La marca checa del Grupo Volkswagen ha acometido la tercera generación de esta berlina de tres cuerpos, un poco a medio camino entre los segmentos compacto y medio, y se desmarca de una clientela que durante muchos años le ha sido fiel. Es decir, ha introducido tales elementos de calidad que ahora quiere ubicarse como modelo de más altos vuelos.
En realidad, Skoda no olvida un comprador que le ha dado prestigio, tanto como para sumar 3,7 millones de unidades del modelo vendidas en todo el mundo desde su lanzamiento en 1996, pues acerca ahora, como alternativa al taxi, el compacto Rapid, que se batirá con el Seat Toledo por las preferencias de este transporte urbano.
Se ha antepuesto ya en este comentario el salto cualitativo que ha tenido el Octavia en su tercera generación. Visible desde el principio en las nuevas cotas, que se traducen en 9 centÃmetros más de longitud, el añadido de 10,8 en la batalla y de cuatro en la anchura, en conjunción con una reducción de casi tres en el voladizo delantero.
Dentro de la faceta arquitectónica, ha retrasado el pilar C como para romper un poco las formas tradicionales de estas berlinas de tres cuerpos.
Dentro de los elementos decorativos se ha realzado la presencia del nuevo logotipo de la flecha alada, tanto en el frontal como en la zaga, mientras que en el primero se posa atrayendo la vista la parrilla de 21 láminas, que se ha subido algo en su posición como recurso de una sutil robustez, el capó largo con nervadura central y los faros enmarcados en un sencillo rectángulo que cuadra muy bien con el entorno; por su parte, la trasera toma el portón del maletero, que afianza una imagen de hatchback y los pilotos con la tradicional silueta en C, propia de la marca.
El lateral adopta trazos muy sencillos y rectilÃneos que dotan al coche de una elegancia realzada con la tercera ventanilla en la frontera justa del pilar C.
Al entrar en este coche, la primera impresión es la de un espacio sobrante, y que, para los ocupantes, se concreta en una posición cómoda y amplia en las dos filas de asientos, destacando que la plaza central de la de atrás es apta para un adulto, pese a la anchura del túnel donde se ubican los elementos de ventilación para esa parte del pasaje.
Como los números cantan, ahà van unos ejemplos: la longitud interior ha crecido en algo más de 3 centÃmetros y el espacio libre para las piernas de los pasajeros de los asientos posteriores evoluciona desde los 4,7 a los 7,3 centÃmetros, en tanto que la altura para la cabeza en esta segunda fila de asientos es de casi un metro.
En los asientos delanteros hay también comodidad para dar y tomar por la forma ergonómica de los mismos y lo bien que sujetan la zona troncal a la hora de circular. En la versión probada, la tapicerÃa era de un tejido algo áspero, aunque no restaba plus de confort.
El agarre al volante y la posición que se mantiene, analizado muy en positivo, no es más que otro capÃtulo de lo a mano que están todos los elementos de manejo visual y manual y la facilidad que hay para familiarizarse con todos ellos de inmediato. Esa sencillez está combinada con una austeridad no reñida con la calidad de los materiales y una sensación de muy buen acabado.
La lÃnea del salpicadero se ha modernizado con un estilo muy de los modelos del grupo y con ese toque elegante que domina en cada parte que se revisa del nuevo Octavia.
La tradición de carga sobresaliente del Octavia se consolida plenamente en la nueva generación con un impresionante maletero de 590 litros, el más capaz del segmento, y con las ventajas añadidas de una baja boca de carga, a la par que muy ancha, un receptáculo liso y sin huecos muertos, frente al inconveniente de un portón pesado que obliga al esfuerzo a la hora de levantarlo. Y todo ello,
con la prestación de una rueda de repuesto, ahà alojada, de las de tamaño normal.
Skoda ha querido hacer del nuevo Octavia un paradigma de esos elementos sencillos, pero inteligentes, que traslucen en su eslogan "Simply Clever", y a la cabeza de estos se sitúa la colocación de un pincha hielos en la tapa del depósito, muy útil para desembarazarse de este elemento tras las noches de fuerte helada. Otro recurso es el abatimiento de la fila trasera de asientos para ganar una capacidad de carga de hasta casi 1.600 litros, aunque con el inconveniente de no facilitar un suelo plano.
Justas en cantidad son las opciones motrices, tanto en diesel como en gasolina. Al primer ciclo ha correspondido esta prueba de estreno del modelo por parte de EFE, y más concretamente, a la versión 2.0 TDI de 150 CV, situada en la parte alta de la gama de lanzamiento.
Se trata de un motor de excelentes prestaciones, poderoso en todas sus manifestaciones, con desahogo suficiente en la parte más baja del cuentavueltas y recuperaciones instantáneas a partir de algo más de 2.000 revoluciones, además de expandir esa fuerza hasta bastante más allá de las 4.000. Empieza con un sonido en frÃo tÃpico de este tipo de propulsores, pero enseguida se ahoga en un silencio de marcha a tono con el refinamiento que se ha querido transmitir con la totalidad de esta berlina.
Sobresaliente, sin reservas y del todo merecido, en el capÃtulo del consumo. En carretera coloca el registro del ordenador de a bordo sin mucho esfuerzo de retención por debajo de los cinco litros y en ciudad hay que azuzarle para que rebase los siete. En definitiva, el promedio de la prueba ha quedado en un poco menos de 5,5 litros a los cien kilómetros.
No desmerece tampoco en la rodadura, donde demuestra un agarre que infunde gran confianza, confianza que tiene prolongación en los recorridos por zonas de curvas, donde hay que forzar en exceso para que la estructura pueda llegar a descomponerse siquiera mÃnimamente.
La marca ha tenido el mérito de, a pesar del incremento sensible de cotas, reducir el peso del coche hasta 102 kilogramos en relación al antecesor, por el uso de aceros de ultra alta resistencia más ligeros y propensos a una mayor rigidez de la estructura.
Skoda ha llevado al nuevo Octavia dos tipos de eje trasero. Las versiones de gasolina de más de 140 CV y las diesel han sido equipadas con el nuevo eje de viga de torsión, consistente en una sección transversal abierta en el centro, en la que se ha soldado una chapa al final de cada brazo para lograr distintas medidas de torsión. Las versiones más potentes, las combi o familiar y las de tracción total incorporan un eje trasero multipunto.
La seguridad se antepone con un profuso equipamiento de sistemas de control y en el mismo entra por primera vez el freno multicolisión, que ralentiza el ritmo de marcha, aunque el conductor no pise el freno. A la relación se añaden los asistentes frontal, de detección de fatiga, de protección de ocupantes, de salida de carril, entre otros.
La marca checa no rompe su compromiso con ese puesto de marca de acceso al Grupo Volkswagen y sigue en esa estrategia de precios populares, aunque no con la rotundidad de hace unos años, porque los avances demostrados en calidad no son a humo de pajas. El tercer Octavia sigue en esa posición favorable de tarifas accesibles en un marco de muy aceptable calidad. Y hay que tener en cuenta que por el bajo nivel de emisiones de su gama, se beneficia en casi todas sus versiones del Plan PIVE.
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