Prueba del SsangYong Korando 200Xdi Limited 4WD: cambio de sintonía.

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Prueba del SsangYong Korando 200Xdi Limited 4WD: cambio de sintonía.

Fernando A. Marqués - Publicado el 01/02/11

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De un todoterreno construido sobre bastidor de largueros, el nuevo Korando ha sido transformado en un SUV ligero con carrocería autoportante, con una calidad notable teniendo en cuenta el competitivo precio de cualquiera de las versiones de la gama.

El nuevo Korando es un diseño de Giugiaro que nos presenta un elevado equipamiento de confort y seguridad y un nuevo motor diesel de dos litros que entrega una potencia de 175 CV que debería mejorar en refinamiento de uso pero que recompensa al propietario con un consumo reducido, un apartado que están adquiriendo una gran importancia ante la continua subida de precio de los carburantes.

Esta primera entrega del plan de relanzamiento de la marca surcoreana llega en un momento de auge de los vehículos SUV compactos o de tamaño medio, cuajado de competidores y en el que, por cierto, están dominando las versiones de tracción a dos ruedas y no las integrales.

La versión probada equipa tracción AWD (4x4) de tipo conectable con posibilidad de bloquear el diferencial central para conducir por zonas de muy baja adherencia.

El diseño es una de las cualidades del nuevo modelo. Giorgetto Giugiaro ha creado una imagen de corte europeo, con un elevado nivel de calidad visual percibida.

El Korando exhibe una figura alta, caracterizada por una línea de cintura elevada, que favorece una imagen completa musculosa y suave, porque dominan las líneas suaves, poco tensas y redondeadas.

El frontal está caracterizado por una gran parrilla y grandes entradas de aire, muy redondeadas, en tanto que en la zona trasera la arquitectura está marcada por dos grupos de luces elevados y un portón también redondeado.

El interior mantiene la línea creativa exterior, con un estilo moderno configurado en distintos niveles marcados por materiales de diferente aspecto, textura y color, con una marca figura central en uve.

Del Korando se recibe una calidad percibida muy elevada, especialmente del salpicadero. Las puertas pueden mejorar.

La iluminación del cuadro de relojes y del resto de los controles es anaranjado. La distribución de los mandos siguen las últimas tendencias en ergonomía, con una distribución que hoy se encuentra en otros muchos modelos.

Los asientos, siendo aceptables, son una parcela a mejorar, ya que resultan algo duros, al menos en la versión probada, tapizados en cuero, y ofrecen escasa sujeción lateral, lo que constituye un punto vital en un coche que cuando circula fuera del asfalto se mueve.

En la zona trasera hay mucho espacio para los pasajeros, que disponen de un respaldo al que se le puede variar la inclinación, también para mejorar la capacidad de un maletero capaz y muy aprovechable por sus formas.

El conductor, aunque puede variar la altura del asiento, percibe una posición alta frente al volante, de dominio de lo que ocurre alrededor del coche. Es fácil, con los reglajes de asiento y volante, lograr una buena posición ante los pedales y el volante.

El conductor tiene a su disposición un motor diesel de notables prestaciones, tan elevadas como el ruido de distribución cuando al motor se le da carga.

El motor, de 2.0 litros, pone a disposición del conductor 175 caballos de potencia, una cifra que está por encima de la media del segmento que no penaliza, como gran virtud, el consumo, en torno a los 6 litros oficiales de media, aunque sobre el terreno es un poco más.

Por cierto, el fabricante asegura que el moto está preparado para ajustarse a las exigencias de la norma Euro 6, cuya entrada en vigor está prevista para eñ 1 de septiembre de 2014 en lo que respecta a la homologación y el 1 de septiembre de 2015 en lo que se refiere a la matriculación y venta de las nuevas clases de vehículos.

Una caja manual de seis relaciones de mecanismo un poco áspero es la encargada, en esta versión, de gestionar las capacidades de este motor que gusta cómo empuja y que será uno de los mejores dos litros en cuanto el fabricante refine y aisle el ruido mecánico de la parte superior del motor.

El motor y la caja manual, con una sexta que mejora el confort de marcha, hacen una buena pareja. El conjunto responde con claridad a las demandas de aceleraciones y recupera de forma contundente cuando se trata de sacar de un estado agónico, a bajo régimen y en relación de marchas larga. A partir de 2.000 vueltas se dispone de 360 Newton por metro.

El consumo homologado lleva a este motor a unas emisiones de dióxido de carbono que le colocan en el tramo del Impuesto de Matriculación del 4,75%, una tasa que contribuye a que este SUV compacto tenga un precio muy competitivo que le coloca en una interesante posición en el mercado como alternativa de compra real en un segmento de notable éxito y parece que creciente, a pesar de los intentos de la Administración Pública de crear una mala imagen del concepto.

La versión probada dispone de tracción a las cuatro ruedas conectable de forma automática, que en condiciones normales de adherencia actúa enviando el cien por cien de la tracción al eje delantero.

Si se pierde agarre, el sistema enviará de forma automática el par al eje trasero, en tanto que para situaciones de muy baja adherencia, el Korando equipa un sistema de bloqueo de diferencial central para velocidades de uso de hasta 40 km/h, de forma que con el diferencial central bloqueado el sistema de tracción reparte el par entre los ejes delantero y trasero al 50%.

El sistema es rápido y eficiente. Se puede afrontar un elevado grado de dificultad fuera del asfalto, sobre nieve, arena o barro.
Sobre nieve, especialmente, con los neumáticos de serie, unos Khumo coreanos de contacto que funcionan mejor de lo esperado sobre esta superficie tan resbaladiza.

En terrenos de obstáculos, las limitaciones quedan impuestas, en la mayoría de los casos por la altura del coche y el resto de las cotas. Como terreno, seguramente, satisface el 99% de las exigencias de los conductores que se atreven con la conducción fuera de carretera.

Sobre asfalto, el nuevo Korando responde con un razonable confort de marcha en línea recta y sobre buen firme, porque de lo contrario la suspensión responde con reacciones secas. Una amortiguación de tono firme permite, sin embargo, una conducción en curva muy deportiva.

Las inclinaciones de carrocería han sido muy bien neutralizadas.
Los trenes rodantes responden con rapidez y fidelidad a las órdenes de conducción, facilitadas por una dirección de asistencia eléctrica variable que transmite una buena información de la posición de las ruedas directrices, lo que resulta elemental cuando se circula rápido en terrenos de curvas.

La electrónica es una buena ayuda para el conductor en este tipo de coche. En el Korando es generosa, con un sistema activo antivuelco (ARP) asociado al tradicional control de estabilidad ESP que actúa en caso de detectarse un movimiento brusco de la carrocería, en forma de balanceo. En ese caso, el ARP estabiliza el vehículo a través de los frenos.

En resumen, el nuevo Korando es un cambio de sintonía en la marca hacia un vehículo moderno que reta al segmento con una buena calidad general y un precio difícil de batir, incluso por los modelos de mayor éxito del mercado.

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