ACEA se congratuló en un comunicado de que el Parlamento Europeo votara el miércoles en sesión plenaria a favor de mantener la propuesta de la Comisión Europea para los objetivos de 2025 y 2030, que considera son ya “muy exigentes” y “sólo pueden alcanzarse con un aumento masivo de la infraestructura de recarga y repostaje”.
En cambio, mostró “preocupación” por el hecho de que los eurodiputados hayan votado para fijar un objetivo de -100% de CO2 para 2035, dado que la transformación del sector depende de “muchos factores externos que no están totalmente en sus manos”.
"La industria del automóvil contribuirá plenamente al objetivo de una Europa neutra en carbono en 2050. Nuestra industria está en medio de un amplio impulso a los vehículos eléctricos, con nuevos modelos que llegan constantemente”, indicó el presidente de ACEA y consejero delegado de BMW, Oliver Zipse.
No obstante, Zipse advirtió de que, teniendo en cuenta “la volatilidad y la incertidumbre que estamos experimentando a nivel mundial día a día, cualquier regulación a largo plazo que vaya más allá de esta década es prematura en esta primera etapa”.
“En su lugar, es necesaria una revisión transparente a medio camino para definir los objetivos posteriores a 2030”, subrayó.
A su juicio, dicha revisión tendrá que evaluar, en primer lugar, si el despliegue de la infraestructura de carga y la disponibilidad de materias primas para la producción de baterías serán capaces de responder a la fuerte y continua aceleración de los vehículos eléctricos de batería en ese momento.
Al mismo tiempo, ACEA consideró “esencial” cumplir el resto de las condiciones necesarias para hacer posible las emisiones cero, por lo que pidió a la UE que adopte con coherencia los distintos elementos del gran paquete legislativo para descarbonizar la Unión (conocido como “Fit for 55”), en particular los objetivos de CO2 y el Reglamento de Infraestructura de Combustibles Alternativos (AFIR).
Ese paquete se atascó el miércoles en el Parlamento Europeo, incapaz de consensuar una postura para negociar con la Comisión Europea y el Consejo la reforma del mercado de emisiones de CO2, uno de los pilares de la transformación climática de la UE.
Una enmienda introducida a última hora por el Partido Popular Europeo, apoyada por liberales y euroescépticos, llevó a Socialdemócratas y Verdes a votar contra el texto en su integridad y tumbar la posición conjunta del Parlamento Europeo, contra la que también votaron la extrema derecha y la izquierda.
"Fit for 55” busca que la UE reduzca para 2030 sus emisiones en un 55 % respecto a 1990 y alcance la neutralidad climática en 2050.
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