Los años de pandemia -que paralizaron además el sector durante un largo tiempo por los problemas de abastecimiento de chips-, unidos al creciente desinterés de las marcas por presentar sus novedades en este tipo de eventos, motivaron que Ginebra se quedara sin uno de sus principales eventos anuales desde 2019, aunque finalmente ha logrado convencer a algunas automotrices para este inesperado regreso.
En 2023 el salón ginebrino llegó a celebrar una edición de "exilio" en Catar, también con muchas dificultades que obligaron a posponerla en dos ocasiones.
Finalmente, y hasta el 3 de marzo, una treintena de expositores estarán en el recinto Palexpo ginebrino, pero muchos de ellos de carácter institucional o dedicados a los servicios al automóvil.
Las grandes fabricantes del sector de la automoción brillarán por su ausencia: de los gigantes europeos sólo estarán presentes Renault y Dacia, acompañadas de otras marcas como la china BYD, la japonesa Isuzu, las suizas Lucid y Microlino, la británica MG Motor o la italiana Pininfarina, acompañadas de firmas emergentes y otras dedicadas al desarrollo de vehÃculos eléctricos.
Esta discreta participación refleja una tendencia global en la que las marcas cada vez utilizan menos este tipo de salones para presentar sus novedades, optando en cambio por estrategias como presentaciones en la red o eventos privados y locales.
El Salón del Automóvil de Ginebra comenzó a celebrarse en 1905 y durante largo tiempo fue considerado el mayor de Europa, un tÃtulo que según los especialistas en el sector ahora es para el Salón de Bruselas.
En pasadas décadas, importantes modelos de la historia del automóvil se estrenaron en el salón ginebrino, tales como el Lamborghini Miura (considerado el primer superdeportivo de la historia), el Citroën CX, el Lancia Delta o el Land Rover discovery.
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