ancho, asà como más bajo: fórmula magistral para lograr reforzar la imagen deportiva, siempre que se consiga lidiar con una habitabilidad no comprometida. Los faros son el elemento más continuista del conjunto, aunque ahora son algo más compactos y menos intrusivos en la lÃnea de capó.
La lÃnea lateral es, junto con la trasera, la que más personalidad aporta al nuevo Clio -por mucha calandra que hablen desde Renault como seña de identidad-. Se ha reducido la superficie acristalada, además de resaltar el músculo del último cuarto trasero, lo que en conjunto destila personalidad y sensación de "fortaleza". No habrá variante de 3 puertas, por lo que esta de 5 debe cumplir con los gustos de los clientes más deportivos, algo que se logra subiendo al marco de la puerta el tirador de apertura trasero. Al más puro estilo del Seat León de anterior generación (curiosamente, el nuevo descartó esta opción).
Y visto desde atrás, el nuevo Clio rompe completamente con lo conocido hasta ahora en Renault. Tiene cierto parecido con el Laguna Coupé, por las ópticas horizontales y estrechas, y en este caso también se ha logrado un escenario estéticamente atractivo, algo difÃcil de lograr en tan poco espacio como el que brindan los utilitarios. Está francamente bien conseguido y la mayorÃa de personas con las que hemos coincidido durante la prueba del nuevo Clio, aprecian positivamente este nuevo diseño en Renault.
Pasando al interior, un primer impacto visual es igualmente atractivo. El número de botones se ha reducido al mÃnimo. Salvo la climatización, todo está integrado en la pantalla táctil y únicamente quedan como botones el de arranque/stop y el del modo de conducción "ECO", asà como los obligatorios de emergencia y apertura y cierre de las puertas.
Al tacto, el nuevo Clio sube de categorÃa y se sitúa con los mejores compactos. La parte superior del salpicadero es de tacto blando, las contrapuertas tienen un fantástico acabado y el volante es grueso, toda vez que ha dejado de tener la excesiva inclinación horizontal de generaciones previas. La amplia regulación en altura y profundidad facilita enormemente que se pueda estar cómodo, sea cual sea nuestra constitución y/o gusto a la hora de conducir.
El pedalier está bien situado, casi al centro de la posición natural de conducción, mientras la palanca de cambios cuenta con cierta altura que la deja al alcance de la mano. Vamos, que nada de incomodidades propias -hasta hace bien poco- de muchos utilitarios.
De los acabados, casi nada que objetar: sólidos en términos generales, buen tacto y es difÃcil encontrar detalles que hagan pensar en diseños "de última hora". Sin embargo, la nota negativa llega del material que se ha escogido para la consola central, volante, aireadores y algunas zonas de las contrapuertas. Se trata de un acabado en plástico negro pulido (brillante) que es muy fácil de marcarse con huellas, y muy sensible al rallado accidental por objetos cotidianos como un anillo, unas llaves, etc. ¡Da miedo hasta tocarlo!
Atrás, dos pasajeros viajarán con suficiente confort siempre que su altura no supere los 1,80 metros. El acceso es muy cómodo y el espacio para las piernas muy bueno, incluso con posiciones de conducción bastante atrasadas. Que el nuevo Clio sea el utilitario con la distancia entre ejes más amplia debe tener buena parte de la culpa.
El maletero, con 300 litros, es de los más grandes de su categorÃa. Según nuestra base de datos sólo es superado por el Peugeot 208 y el Dacia Sandero. Y es algo que salta a simple vista cuando se abre el portón, con unas posibilidades de aprovechamiento excepcionales por lo regular de sus formas.
Si por diseño y calidad de realización el nuevo Clio supera con muy buena nota el examen, habÃa mucha expectación por conocer cómo se desenvolvÃa en la carretera, en especial con el nuevo motor de 3 cilindros TCe. Esta mecánica en particular es la que rinde 90 CV, aunque hay una versión de 120 CV, siempre bajo al configuración tricilÃndrica, turbocompresor y distribución variable. Cubica apenas 898 c.c. y pese a ello ofrece hasta 135 Nm de par. Las mayores reticencias hacia estas mecánicas provienen de la teóricas vibraciones y ruidos poco armoniosos, algo que otro fabricante generalista ya consiguiera resolver (Ford, con el motor Ecoboost). Y por lo visto en el Clio, Renault también ha conseguido encontrar el método.
Y no es que haya absoluta ausencia de vibraciones, pero casi. El sonido, aunque particular, pasa desapercibido para la mayorÃa de "oÃdos" hasta el punto de tener que saber que se trata de un 3 cilindros para percibir tal caracterÃstica. Pese a la escasa cilindrada -inferior a un litro- la entrega de potencia es lineal desde poco más de las 1.500 rpm y cobra suficiente fuerza a partir de unas 2.200 rpm. Por debajo, casi no hay motor y le cuesta coger las primeras revoluciones. Pero una vez obtiene un régimen medio, este pequeño motor nos obsequia con un notable empujón que llega hasta las 6.000 rpm de forma absolutamente progresiva.
Como es obligado por las escasas referencias de este tipo de motores en el mercado, hay que hacer mención a sus dos principales competidores: el TwinAir de Fiat y el Ecoboost de Ford. El primero, de origen italiano y pese a ser el primero de la última generación de tricilÃndricos, no alcanza el grado de refinamientos de las opciones americana y francesa. Su ruido sà que es caracterÃstico e inconfundible. El de Renault que nos ocupa en esta prueba, parece un calco del premiado motor Ecoboost de Ford, lo que de por sà es un gran elogio. Como aquel, el TCe da la sensación de girar a un régimen menor al que el tacómetro nos indica. En aceleración y velocidad sostenida, el ruido y timbre generado podrÃa pasar fácilmente al oÃdo por unas 1.000 rpm menos de las reales.
Y esto es una ventaja en motores de este tipo, que necesitan de regÃmenes relativamente elevados para rendir una potencia notable. Además, el consumo se mantiene siempre por debajo de los 6,5 litros de media, tal y como comprobamos durante los 400 kms que recorrimos en nuestra prueba y que permite rozar, pese al depósito de apenas 45 litros, una autonomÃa real de unos 700-800 kilómetros por repostaje. En autovÃa es fácil obtener medias inferiores a los 5 l/100 kms, siempre que mantengamos una razonable velocidad de unos 90-100 km/h.
Una vez aprobado con nota en el apartado mecánico, el no menos importante relativo al agrado de conducción "lo borda". Atrás queda el tacto de dirección incierto, un pedalier excesivamente suave en accionamiento o un guiado impreciso de la palanca de cambios. En Renault están dispuestos a demostrar, con hechos y no sólo con palabras, que son la referencia entre los fabricantes franceses y que apuntan -además- a lo más granado entre la gran oferta de marcas existentes.
Este nuevo Clio es de esos automóviles con los que se tiene la sensación de conducir un deportivo, pese a no serlo. Lo primero que se te pasa por la cabeza es: si asà va este "modesto" Clio, ¿de qué será capaz el nuevo RS?
Es estable, preciso y en ningún momento se muestra incómodo. La dirección cuenta con el equilibrio perfecto entre sensibilidad y confort, con una desmultiplicación tirando a corta. Bien sea de paseo, o practicando una conducción sport, este Clio TCe se convierte en una extensión de tu cuerpo. Es muy fácil encontrarse cómodo conduciéndolo y la impresión es la de llevar entre manos un modelo de superior categorÃa. La frenada es contundente e impertérrita, pese a la ausencia de discos de frenos traseros.
Y si por algo también destaca el nuevo Clio es por su extenso equipamiento multimedia, no sólo por el de seguridad. El sistema Media Nav, de serie en los equipamientos Expression y Dynamique, ofrece en la pantalla táctil de 7" navegador 3D, bluetooth y audiostreeming. El funcionamiento general es bueno, salvo algunos detalles del navegador como que no muestre el mapa sin destino prefijado (únicamente "vernos" en el mapa), por lo que hay que apañarlo haciendo mute a la voz de guÃa.
El sistema de sonido cuenta con una calidad más que razonable si se opciona con el "sound by Arkamys" y "Bass Reflex". Además, el nuevo Clio puede sumar equipamientos tan poco comunes como el radar trasero de proximidad, sensor de toxicidad del aire... y en breve, el sistema R-Link, con el que podremos incluso variar el sonido de nuestro vehÃculo a medida.
En definitiva, un nuevo Clio que llega en un momento crucial del mercado, con rivales de muy alto nivel y ante una previsible recuperación económica en ciernes (D.M.). Por poner una segunda pega, la particular llave de acceso (tipo tarjeta de crédito) y la gestión del suministro de electricidad a los elementos interiores. Se da el caso de que, por ejemplo, accedamos al vehÃculo y no arranquemos el motor, no pudiendo bajar las ventanillas !? El contacto, que es por botón, no tiene "punto intermedio" para mantener apagado el motor y a la vez dar corriente a los elementos de a bordo. Estaremos obligados a encender el motor para suministrar electricidad. Un detalle que es caracterÃstico de algunos modelos Renault.
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