Este jueves el portavoz del Gobierno de Canarias, Julio Pérez, en una rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, ha anunciado nuevas medidas para los actos multitudinarios que ahora deberán contar con la aprobación y visto bueno por parte de la autoridad sanitaria.

Especial atención la que ha demandado Julio Pérez hacia el principal punto de contagio, la ciudad de Las Palmas y ha llegado a declarar que "...es muy probable que en Gran Canaria no se autorice ningún evento multitudinario..."

Son declaraciones muy duras y que dejan entrever serias dificultades añadidas para la organización de muchos eventos deportivos, entre ellos los del mundo del motor. A partir de ahora toca trabajar intensamente con las autoridades sanitarias y evitar complicaciones como, por ejemplo, zonas de alta congregación de público. Así lo hemos visto en el tramo espectáculo del reciente Rallye Isla de Gran Canaria, sin duda el punto más conflictivo de toda la prueba.

La única opción que le queda ahora al automovilimo es la de distribuir en la medida de lo posible a la afición, promover la no presencia en los tramos y sobre todo, evitar desde el propio organizador situaciones potenciales de riesgo. Porque por más medidas anti-COVID, recomendaciones y gastos en prevención, la realidad es que el espectador tiene la última en cuanto al resultado y a día de hoy, visto lo visto, no ha cumplido con lo esperado.