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Es una práctica que puede aplicar el comprador en el proceso de decisión de compra de su automóvil y este bien puede ser el caso, porque tenemos ante nosotros dos soluciones "downsizing" y entre ellas hay posibilidades de elección utilizando el mismo criterio con el que fueron desarrolladas.

Son dos familiares de generoso tamaño equipados con motores sometidos a una cura de adelgazamiento que ha venido de la mano de una reducción de cilindrada y un aumento de las prestaciones proporcionado con la tecnología de inyección y sobrealimentación.

Inclinar la balanza hacia uno u otro depende de varios factores. Si el criterio fuera el de racionalidad, siguiendo la filosofía "downsizing", en lugar del pasional, en el que el estatus incide de manera notable, el Focus sería el vencedor.

El Focus familiar, sin ofrecer el mismo espacio que el Mondeo, es sobradamente amplio para cubrir la mayoría de las necesidades, y en el terreno prestacional, el sometido a prueba, en particular es también sobradamente deportivo y con consumo muy alejado del mostrado por el Mondeo, que aún con las medidas de eficiencia resulta gravoso, porque se trata de gasolina.

El Ford Focus nos ofrece una imagen más actual. Ha sido el último en el diseño de la marca y esta circunstancia ofrece la ventaja de actualidad, aunque el Mondeo acaba de ser retocado para mostrar aspecto más fino, suavizado y más alineado con los gustos actuales del mercado. El Mondeo recibe ahora iluminación LED delante y detrás para la luz día.

El Focus ha sido desarrollado en Europa para todos los mercados, 120 de todo el mundo, con un 80 % de piezas comunes, sobre una plataforma global para el segmento compacto que será común para un mínimo de diez modelos (C-Max y Grand C-Max, entre ellos).

Este modelo se muestra con un diseño estilizado y marca la evolución del lenguaje "kinetic design" con el que Ford está desarrollando todos sus modelos.

Frontal deportivo y llamativo, con un formato de parrilla trapezoidal y un perfil afilado con la línea de cintura ascendente, configuran un estilo que supone un cambio radical sobre las anteriores generaciones del modelo, sobre las que, además es superior en dimensiones.

El interior está caracterizado por un diseño moderno, atrevido y agresivo, mucho más que el del Mondeo, que puede no gustar por la viveza de las formas y de las aristas. El conductor ha sido envuelto por el diseño de la consola central.

La calidad de los materiales y los acabados interiores siguen siendo buenos, hasta el punto de que son equivalente a los de su superior Mondeo, o incluso, mejores en algunos aspectos.

El interior del Mondeo ha sido reelaborado y ha recibido cambios en la consola central y en los paneles de las puertas.

En lo que es sobresaliente, al menos la versión del Focus familiar es en el contenido tecnológico. Nada que envidiarle al Mondeo, con el que comparte una gran número de sistemas de ayuda a la conducción. La globalización del Focus y del Mondeo hace que los sofisticados sistema electrónicos sean más accesibles para este tipo de modelos.

Las innovaciones clave en el Focus, muchas ya utilizadas por el Mondeo, incluyen los sistemas de seguridad a baja velocidad Low Speed Safety System -estreno en un Ford-, sistema de ayuda al aparcamiento Active Park Assist, aviso de cambio de carril Lane Departure Warning, ayuda para seguir en el carril Lane Keeping Aid, reconocimiento de señales de tráfico Traffic Sign Recognition, cambio de luces largas automático Auto High Beam, alerta al conductor Driver Alert y control de crucero adaptativo Adaptive Cruise Control.

Algo que diferencia al Focus es el Active Park Assist, un sistema que conduce automáticamente el vehículo mientras aparca en espacios de aparcamiento en paralelo.

El sistema utiliza dos sensores ultrasónicos (uno a cada lado del vehículo) para escanear buscando espacios un 20 % más largos que el vehículo y una vez localizado muestra instrucciones claras para el aparcamiento automático.

El conductor controla el acelerador, el freno y selecciona la marcha mientras el sistema actúa sobre la dirección. La velocidad de maniobra es de hasta 10 km/h.

En motores, los dos reciben propulsores son derivados del "downsizing, ya que el 1.6 Ecoboost sustituye a la utilización del antiguo 2.0 y el modero 2.0 Ecoboost reemplaza al cinco cilindros de 2.5 litros procedentes de Volvo.

Ambos motores ofrecen un alto agrado de utilización, con similares respuestas, a pesar de que el Mondeo es 60 caballos más potente.

Los valores prestaciones son muy cercanos, salvo en el consumo, muy alto en el Mondeo. Ford asegura un consumo oficial de 7,7 litros que en la prueba dinámica estuvo un 30 % por encima, mientas el Focus se exhibió más contenido.

En ambos se utiliza la tecnología Ecoboost, que consiste en una sobrepresión del sistema de turboboalimentación que por unos instantes (15 segundos) proporciona un incremento de par y, por lo tanto, de empuje extra, que puede ser útil en momentos delicados de la conducción.

Los nuevos motores EcoBoost combinan tres tecnologías claves, un sistema de inyección directa de alta presión montado en posición central, turbocompresor de baja inercia y doble distribución variable. La combinación hace que estos motores respondan como si se tratara de un diesel.

Esta tecnología hace posible que los motores proporcione las prestaciones de un propulsor de gran cilindrada, pero con el tamaño, peso y consumos de una planta mucho más pequeña.

El motor 1.6 del Focus ofrece una conducción que sorprende. Comparado con la unidad de gasolina 2.0 de 145 CV del modelo anterior, el EcoBoost de 182 CV recorta el tiempo de aceleración de 9,2 a 7,9 segundos, mientras que el par mejora los tiempos de recuperación.

El aumento de las prestaciones no conlleva aumentos de consumo y emisiones. Todo lo contrario, porque las emisiones de CO2 se han reducido un 18 % en relación al 2.0 previo, las correspondiente a 6 litros de consumo medio oficial, es decir, 139 g/km.

En el caso del Mondeo, la unidad corresponde a la versión de 240 caballos de potencia del 2.0 (la versión inferior rinde 203 caballos), que es estreno en el modelo.

Este propulsor, con el mismo catálogo de tecnologías que el 1.6, logra unas emisiones CO2 de 179 g/km, con 7,7 litros de consumo promedio oficial, y ello supone que consumo y emisiones son hasta un 20 % inferiores comparado con sus equivalente convencionales.

Con los dos motores se obtiene sensaciones de utilización muy parecidas. El patadón en la aceleración no deja dudas de que son propulsores de altas prestaciones y a cambio de un consumo muy ajustado teniendo en cuenta la elevada potencia de ambos.

El tacto de los dos motores es sedoso e impresiona la capacidad de recuperación. Una diferencia entre los dos probados es la caja de cambios, en el Focus es la manual de seis velocidades y en el Mondeo la de doble embrague (Powershift) que se revela como la futura transmisión en todo tipo de automóviles.

Específico del Mondeo en esta versión de 245 CV es el sistema "Sound Symposer", inicialmente desarrollado para los Focus ST y RS. El dispositivo amplifica una selección de frecuencias del motor que transmiten algunos de sus sonidos más gratificantes hacia la cabina, empleando una conexión diseñada a medida entre el colector de admisión y el mamparo delantero del habitáculo. Se genera un sonido deportivo en el habitáculo, pero nada estridente.

A plena aceleración, el "symposer" aumenta el sonido una media de 3 dB, lo cual se traduce en un sonido percibido más potente y deportivo que en la versión de 203 CV.

En los dos la calidad de conducción es muy elevada. El Focus da más en esta parcela. Es más moderno y los equipos de ingeniería de Ford se han empleado a fondo para lograr un tacto sobre la carretera equivalente a un automóvil de alta gama.

El Focus ha ganado mucho en este terreno y se debe a la evolución de la suspensión, con un nuevo diseño de la trasera, multibrazo, y el subchasis delantero, a lo que se suma un sistema de dirección eléctrica al que hay que acostumbrarse para intuir, más que saber, en qué posición están las ruedas delanteras.

Los dos chasis admiten una conducción exigente en curva, aunque es el Focus el más ágil y el que proporciona mayores diversiones en este estilo de guiado.

Las aceleraciones pueden ser brutales y el consumo también si se demanda al EcoBoost más de lo racional. En conducción normal y eficiente, los consumos se mantiene en valores razonables, salvo el Mondeo que consume más.

Destaca en los dos la frenada. Es muy potente y, con mayo presión sobre el pedal, actúa el asistente, que clava el coche sin traslado de masas al eje delantero, lo que da mucha confianza. Los dos son buenos en el apartado dinámico, y elegir en este apartado no es difícil.

La elección en conjunto sí tiene mayores dificultades, porque se han de tener en cuenta variados factores, sobre los que el emocional puede ser el definitivo.

Desde el punto de vista del mercado, se da la curiosa circunstancia de que el Focus, perteneciendo al segmento de mercado de mayor volumen, tiene en el capítulo de los familiares un grupo de competidores menor que el del Mondeo, en el que éste tiene que resistir una oferta más extensa e interesante. Estos motores, por curva de potencia, no obstante, limitan la competencia.

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