Y Jaguar lo ha realizado con una gama de amplio espectro, con el escaparate más deportivo puesto en la versión superior, la del V8 sobrealimentado y sus casi 500 caballos colocados en la parte delantera pero activos y de qué manera en la parte trasera.
Por debajo quedan los V6, el más sencillo de 340 caballos, más que suficiente para disfrutar de un convertible tan exclusivo, y la intermedia de 380 caballos, ya bajo el apellido S, con algunas diferencias estéticas y dinámicas sobre el inferior, que son compartidas con el V8 S, aunque éste añade algunas diferencias más para mejorar la siempre difÃcil conexión de 495 caballos con el asfalto.
Jaguar ha puesto en el F-Type viejas aspiraciones de las marca, empezando por un estilo limpio en las formas que ha estado gobernado por Ian Callum, que retoma antiguas ideas y evoluciona hacia el futura utilizando las tecnologÃas de construcción ligera basada en aluminios, fácilmente moldeables, en una forma de iluminación que el equipo de diseño ha utilizado como un elemento de fuerte identidad.
En conjunto, el F-Type desborda diseño y en el caso de esta versión V8, muchos extras dinámicos y sensaciones más intensas al volante, aunque para ello hay que ir a umbrales muy exigentes para el conductor.
Con los argumentos del V8, básicamente en términos de potencia, este F-Type S se sitúa en liza con los deportivos convertible de carácter ultra, véase Fearri o Lamborghini, y fuera de la órbita del espacio que ocupan por naturaleza los inferiores Porsche Boxster, una referencia para Jaguar, BMW Z4 o Mercedes SLK.
El llamativo diseño del Jaguar F-Type y su poderosa figura, sumada a una elaborada acústica de escape, convierten al convertible británico en una pieza no apta para conductores tÃmidos o que gustan de la discreción.
A los mandos del F-Type, el conductor va a ser objeto de las miradas del resto de los mortales, aunque primero mirarán la espectacularidad del coche.
Ian Callum, al que se le tiene que reconocer fuera de Jaguar su mano en los no menos llamativos Aston Martin, se caracteriza por dibujar formas limpias,aunque siempre voluptuosas, jugando con la suavidad de sus lÃneas y la incidencia de la luz sobre las limpias superficies de sus creaciones.
Los antecedentes estéticos del F-Type hay que buscarlos en el concepto C-X16 presentado en 2011, especialmente en las formas delanteras, que concentran las esencias originales de la marca, mientras en la trasera, el diseño parece ensayar una evolución con intenciones que podrÃan dibujar un nuevo futuro estético en la marca.
La idea de Callum crear diseños que perduren y que el tiempo termine por definir y puede conseguirlo, a priori, con este deportivo.
De forma general, el coche destaca por una gran anchura visual, generada por los trazos horizontales que caracterizan la parte trasera, que guarda en reposo un alerón que se despliega cuando se alcanza la velocidad de 100 km/h y no retorna a su posición hasta que se baja de los 65 km/h.
Otro elemento distintivo en el F-Type son la manilla de apertura de las puertas. Ocultas cuando el coche esta cerrado, sólo sobresalen cuando se activa la apertura. Esconden sendos dispositivos LED que iluminan la zona de acceso al coche.
La silueta, marcada por una lÃnea de cintura elevada, se adorna con la figura negra de una capota de lona que se abre en escasos 12 segundos, incluso a baja velocidad de marca.
En este punto, el trabajo de Jaguar está desmerecido por una falta de capacidad de aislamiento, probablemente inducida por evitar un excesivo grosor en el plegado que restara más espacio a un maletero que no es un prodigio de capacidad.
La lona, en opinión de la marca, encaja mejor en la filosofÃa del coche, a tenor de que ya está anunciado un F-Type de formato coupé, con techo cerrado, que ha despertado un gran expectación por la espectacularidad del diseño.
El techo de lona está confeccionado con una estructura multicapa que incluye una de Thinsulate cuya finalidad es la de mejorar la acústica y el aislamiento térmico.
Esta versión V8 S recibe sobre el resto de la gama equipamiento aerodinámico adicional, aletas frontales bajo las branquias de tiburón y estribos laterales más prominentes, para añadir estabilidad a las altas velocidades a las que puede llegar.
El V8 se caracteriza también porque monta dos tubos de escape dobles en los extremos, en lugar de centrales como en los V6.
Como en el maletero, en el interior tampoco hay derroche de espacio. El habitáculo es confortable, pero con espacio limitado, especialmente en la zona del acompañante, agobiada por el tirante que desde la zona superior del tablero se une al túnel central, delimitando una amplia zona de influencia del conductor y que constituye la mayor originalidad en el diseño de todo el salpicadero.
El piloto tiene ante sà un puesto de conducción de inspiración aeronáutica, muy cuidada en acabados generosos en piel y en elementos terminados en aluminio, aunque dentro de los cánones habituales, con un volante de buen tacto y una buena visión de los relojes analógicos.
En la zona central, una pantalla con gráficos de buena calidad da acceso a la gestión de un gran número de dispositivos, incluso los de ajuste dinámicos de suspensión o motor.
Este es un nuevo motor desarrollado a partir del V8 de 5.0 litros de Jaguar que configura el tope de la gama V8 para hacer una entrega de casi 500 caballos, que, por otra parte, son innecesarios para vivir una experiencia deportiva de alto nivel.
Este V8 está gestionado por una caja automática de convertidor de par de ocho velocidades denominada Quickshift de accionamiento manual mediante la palanca habitual o las levas ubicada detrás del volante que, como originalidad, son de color dorado.
Las ocho velocidades de esta transmisión, que lleva la potencia a las ruedas posteriores, son de relación cerrada, es decir, de desarrollos deportivos, que permiten un mejor aprovechamiento del motor, que pueden variar con los ajustes más dinámicos ofrecidos por la marca.
Esta transmisión, habitual en otro modelos del fabricante, ha sido optimizada para este motor con el objetivo de garantizar la aceleración en cualquier momento. El conductor siente la respuesta inmediata del motor cuando demanda potencia.
Como con los motores V6, esta transmisión funciona, según la descripción del fabricante, de una forma peculiar, ya que una vez que el sistema ha cambiado a segunda, un embrague de bloqueo elimina el convertidor de par y crea un acoplamiento mecánico directo entre el motor y las ruedas motrices.
El sistema "Quickshift", en el instante en que sube de relación, crea un sonido del cambio mucho más corto y nÃtido, al tiempo que el motor utiliza su propia inercia para dar una sensación de aceleración positiva durante el cambio de marchas.
Para esta transmisión de ocho velocidades se han desarrollado 25 programas diferentes de cambio para adaptarse a cualquier estilo de conducción y condiciones de la vÃa, mediante el análisis de la aceleración y la frenada, las fuerzas en curva, la posición del freno y del acelerador, el perfil de la carretera, si se está haciendo un "kickdown" o si el vehÃculo está siendo conducido cuesta arriba o hacia abajo.
El funcionamiento del sistema sorprende por la rapidez y la suavidad de las transiciones y parece, en general, como si se tratara de una moderna transmisión de doble embrague.
Para mejorar la eficiencia de esta transmisión asociada al V8, esta versión recibe de serie un diferencial activo controlado electrónicamente para limitar la pérdida de adherencia de los neumáticos, optimizar la tracción y ofrecer mayor control.
El diferencial activo de Jaguar está gestionado por un motor eléctrico que actúa sobre un embrague multidisco para transferir par a la rueda con mayor adherencia.
De forma automática, el sistema puede aplicar un bloqueo total de manera casi instantánea. Trabajando en combinación con los controles de estabilidad y tracción, además del ABS, permite el control de la entrega de potencia y la adherencia.
Una de las caracterÃstica de los F-Type, es el escape activo, un mecanismo de válvulas que se abre bajo carga del motor, lo que permite una transformación del sonido creciente, con las correspondientes descargas en cada cambio ascendente.
La intensidad del sonido es brutal, incluido el arranque, hasta que el motor toma temperatura, con petardeos en las recogidas. Sin embargo, en las reducciones se produce una atenuación del sonido que contrasta con la sonoridad en aceleración.
La conducción puede adaptarse a distintos estilos con el programa Configurable Dynamics, que varÃa distintos ajustes dinámicos, y dispone de la función Dynamic Launch, que junto con un cronómetro, es una herramienta para utilizar en circuito.
El F-Type ha sido desarrollado sobre un bastidor de aluminio, al que se debe que el coche no llegue a los 1.600 kilos, dotado de una gran rigidez torsional, que es una de las notas caracterÃsticas en el comportamiento del coche en ruta.
La consistencia estructural del F-type queda al descubierto cuando se le somete a las fuerzas horizontales, tangenciales y transversales que se generan en todo tipo de curvas. El coche responde con la consistencia de un coupe con estructura superior cerrada.
Queda combinar estas cualidades con el motor V8 y el sistema de transmisión para concluir que el F-Type, y esta es una sensación obtenida también en la prueba de las versiones inferiores, es uno de los coches del mercado de mayor potencial deportivo en términos dinámicos.
El tren trasero ha sido tecnificado hasta tal punto que hay que emplearse a fondo para encontrar sus lÃmites fÃsicos. Cuando llegan, el tren trasero avisa de sus intenciones con suficiente tiempo y suavidad para hacer las correcciones de dirección y aceleración necesarias sin que el conductor sea sorprendido por reacciones bruscas.
Lo cierto es que el coche admite cierto grado de brusquedad en el ataque a las curvas sin que el bastidor se descomponga. Sólo hay que tener precaución sobre superficies mojadas. El F-Type calza mucho neumático y estos no es un buen aliado sobre superficies deslizantes.
El diferencial activo en el tren de propulsión y la electrónica se encarga de mantener las situaciones controladas por encima de las deficiencias de conducción. Un exceso de utilización de los 500 caballos disponibles bajo el acelerador tienen consecuencia si no se hace todo con suavidad, especialmente en el manejo del acelerador.
El F-Type, a pesar de sus proporciones, es muy ágil en curva, con una velocidad de paso muy elevada en todo tipo de radios. Siendo un propulsión, el momento más crÃtico es la salida de la trazada. Es obligada una aceleración progresiva y abrir la dirección para aliviar tensión al tren trasero. La dirección es muy precisa y transmite con rapidez las órdenes al tren de guiado.
En cualquier caso, la conexión de los casi 500 caballos de potencia del V8 con el asfalto merece los mejores calificativos.
El motor sube de régimen con mucha rapidez a su lÃmite de giro, en torno a las 8.000 vueltas, especialmente en la configuración más "racing" del programa dinámico. Se echa de menos, por el contrario, un poco más de retención en las reducciones, en las que hay que ayudarse del potente equipo de frenos de esta versión, compartido con la versión más potente del V6.
Al final, el F-Type V8 S ofrece una experiencia de conducción muy emocional, una de las mejores que se puede experimentar a bordo de un deportivo moderno, cargado de electrónica, y por un precio, que aunque parece elevado puede ser considerado razonable puesto frente a sus potenciales competidores. Este V8 S no tiene amenazas directas.
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