El hoy primer fabricante mundial insiste en la tecnologÃa hÃbrida como el camino intermedio más viable hasta la maduración de los eléctricos de pila de combustible de hidrógeno, la tecnologÃa que todos confÃan en que será la del futuro y en la que Toyota lleva una gran ventaja sobre la mayorÃa de sus competidores.
El Toyota iQ EV (Elecrical Vehicle) ha servido a Toyota como un demostrador tecnológico de su capacidad de ingenierÃa en la nueva movilidad, además de responder a quienes han dudado de la estrategia inicial de descartar el vehÃculo eléctrico puro, al menos a gran escala.
El buen hacer de Toyota en este caso no es casualidad, porque es el rédito cosechado tras más de 40 años de experiencia en la materia. Fue en 1971 cuando decidió poner a trabajar a sus ingenieros en el desarrollo de vehÃculos eléctricos.
La solución de propulsión totalmente eléctrica, desarrollada al mismo tiempo que otras soluciones, como la hÃbrida combinado (HV, Hybrid Vehicle), la hÃbrido enchufable (PHEV, Plug-in Hybrid) y la hÃbrida de pila de combustible (FCHV, Fuel Cell Hybrid), ha representado la visión a largo plazo de la compañÃa de la movilidad sostenible para las distancias cortas.
El equipo de ingenierÃa ha utilizado para el desarrollo de la propulsión cien por cien eléctrica la plataforma Hybrid Synergy Drive, fácilmente adaptable y que es usada como tecnologÃa central en todas las aplicaciones que desarrolla Toyota, desde la hÃbrida a la pila de combustible alimentada con hidrógeno.
En el caso de los EV, el sistema desarrollado ha sido empleado, además de en el iQ, en algunos conceptos y modelos. En concreto, el prototipo para dos ocupantes e-com, el RAV4 EV y varios prototipos de FT-EV, el último como la plataforma de creación de este iQ.
Del e-com, Toyota ha tenido una flota activa de 30 unidades en el año 2000 y del RAV4 EV, con una autonomÃa de más de 200 kilómetros, se llegaron a vender en Estados Unidos 1.500 unidades desde su lanzamiento en 1997. Toyota insiste en esta última opción, porque ha lanzado recientemente un nuevo RAV4 en colaboración con Tesla, un reconocido fabricante de automóviles eléctricos deportivos con el ha firmado un acuerdo.
El iQ EV es un vehÃculo diseñado especÃficamente para las distancias cortas en escenarios urbanos, sobre la arquitectura de un turismo convencional, por lo que la eficiencia lograda ha tenido que basarse en una baterÃa de pequeño tamaño, que ha obligado a trabajar concienzudamente en todo el coche, en una combinación de diseño ligero y eficiencia del sistema de propulsión.
El trabajo en la estructura del coche ha sido fundamental, condicionado por la ubicación de la baterÃa, que en este caso es pequeña y muy plana por exigencia del guión estructural.
La baterÃa, de tecnologÃa de iones de litio y de nuevo desarrollo, ha sido colocada bajo el suelo, en una base de acero de alta resistencia, lo que ha mantenido la estructura interior del coche, pero con el centro de gravedad más bajo que en una de las versiones convencionales del iQ.
Otra consecuencia de esta solución estructural es que los bajos del coche son planos y favorecen la aerodinámica, la circulación de los flujos de aire inferiores que en un automóvil convencional son un quebradero de cabeza para los equipos de ingenierÃa.
Los trabajos en la estructura, basados en la abundante utilización de aceros de alta resistencia, más ligeros, han dado su fruto al lograr sólo un incremento de peso de 125 kilos respecto a la versión convencional equipada con el motor de gasolina 1.3 con transmisión automática CVT.
Otra de las actuaciones destacadas sobre el iQ es la realizada sobre el sistema de climatización, toda una pesadilla para quienes han de diseñar un coche eficiente, de bajo consumo. En un eléctrico el sistema de aire acondicionado es uno de los sistemas de gran consumo de energÃa.
Pues bien, en este caso se ha optado por una bomba de calor de bajo consumo energético, asientos calefactados y un sistema desempañador del parabrisas para evitar el uso del aire acondicionado. El sistema, por cierto, puede ser accionado de forma remota para preparar el habitáculo.
El iQ nos presenta algunos rasgos diferenciadores del resto de la familia. Se utilizan, por ejemplo, dos tonos para la carrocerÃa, el blanco perlado y el negro.
Otra diferencia está en el frontal, en la zona superior izquierda del faldón, al lado del logo de Toyota, porque ahà se ubica el puerto para recarga, con tomas para la normal de 3 horas o la rápida en 15 minutos, que proporciona el 80 % de la carga a la baterÃa.
Este IQ eléctrico incorpora luces de dÃa y grupos ópticos de nuevo diseño, cuyo interior está pintado en negro para diferenciarse de las versiones estándar.
En la perspectiva lateral destaca la franja superior, por encima de la cintura, en color negro, y los tapacubos, ideados para ofrecer la menor resistencia aerodinámica posible.
La resistencia al avance ha sido reducida todo lo posible con algunas medidas, además del bajo suelo y los tapacubos, como la reducción de las aberturas de la parrilla, la modificación del capó para optimizar el flujo de aire sobre el frontal del vehÃculo, el ensanchamiento de la moldura del pilar A y la inclinación del borde trasero del techo.
En el interior apenas hay diferencias, salvo algunos detalles selectos de acabado, especialmente el tapizado, y los instrumentos especÃficos de información del funcionamiento del sistema, con información muy clara de la autonomÃa, sea si se rueda por carretera o en ciudad.
El indicador principal es el velocÃmetro central, de color variable, asociado al estado de funcionamiento del sistema de propulsión, asà como una pantalla que muestra hasta siete pantallas de información, de 3,5 pulgadas de diagonal.
En la zona central queda bien visible el botón azul de arranque. Palanca en posición de aparcamiento (P) y pedal del freno pisado son los requisitos previos para pulsar el botón y activar el sistema. La respuesta es el silencio. El cuadro nos asegura que el vehÃculo está arrancado y dispuesto para moverse.
El selector de velocidades es similar al que se utiliza con un cambio estándar automático. P (parking), R (marcha atrás), N (punto puerto) D y S (normal y deportiva) y B (recuperación).
Con la palanca en la posición D se obtiene el funcionamiento normal del sistema, al que se le puede activar una función ECO para optimizar el rendimiento en las aceleraciones y durante la marcha.
En la posición S, el sistema convierte las respuestas de aceleración en más rápidas, con el consecuente incremento del consumo eléctrico, y en la posición B aumentan las posibilidades de recuperación de energÃa, al hacer que en las deceleraciones el motor actúe como generador de energÃa eléctrica y cuyo efecto es una mayor retención.
En cualquier de las posiciones hay que tener presente que desde cero se dispone de todo el par ofrecido por el motor, por lo que una actuación enérgica sobre el acelerador hará que el pequeño iQ salga disparado.
Si es asÃ, la consecuencia inmediata, al ser delantera la tracción, es la descarga de peso en el eje delantero y una rápida sensación de flotación de la dirección a la que hay que estar muy atento, porque se puede perder la lÃnea de guiado.
Aún siendo suave la acción sobre el pedal del acelerador, la reacción del pequeño Toyota es muy enérgica. En los semáforos es normal dejar atrás a todos por la rapidez con la que responde el motor, aún siendo cuidadoso para evitar un exceso de consumo.
Los primeros metros nos descubren un extraordinario silencio de rodadura. El habitáculo ha sido muy bien aislado del exterior, con un buen ajuste de la amortiguación para este fin, aunque en el dinámico se muestra blando con rebotes sonoros cuando se pasa sobre un bache.
Con la baterÃa cargada, el pequeño reloj digital exhibe una autonomÃa en ciudad de 85 kilómetros y de 50 en carretera. Se puede ver en el mismo display la forma en que se consume energÃa y cuando recupera y la intensidad de esta fase. Es muy pequeño el gráfico y hay que fijar excesivamente la atención en este punto.
El mejor aliado del IQ EV es la conducción reposada, aplicando algunos principios de la conducción eficiente, como los que recomiendan el aprovechamiento de las inercias, en descensos por ejemplo, para evitar consumos innecesarios y facilitar la regeneración. Ganaremos kilómetros, en un juego que hace divertida la conducción eléctrica.
Las respuestas dinámicas son muy similares a las de un iQ convencional. Destaca la capacidad de maniobra en espacios reducidos. Son 8,2 metros los necesarios para hacer giros completos.
Y sus poco más de tres metros de longitud facilitan mucho el aparcamiento, casi en cualquier lugar, incluidos los señalizados en algunas ciudades como zonas reguladas. En Madrid, por ejemplo, los eléctricos están exentos del pago de los estacionamientos de la ORA.
En los giros, el coche exhibe una buena estabilidad, aunque se generen, por el ajuste blando de las suspensiones. Estas inclinaciones de la carrocerÃa, sin mayores consecuencia, inducen a la desconfianza en el conductor.
El sistema eléctrico del iQ EV está configurado con un motor/generador eléctrico de 47 kW refrigerado por aire, una baterÃa de 150 celdas de 277,5 V y 12,0 kWh, un cargador de baterÃa de 3 kW refrigerado por agua, un inversor, un convertidor CC/CC y un mecanismo de reducción de la velocidad del motor.
El mecanismo de reducción de la velocidad junto con un engranaje planetario y el diferencial de derivación del par se alojan en un nuevo transeje muy compacto, exclusivo del EV y configurado para reducir al mÃnimo las pérdidas energéticas.
Y de forma similar a los vehÃculos hÃbridos combinados Full Hybrid de Toyota, el iQ EV dispone de un sistema de frenado regenerador, que al decelerar hace que el giro de las ruedas se transmite al motor, que en esa fase funciona como generador y convierte la energÃa cinética en electricidad para almacenar en la baterÃa.
La baterÃa dispone, además, de otras dos formas de recuperación de la energÃa. bien a través de conector común, doméstico, o especÃfico para la rápida. La primera, al ser una baterÃa de pequeño tamaño se realiza en tres horas y la segunda proporciona un 80 % de la capacidad del acumulador en 15 minutos.
Es una pena que Toyota haya vuelto sobre sus pasos y decida no dar vida comercial a este interesante eléctrico con autonomÃa suficiente para la mayorÃa de los automovilistas urbanos del Planeta.
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