El proyecto, llamado Toyota 2050, aspira a reducir el impacto negativo de la fabricación y conducción de vehÃculos "en la medida de lo posible".
El desafÃo consta de seis retos distintos en tres ámbitos: unos vehÃculos cada vez más eficientes, una fabricación mejor y el enriquecimiento de la vida de las comunidades.
El fabricante quiere reducir el promedio global de emisiones de CO2 de vehÃculos nuevos un 90 % para 2050 -en comparación con el promedio global de Toyota en 2010-.
Sus objetivos en este campo son alcanzar unas ventas anuales en todo el mundo de más de 30.000 vehÃculos de pila de combustible alrededor o después de 2020 y, en Japón, vender al menos 1.000 vehÃculos de pila de combustible al mes.
También pretende iniciar las entregas de autobuses de pila de combustible en pequeñas cantidades a principios de 2017, centradas en Tokio, y prepararse para vender más de 100 autobuses de este tipo antes de los Juegos OlÃmpicos y ParalÃmpicos de Tokio 2020.
Por otro lado, prevé reducir el promedio de emisiones de CO2 de vehÃculos nuevos más del 22 % para 2020 -en comparación con el promedio global de Toyota en 2010-.
AsÃ, el reto de la marca es eliminar "completamente" todas las emisiones de CO2, incluidos materiales, piezas y fabricación, del ciclo de vida de los vehÃculos.
Por ello, tiene el propósito de recortar las emisiones de CO2 por vehÃculo asociadas a procesos de fabricación en nuevas plantas y nuevas lÃneas de producción a cerca de la mitad de los niveles de 2001 para 2020, y a alrededor de un tercio hacia 2030, utilizando energÃas renovables y métodos de producción a base de hidrógeno para eliminar completamente las emisiones de CO2 para 2050.
La marca también tiene el objetivo de desarrollar tecnologÃas de fabricación que empleen el hidrógeno como fuente de energÃa y empezar a probarlas en lÃneas de producción de FCV hacia 2020.
Además, quiere utilizar energÃa eólica producida localmente en su planta de Tahara (Japón) hacia 2020.
Toyota pretende que las emisiones de CO2 asociadas a procesos de producción por vehÃculo fabricado en su nueva planta de México sean al menos un 40 % inferiores a los niveles mundiales que tenÃamos en 2001 cuando la planta empiece a funcionar en 2019.
Asimismo, utilizará electricidad procedente de energÃas renovables producida localmente en su totalidad en sus plantas de Brasil a partir de 2015.
La compañÃa quiere reducir "al mÃnimo" y optimizar el uso del agua "teniendo en cuenta las condiciones de cada paÃs".
Otro punto es promover el despliegue a escala mundial de tecnologÃas de reciclaje y tratamiento de vehÃculos para desguace, desarrolladas en Japón con el establecimiento de dos proyectos de reciclaje en 2016.
En este terreno, también buscan movilizar en todo el mundo actividades de conservación más allá del Grupo Toyota y sus aliados empresariales, estableciendo tres proyectos con orientación de futuro en 2016.
Para alcanzar esos objetivos a largo plazo, ha anunciado su sexto Plan de Acción Medioambiental, que se aplicará desde abril de 2016 hasta finales de marzo de 2021
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