Del Qashqai hemos hablado largo y profundo en MotorCanario.com (artículo 1 ) y artículo 2). Sobre el papel, el modelo icono de Nissan presenta importantes soluciones tecnológicas y un diseño interior que rompe absolutamente con la imagen algo añeja del anterior. Queríamos verlo in situ, tocarlo y a ser posible, probarlo. Comprobar si todo lo que el departamento de prensa marketing de Nissan nos prometía, sería cierto.

Racionalizado al máximo con un único motor pero en dos variantes de potencia, debe ser suficiente para satisfacer la demanda de los potenciales clientes del Qashqai. Se trata de un 1.3 litros de tres cilindros con hibridación ligera y potencias de 140 y 158 CV. Más adelante habrá otras opciones con mayor electrificación.

La gama de acabados ofrece una opción para cada gusto, divididas en cinco escalones: Visia, Acenta, N-Connecta, Tekna y Tekna+. A estos cinco acabados se suma la edición especial de lanzamiento (Premiere Edition), que está a medio camino entre el N-Connecta y el Tekna. En todos ellos es de serie el equipamiento de seguridad, y se van sumando extras en cada peldaño como pueden ser una pantalla de infoentretenimiento de mayor tamaño, Apple Car Play y Android Auto, Cámara de Visión Trasera, Climatizador Automático Dual, tablero digital, llantas de hasta 20”, proPILOT, tapicería en piel o sistema de sonido Premium BOSE.

La plataforma sobre la que se ha construido el nuevo Nissan Qashqai es completamente nueva, denominada CMF-C, que es 60 kg más ligera y nada menos que un 40% más rígida. El uso de aceros de ultra alta resistencia y materiales ligeros como el composite y el aluminio son los culpables es este logro. Los ingenieros se han preocupado de dotar al nuevo Qashqai de una dinámica más deportiva, más comunicativa y apasionante. Al menos, sobre el papel es lo que nos venden.

La presentación nos sirvió para una primera toma de contacto que, aunque breve, nos sirvió para comprobar algunos detalles muy interesantes. Nada más subirnos al nuevo Qashqai percibimos un interior de una calidad visual y de realización muy superior al de la anterior generación, una sensación a la que contribuyen las dos pantallas digitales del cockpit y del sistema de entretenimiento. La solidez y buen tacto es la tónica general en todo el interior, siendo muy difícil encontrar una tacha al interior. La habitabilidad ha mejorada sensiblemente, aunque aquí el Qashqai ya iba bien servido: un SUV de tamaño exterior compacto pero muy aprovechable en su interior.

Tuvimos la oportunidad de probar dos combinaciones. El 1.3 de 140 CV y transmisión manual, además del 1.3 de 160 CV y cambio secuencial Xtronic, del que Nissan asegura que es “uno de los mejores cambios secuenciales del mercado”. Comenzamos probando el modelo de cambio manual y menor potencia. Nada más girar la llave de contacto nos percatamos de la práctica total ausencia de sonido en el interior del habitáculo, aun cuando el motor estaba en proceso de calentamiento. Cero vibraciones e imposible de discernir el número de cilindros que monta. ¡Nadie será capaz de decir que funciona de forma tosca! Suena y funciona como el más refinado de los 4 cilindros. Primer punto en el que destaca el nuevo Qashqai.

En marcha, por el tipo de vía en el transcurrió la toma de contacto, nos fue difícil analizar el comportamiento pero nos quedó claro que la calidad de rodadura ha subido varios peldaños de golpe. Filtra los baches y socavones en sonido y movimiento de forma similar a los mejores de su categoría, pese a que todas las versiones que probamos tenían barra de torsión en el eje trasero (el Multi-link se reserva al acabado Tekna+). La climatización funciona correctamente, el sistema multimedia es muy sencillo de utilizar y todos los mandos ofrecen un tacto excelente.

Teníamos prisa por probar el modelo con el nuevo cambio Xtronic, que se trata en su concepto de un CVT pero con una gestión ultra avanzada de su funcionamiento. ¡Dicho y hecho! Nos montamos en el modelo de 160 CV y este cambio secuencial y voilá el Nissan Qashqai gana nuevos enteros en refinamiento y sensaciones generales. Pasamos de un modelo muy muy bueno, a otro francamente excepcional. En condiciones normales, entre el tráfico y sobre todo con aceleraciones ligeras, el motor apenas supera el todo momento las 1.500 rpm y ello hace que casi parezca que conducimos un eléctrico. Realmente es sorprendente lo que un buen cambio puede hacer en un vehículo.

Con tres modos de conducción predefinidos, la variación en el cambio provoca una reacción más rápida y el mantener algo más arriba las revoluciones, pero siempre en límites bastante bajos. Con el Xtronic, Nissan deja a años luz el resto de cambios CVT del mercado (sin excepción). No hay rastro de sobre revoluciones innecesarias o esa desagradable sensación de patinamiento constante. Nos ha enamorado el que, aún pisando el acelerador un 75%, las revoluciones suben de forma gradual como lo haría un cambio manual. ¡Es alucinante!

Recomendamos fervientemente a cualquier tipo de cliente que esté pensando en comprarse un modelo de este tipo, que pruebe el Qashqai con cambio Xtronic. Probablemente salga sorprendida del rendimiento y agrado de uso. ¡Nos encantó!
En breve publicaremos una prueba más a fondo de este nuevo diamante de Nissan y exploraremos al máximo sus virtudes –y defectos-.