Para ello no ha dudado en hacer algunas modificaciones exteriores, en cambiar el interior para hacerlo más aprovechable y moderno sin perder su estilo clásico y, sobre todo, para montarle un nuevo propulsor de tres cilindros que es todo un alarde tecnológico.
Mini, propiedad del grupo alemán BMW, se ha beneficiado de la experiencia de la casa madre germana y ha elegido para su Cooper Diesel un motor de 1.496 centímetros cúbicos, con tres cilindros, una potencia de 116 CV a 4.000 rpm y un par máximo de 270 NM a 1.750 rpm.
Estas cifras las consigue gracias a la nueva generación de motores BMW TwinPower Turbo, que, en este caso, se basa en una unidad turbo de geometría variable de admisión e inyección directa common rail, lo que le permite una presión máxima de inyección de 2.000 bares.
La caja de cambios manual de seis velocidades montada de serie permite sacar todo lo que encierra este tres cilindros, que no revela su naturaleza gracias al trabajo realizado en la reducción de vibraciones y al proceso de aislamiento acústico al que ha sido sometido.
El ruido de este motor no es mayor que en otros diesel de cuatro cilindros y con ello se rompe con el mito que asocia un tres cilindros a una tartana.
Los 116 caballos de potencia entregada por el propulsor parecen más cuando se juega con la entrega de par proporcionada por un turbo que funciona ya a muy bajo régimen. Llanea mejor que su antecesor y sube cuestas con muchísima facilidad.
Por ejemplo, en las incorporaciones a la autopista es fácil que se hagan a una velocidad superior a la prevista por la fuerte respuesta de empuje del propulsor.
Una vez que se ha alcanzado el carril deseado y que el modo de conducción elegido es más o menos tranquilo se pueden engranar marchas paulatinamente para llegar a una larga sexta que recompensa con un buen ahorro de combustible.
Disfrutar de la conducción está asegurado en este nuevo Mini. El motor es elástico y el bastidor es capaz de transmitir grandes dosis de seguridad a los ocupantes.
A ello contribuye el que el vehículo se ha estirado y está ahora un poco más pegado al suelo. El Mini de nueva generación ha crecido 9,8 centímetros a lo largo (hasta los 3,82 metros), 4,4 centímetros a lo ancho (hasta los 1,72 metros), casi un centímetro en altura (hasta los 1,41 metros) y 2,8 centímetros de distancia entre ejes (hasta los 2,49 metros).
Además el voladizo delantero ha aumentado en 4,2 centímetros y el trasero en 3,4 centímetros.
Este estirón facilita un paso por curva muy rápido y de mucha calidad dinámica; el Mini siempre se ha caracterizado por estar cerca de las sensaciones de un kart, lo cual ha sido acentuado en esta nueva entrega, a pesar del incremento de proporciones.
Es lo que Mini denomina "sensación Go-Kart" y que en esta tercera generación se ha intensificado con modificaciones en el chasis, reducción de peso y aumento de la rigidez.
Ahora lleva un nuevo eje de articulación única y montantes telescópicos, con soporte basculante de aluminio y brazos transversales de acero de alta resistencia.
El eje posterior multibrazo también es nuevo, tiene menos peso y una geometría compacta, lo que le permite ocupar menos espacio.
La servodirección electromecánica también se ha mejorado, al igual que el sistema de control dinámico de la estabilidad (DSC), que es de serie y que incluye sistema de control dinámico de la tracción (DTC) y el control electrónico del bloqueo del diferencial (EDLC).
La amortiguación y la suspensión llevan un nuevo reglaje con soportes de tres recorridos de compensación.
La unidad probada además lleva la nueva opción Mini Driving Modes que, mediante un botón giratorio en la base de la palanca de cambios, permite elegir tres modos de conducción.
El estándar Mid Mode, el deportivo Sport y el destinado a una conducción más ecológica y eficiente desde el punto de vista del consumo, bajo la denominación Green.
La elección de uno u otro incide en la curva de aceleración, en la velocidad de los cambios de marcha de la caja automática (opcional) y en el sistema de control dinámico de la suspensión DDC.
El ajuste de la amortiguación resulta algo dura para la utilización cotidiana, especialmente para los pasajeros traseros, pero es un pequeño tributo a pagar en pro de una gran adherencia del coche.
Mini ha homologado un consumo para este diesel de 3,5 litros a los cien kilómetros, que en la prueba dinámica -en la que se han combinado carreteras de puerto, autopista y ciudad- ha sido superior en casi dos litros, lo cual no quiere decir que esta cifra no se consiga. No obstante es un buen registro.
Para rebajar la factura de la gasolinera el coche lleva sistema de parada y arranque automático (stop & start). Es suave y funciona sin tirones.
Aún tratándose de un motor medio en términos de potencia, el bajo peso del coche -poco más de 1.200 kilos- favorece una buena relación peso/potencia y como efecto inmediato un comportamiento enérgico en aceleración y recuperaciones.
En un Mini siempre es posible practicar un estilo de conducción deportiva, aún con las versiones menos enérgicas, con menos caballos, porque gran parte del encanto de los Mini de todas las épocas es el bastidor.
Aún con las suspensiones menos radicales de la gama, como la de este Diesel, los límites dinámicos están muy arriba. El bastidor admite excesos, pero, ojo, es subvirador por naturaleza, de forma que la velocidad elevada en la entrada por curva puede tener consecuencias perdiendo dirección.
En el tren trasero, muy suspendido en la anterior generación (poco peso), mejora en esta nueva entrega de bastidor, pero hay que tener cuidado porque en un punto se pierde la trasera sin advertencias previas y es muy radical. es muy difícil recuperarlo por la brusquedad de la reacción, a pesar de haberse suavizado.
Dentro de estos límites, en los que es realmente difícil entrar, todo fluye con unas sensaciones realmente agradables. El conductor se siente muy sujeto al asfalto, consistente en línea recta, aunque penaliza la directa de la amortiguación si el pavimento no es de buena calidad, y muy bien guiado en curva.
La dirección hace que el tren delantero se coloque rápidamente en la línea de trazado, mientras en la salida la asistencia eléctrica nos sigue dando poca información sobre la posición real de giro de las ruedas. Hay que estar atento a ello e intentar anticiparse para abrir la dirección a tiempo.
La frenada en este nuevo Mini sigue siendo muy efectivo. El equipo tiene mordiente y el ABS entra tarde y ello se agradece cuando optamos por las prestaciones más deportiva del coche.
El interior de este pequeño "premium" también ha cambiado, especialmente en lo referido a las que, hasta ahora, habían sido sus características señas de identidad.
El velocímetro y el cuentakilómetros pasan de la esfera circular central a estar montadas sobre la barra de dirección, y lo mismo sucede con los elevalunas eléctricos, que se mudan a los apoyabrazos de las puertas.
Al liberar de palancas, que no botones, la esfera central se deja sitio para una pantalla opcional de 8,8 pulgadas -frente a la de serie de TFT de 4 líneas- desde la que se maneja el navegador, los sistemas de información y entretenimiento o el teléfono mediante una rueda.
A pesar de estos cambios la primera impresión que se tiene al acceder al vehículo es que hay un exceso de interruptores, Detaca sobre todas la palanca de arranque, de color rojo y en terminación metálica.
Para hacer aún más exclusivo el coche se ofrece opcionalmente una pantalla transparente retráctil en el salpicadero (head-up display), que va por encima del volante y en la que se proyecta la velocidad y los límites de velocidad que van apareciendo en el recorrido.
Para tranquilidad de los ocupantes y de los peatones, en el equipamiento de seguridad se serie destacan los airbags frontales y laterales, los laterales de cortina, los cinturones de seguridad de tres puntos de anclaje en todos los asientos -está homologado para cuatro ocupantes-, los sistemas de anclaje de las sillitas infantiles (Isofix) y un capó de retracción parcialmente automática para proteger a los viandantes en caso de atropello.
Opcionalmente se puede instalar un sistema de adaptación de la velocidad mediante la captación de imágenes con cámara, un aviso de acercamiento peligroso al coche que circula delante, detección de señales de tráfico, asistente de aparcamiento o cámara de marcha atrás.
Es fácil llegar a una buena posición de conducción con las distintas regulaciones que ofrecen los asientos -la versión conducida llevaba unos opcionales deportivos que envuelven al conductor- y todas las palancas están al alcance de la mano.
Detrás el espacio está limitado a dos ocupantes, que irán algo más tumbados de lo habitual si son de altura, para no tocar con el techo, e intentar introducir una silla infantil es una misión casi imposible. Es obvio que este no es un coche pensado para utilización familiar, una cuestión que resuelven, por el ejemplo, el Countryman, y el cinco puertas, de próximo lanzamiento al mercado.
Para niños de más de 1,35 centímetros es más cómodo que para menores de esa altura, ya que los pies de éstos últimos no llegan al suelo y tienen que llevarlos muy separados para que no les molesten los respaldos de los asientos.
Para algunos conductores pueden no ser prácticos los realces que tiene el volante deportivo justo a la altura de la posición que se considera adecuada para agarrarlo, las dos menos diez.
El apoyabrazos delantero también puede llegar a ser molesto y, en conducción rápida y con cambios de dirección constantes, es preferible llevarlo subido.
La capacidad del maletero ha aumentado en 51 litros, hasta los 211, ampliables, sin necesidad de plegar los respaldos traseros, porque la bandeja que separa la zona de carga de la destinada a la rueda de repuesto se levanta y se ancla en posición vertical permitiendo bultos de mayor altura.
Exteriormente, sin una mirada detallada, parece que poco se ha cambiado y se han mantenido en líneas generales las formas y el diseño de la parrilla hexagonal o los faros y pilotos con anchos marcos cromados.
Un examen más detenido desvela detalles significativamente diferentes sobre su antecesor, aunque los conceptos básicos de diseño permanezcan.
Se puede diferenciar aún sobre su antecesor con la abultada lista de opciones que ofrece Mini, en la que encontramos faros delanteros, traseros y antinieblas de led o llantas de hasta 18 pulgadas que pueden ir pintadas en color negro.
En conjunto, Mini lo ha conseguido y ha vuelto a hacer un coche que en términos de diseño emocional y conducción excitante, va dirigido a un amplio público, con limitaciones, que pasa por jóvenes, no tan jóvenes, parejas con o sin hijos y sibaritas que no quieren renunciar a lo último en un tamaño "pequeño".
La posición en el mercado de este Mini está en la parte alta del segmento compacto de gama alta y el precio puede considerarse elevado, máxime teniendo en cuenta que estamos ante un motor de potencia media.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS
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Longitud 3,821 m
Anchura 1,727 m
Altura 1,414 m
Distancia entre ejes 2,495 m
Vía delantera 2,495 m
Vía trasera 1,501 m
Peso 1,210 kg
Capacidad depósito 44 l.
Capacidad maletero 211 l.
Coeficiente aerodinámico 0,28 Cx
Posición motor Delantero transversal
Alimentación Inyección directa
Cilindros tres cilindros en línea
Cilindrada 1.496 c.c.
Potencia máxima 116 CV a 4.000 rpm
Par máximo 270 Nm a 1.750 rpm
Transmisión Manual de 6 velocidades
Velocidad máxima 205 km/h
Aceleración 0-100 km/h 9,2 seg.
Consumo medio 3,5 l
Emisiones CO2 92 g/km
Impuesto de Matriculación Exento
Dirección Asistida eléctrica
Diámetro de giro 10,8 m
Frenos delanteros Discos ventilados
Frenos traseros Discos sólidos
Suspensión delantera Tipo McPherson
Suspensión trasera Paralelogramo deformable
Tracción Delantera
Neumáticos 175/65 R 15
Equipamiento de serie ABS + EDB + ESP
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