Pues bien, en este caso, trata de que su nueva creación repita el éxito de una idea que se situó en su momento como tendencia del mercado a seguir, lo que logró.

Estamos ante una nueva idea desarrollada a partir de la filosofía inicial, pero adaptada a nuevos tiempos y a las nuevas exigencias en términos de multifuncionalidad de los compradores de automóviles de turismos actuales.

Así, los principios del monovolumen parecen haberse superado en favor, al menos en el mercado europeo, de otros conceptos como el de los denominados Sport Utility Vehiche (SUV) o los crossover, estos últimos aún más descafeinados que los todocamino o tototerreno ligeros.

Bajo estas premisas, Renault ha tratado de dar a su icónico monovolumen Espace una nueva imagen, compendio de varios estilos automovilísticos para dar satisfacción a esas nuevas demandas del mercado, y, de paso, tratar de iniciar una nueva tendencia de compra.

Con ello ha jugado el diseñador de la marca francés, el holandés Laurens Van den Acker, que se ha inspirado en la tecnología aeronáutico y ha combinado, además, las cualidades de los monovolúmenes con los mejores atributos de conducción de una berlina y el expresivo diseño de los SUV.

Al resultado, que puede o no gustar, se le ha de reconocer la valentía y algunos aciertos en términos de funcionalidad, dinámica y altura tecnológica. Después de conducir el Espace se tiene la sensación de haber entrado en un mundo aparte dentro de la marca francesa.

El nuevo Renault Espace presenta los principios arquitectónicos básicos del monovolumen, pero marcadamente evolucionados para mostrar una silueta más baja, con el fin de acercarse a un turismo, y una terminación del tercio inferior fortalecida con grandes y remarcados pasos de rueda en un claro guiño al mundo crossover.

La silueta, claramente más deportiva que la de sus predecesores, con un pilar C resuelto de diferente forma, se redondea con una cara frontal que lleva el sello del diseñador, que es el que define todo un cambio de imagen en el catálogo de Renault, extendido a todos los modelos con más o menos variaciones en los elementos decorativos.

En el frontal, un elemento de gran importancia es el registro lumínico. El Espace introduce un nuevo dibujo de luz diurna que forma una C asimétrica en cada faro, que es una identidad que se irá incorporando a los futuros modelos de la marca.

La iluminación es de tecnología de diodos (LED) y lo es para la luz de cruce y de carretera, mejorándose la visión nocturna con un 20 % más de potencia que un sistema de iluminación halógeno.

La firma lumínica trasera está configurada por unos grupo de luces de grandes dimensiones que se diferencian con facilidad del resto de los automóviles sobre el asfalto. La zona trasera es la que más parecido muestra respecto a los rasgos tradicionales del modelo Espace. En la versión Inititale Paris, la protagonista de la prueba y perteneciente al rango superior del modelo, se despista al automovilista con una gran inscripción `Initiale` que cubre prácticamente todo el portón y que de no estar acompañada por el rombo de la marca haría irreconocible el modelo.

El conjunto se desmarca de lo común, de modo que su ubicación en el mercado es difícil, porque no concuerda definidamente con ninguno de los modelos más próximos. Es una opción diferente, con una marcada personalidad, que constituye una experiencia estética sobre el asfalto.

Si en el exterior la imagen discurre por caminos diferentes, el interior hace lo propio, con una arquitectura en la que destaca una tableta central de 8,9 pulgadas, en posición vertical, lo cual ya es una novedad en el mercado, a través de la cual se puede intervenir en numerosos parámetros de ajuste para modificar el comportamiento dinámico del coche.

El diseño del salpicadero se inspira en el perfil del ala de un avión y en esta versión Initiale Paris se concentra el uso de materiales refinados en tapicerías y guarnecidos con el de servicios específicos de alta de gama.

El espacio interior y su distribución ha mejorado notablemente respecto a las generaciones anteriores de España, sobre todo el destinado al conductor, que ahora dispone de una mejor visión espacial del entorno inmediato y de lo que ocurre alrededor del vehículo.

El Espace es altamente configurable, lo que también se hace fácilmente, por medio del sistema One Touch, que permite escamotear todos los asientos, 5 o 7 plazas, de forma individual o colectiva, con un solo toque.

El conductor dispone a bordo del Espace de nuevos elementos de configuración del vehículo a través del nuevo sistema Multi-Sense, un dispositivo capaz de adaptarse al estado de ánimo del piloto y a las distintas situaciones de conducción.

El Multi-Sense gestiona, a través del sistema multimedia conectado R Link 2, permite una experiencia de conducción modulable en función del estilo del conductor, ya que es posible modificar la asistencia de la dirección, el comportamiento de la amortiguación pilotada, las respuesta de la caja de cambios de doble embrague, las respuestas del motor o el sistema de cuatro ruedas directrices 4Control o el ambiente luminoso de la cabina.

De gran relevancia en el nuevo Espace es el sistema 4Control, un sistema que Renault estrena en 2007 a bordo del modelo Laguna, que permite el giro de las ruedas traseras, con ciertos límites, para, en combinación con la amortiguación pilotada, generar una mayor estabilidad y otra forma de girar en las curvas que transmite al conductor una sensación de mayor agarre y control del vehículo.

El sistema 4Control está permanentemente activo, aunque con variaciones de funcionamiento, ya que por debajo del umbral de 50 km/h en modo confort, 60 km/h en modo neutro y 70 km/h en modo sport, las ruedas traseras giran en la dirección opuesta a las ruedas delanteras, con una amplitud máxima de 3,5 grados y es como si el coche acortara su batalla para ganar en agilidad, en tanto que por encima de estos umbrales las ruedas traseras giran en el mismo sentido que las ruedas delanteras, cuyo efecto es el de alargamiento de la distancia entre ejes, con lo que la percepción del conductor es en estabilidad, confort y seguridad.

Mientras que el sistema 4Control influye directamente en la dimensión transversal del comportamiento del vehículo, la amortiguación pilotada juega con la dimensión vertical, de modo que influye en la percepción que recibe el conductor sobre firmeza e las respuestas, más dura o más blanda.

El sistema de amortiguación pilotada adapta de forma permanente la reacción de los amortiguadores, hasta cien veces por segundo, al estado de la carretera, a las condiciones dinámicas y a las acciones del conductor, ya que tiene en cuenta el giro, el cambio de vía, la aceleración y el frenado.

La conjunción de ambos elementos -4Control y amortiguación pilotada- mediante el sistema Multi-Sense, abre al conductor un nuevo mundo dinámico a bordo de un turismo como el Espace, de grandes dimensiones y altura de carrocería.

Quien posea las referencias dinámicas de un monovolumen o crossover, se quedará más que sorprendido por las reacciones a bordo del Espace, mejoradas más aún si cabe con el adelgazamiento de hasta 250 kilos logrado sobre el monovolumen de anterior generación.

La calidad de la rodadura en línea recta e y en curvas de ángulos amplios está en el nivel de los turismos más selectos del mercado y en los giros de menor radio las reacciones y percepciones son comparable a las de un ultra deportivo.

Esa sensación de ir sobre raíles de algunos deportivos se va a tener con facilidad bordo de este híbrido entre monovolumen y crosoover.

El tamaño del coche se olvida gracias al este eficiente sistema dinámico. Hace falta menos ángulo de giro del volante y menos esfuerzos para realizar todo tipo de maniobras, y si ello se le añade en ciudad que el Espace puede aparcar casi solo en línea o en batería a 45 o 90 grados, tenemos un buen aliado para utilizar a diario.

Para mejorar aún más las cualidades dinámicas aportadas por el 4Control y la amortiguación pilotada, el Espace lleva embarcado el sistema llamado Advanced Traction Control, que mejora la motricidad en caso de arranque sobre una superficie blanda o con escasa adherencia.

El sistema puede funcionar en moto automático, capaz de identificar los cambios de adherencia para ajusta el par al freno mediante una sucesión de micro-frenadas y el par al motor controlando la velocidad en la rueda para que el neumático encuentre su adherencia en función del terreno. Cada rueda es gestionada por separado.

El modo manual debiera ser utilizado por conductores más experimentados, que pueden obtener un mejor rendimiento del sistema. Cuando se circula a más de 50 km/h el sistema cambia al modo automático.

Otro elemento de ayuda es el sistema de ayuda al arranque en cuesta (Hill Start Assist, HSA) que evita que el coche retroceda en pendiente cuando el par motor no es suficiente para garantizar el arranque.

El Espace se ofrece en España con una gama sencilla alrededor de res motores, el de gasolina de 200 caballos, y dos diesel de 130 y 160 caballos, este último el protagonista de esta unidad de prueba, capaz de un consumo oficial combinado de 4,6 litros, aunque la realidad impone entre 6 y 7 litros, lo cual está muy bien teniendo en cuenta el volumen y peso del vehículo.

Esta motorización incorpora la tecnología Twin-Turbo de Renault. El primer turbo es de muy baja inercia y es el que ofrece rendimiento en el arranque en frío y bajos regímenes de giro, mientras el segundo turbo cubre los rangos superiores de giro del motor.

El motor, que ofrece 265 Nm de par motor desde 1.250 revoluciones, 60 Nm más que el motor al que sustituye, tiene asociada la caja automática EDC de 6 relaciones, que obtiene lo mejor de este motor de 1.6 litros que mejora el rendimiento de los anteriores de 2.0 litros.

El menor peso del vehículo también contribuye a una notable agilidad dinámica del coche con sólo 160 caballos de potencia. Lo cierto es que no se echa de menor más caballería. El conjunto ofrece un buen equilibrio en esta materia.

El funcionamiento del motor es agradable y la sonoridad y vibración diesel están bien controladas en este caso, llevando a confort de rodadura de muy alto nivel. El trabajo de la suspensión, con un gran capacidad de absorción del mal estado del asfalto, juega su papel en este capítulo.

Con todos argumentos, el Espace se coloca en una nueva posición de mercado y especialmente esta variante Initiales Paris, con la que renault quiere desmarcarse hacia un cliente mucho más exigente, que no necesita acudir a un fabricante alemán para encontrar refinamiento dinámico y tecnológico.

El Initiale Paris exhibe elementos que le hacen distinto del resto de la gama, en color de carrocería, paneles decorativos exteriores e interiores distinguidos, tapicerías exclusivas y un conjunto de llanta neumático de grandes proporciones, nada menos que de 19 pulgadas con gomas más propias de un crosoover que de un turismo.

Estamos, en suma, ante una nueva opción de mercado que es original y tiene personalidad, bien ejecutada, con todos los inconvenientes que ello supone, porque el mercado está acostumbrado a estándares muy conservadores.

El tiempo dirá si el camino marcado por Renault tiene seguidores, aunque la marca ha puesto ingredientes para facilitar el camino, caso del precio, ya que se puede acceder a un Espace por poco más de 30.000 euros, aunque la unidad probada está lejos 14.000 euros más lejos. Pagar 44.550 euros por este coche no parece caro teniendo en cuenta su nivel