Prueba del Seat Alhambra 2.0 TDI Ecomotive Style: espera con recompensa.

Pruebas - El relevo para el Alhambra ha llegado.
Prueba del Seat Alhambra 2.0 TDI Ecomotive Style: espera con recompensa.

Fernando A. Marqués - Publicado el 14/12/10

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La espera ha tenido su recompensa, porque la evolución es notable en todas las facetas; en arquitectura, en diseño, en funcionalidad, en mecánica y en personalidad dinámica.

Las ventajas sobre al Sharan radican en el precio, porque en todo lo demás es prácticamente igual, con algunas diferencias en las composiciones de las versiones y el toque personal que cada marca da al exterior y al interior, que embarca algunos materiales de distinta textura.

Una de las grandes novedades del Alhambra es la sustitución de las puertas traseras de la primera generación por dos correderas de gran tamaño, de apertura manual o automática, según la versión, que abren mucho y sobresalen en plena apertura solamente 20 centímetros de carrocería. Las puertas en modo automático incorporan un sistema antiaprisionamiento que interrumpe la apertura automática.

Una de las grandes ventajas de las puertas correderas es el acceso a la tercera fila de asientos. Ha dejado de ser la pesadilla para quienes pretendían acceder en la primera generación del monovolumen a esta parte del habitáculo, incluso para los niños.

En la segunda fila de asientos viajan cómodamente en asientos individuales tres adultos, y pueden hacerlo dos en la tercera fila, aunque siempre es preferible reservar esta zona a al pasaje más menudo.

Con los siete asientos activos, el espacio disponible en el maletero es escaso. Ha mejorado sobre la generación anterior, pero no es suficiente para afrontar un largo viaje. Sin embargo, con cinco asientos, el volumen de carga es muy generoso, ya que la nueva generación ofrece 809 litros.

El diseño interior es notablemente más elegante que el de su antecesor, con una arquitectura dividida en dos horizontalmente mediante la moldura de color distinto.

La distribución de la información y de los mandos está más arriba en este nuevo Alhambra y es prácticamente idéntica a la del Saharan de Volkswagen.

Los relojes están iluminados en blanco, al igual que el resto del tablero, lo que proporciona una mayor elegancia y propicia una menor fatiga en los viajes nocturnos.

La posición de conducción es alta y confortable, desde la que se tiene un gran dominio de lo que rodea al conductor, dentro y fuera del coche. Una de las características del nuevo monovolumen de Seat es la gran visibilidad y luminosidad interior

Los pasajeros están rodeados de una amplia gama de equipos de confort, como un sistema de climatización que mantiene refrigeradas la guantera y que entre los que ha de incluirse un gran número de espacios para guardar todo tipo de objetivos, hasta botellas de litro medio en las puertas delanteras y de un litro en las traseras.

Un sistema de confort, aunque en realidad es una ayuda a la conducción, es el de aparcamiento automático o Park Assist, capaz de realizar automáticamente las maniobras de estacionamiento en línea o en batería, para lo que se sirve de doce sensores de ultrasonido.

Aunque se trata de una opción no embarcada en la unidad de prueba, el sistema puede detectar espacios para estacionamiento en línea si no se superan los 40 km/h y en batería por debajo de los 20 km/h.

El sistema ejecuta las maniobras de volante necesarias para encajar el coche en el hueco y el conductor sólo debe actuar sobre el acelerador, el cambio de velocidades y el freno.

Sobre el Alhambra anterior, el nuevo guarda en la cuna delantera los nuevos motores del grupo, un 16% más económicos, y en la versión probada, equipada con el 2.0 TDI de 140 caballos, el consumo medio marca 5,5 litros, con 143 gramos de CO2 por kilómetro, Los dos valores son imbatibles en un monovolumen de gran tamaño.

Este motor suma a sus cualidades de uso -muy baja sonoridad- un catalizador de reducción selectiva que le convierte en uno de los más limpios en el resto de emisiones contaminantes.

El propulsor suma también, como el resto de la gama, el sistema automático de parada y arranque del motor (Stop/Start) cuando se detiene el vehículo para ahorrar consumo de carburante, lo que logra en un 4%.

El apellido Ecomotive de este Alhambra implica también el empleo de otras tecnologías eficientes, como la de recuperación de energía mediante la regulación inteligente de la tensión del alternador durante las fases de frenado y deceleración, de forma que la energía recuperada se acumula en la batería.

Cuando se vuelve a acelerar, la energía acumulada se entrega nuevamente a la red de a bordo, con lo que el motor debe dedicar menos potencia para el funcionamiento del alternador y ello deriva en una reducción del consumo.

Medidas similares de ahorro de energía se han aplicado al funcionamiento del motor, como las de la bomba de combustible, que únicamente gasta la energía necesaria en cada momento, o de las bombas de agua o de aceite, que consumen menos energía. Las reducciones de fricción también forman parte del desarrollo de este nuevo motor, para el que ha sido lograda, además, una disminución del peso total.

La gestión del motor está reservada a una transmisión de seis velocidades, bien escalonada, con un tacto de uso muy agradable, con una palanca en buena posición para el conductor y recorridos cortos.

Una peculiaridad de la nueva generación del Alhambra es el comportamiento dinámico. Es más consistente en cualquier tránsito, especialmente en curva, fase en la que se mantiene más firme, con menores oscilaciones de la carrocería.

Sólo se perciben algunas derivas cuando exige más al vehículo, consecuencia del alto perfil de los neumáticos (50), montados en este caso sobre llantas de 16 pulgadas.

En el nuevo comportamiento tiene mucho que ver la dirección de asistencia electromecánica, que trabaja en función de la velocidad, con un ahorro de hasta 0,3 litros de combustible cada cien kilómetros.

El Alhambra embarca de serie las ayudas a la conducción de última generación del grupo. El ESP, por ejemplo, incorpora la función de estabilización de remolques, de forma que si el remolque derrapa, se activan los frenos que corresponden al lado opuesto al ángulo de desviación.

Con una ligera presencia acústica del motor a ralentí y en las primeras fases de aceleración, ya lanzado, el propulsor responde con una acústica bien filtrada. A velocidad e crucero no se siente el motor y sólo recupera presencia si se demanda un fuerte recuperación.

Las evoluciones del bastidor sorprenden. Puede considerarse que estamos ante un monovolumen con tono deportivo, además de aspecto, porque presenta una imagen que se sitúa más cercana al suelo.

En curva muestra lo mejor del chasis. El eje delantero responde con rapidez a las ordenes de conducción y el tren trasero se sitúa fielmente en la línea marca por las ruedas delantera. Como ocurre con la mayoría de dirección de asistencia eléctrica, en algún momento se pierde la información de la conexión de las ruedas sobre el asfalto y no se sabe muy bien en qué ángulo están.

El Alhambra, se percibe liviano a pesar de su peso, y es visiblemente subvirador, de forma que hay que detener suficientemente el coche para poder colocar el tren delantero para evitar la tendencia, que el ESP corrige, pero sólo hasta cierto punto.

Desde el plano comercial, el Alhambra -es fabricado en la planta de Palmela, en Portugal, junto con el Sharan- exhibe un precio algo elevado.

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