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Este nuevo Serie 6 es la evolución del 6 que BMW lanzó al mercado en el año 2004, aquel que seguía el peculiar estilo trasero de la Serie 7, ahora desaparecido en favor de un diseño más elegante y fluido que genera una perspectiva del coche muy alargada, hasta el punto de crear una sensación visual de mayor tamaño.

El equipo de diseño de BMW ha dado a este gran cabrio los rasgos que están caracterizando los nuevos modelos de la marca, dominados por líneas longitudinales muy marcadas, frontales de apariencia más poderosa y traseras más suaves, rematadas con grupos de luces más estrechos y alargados que favorecen la creación de una imagen de rasgos más deportivos y realzan el ancho de vía del coche.

BMW describe una apariencia que está relacionada con el diseño de un navío. La presencia general es la de una acusada forma de cuña, favorecida por una capota extendida hasta la parte trasera que acentúa la baja silueta del coche, con sólo 1,3 metros de altura.

En la versión probada, la silueta queda muy marcada con la utilización de las llantas más grandes disponibles, de pulgadas, con pasos de rueda de 245 delante y 275 detrás, muy vistosas, pero exageradas en tamaño y precio, porque suponen un sobreprecio de más de 3.000 euros.

Por techo tenemos una capota textil confeccionada con varias capas que insonorizan bien el habitáculo, para la que son necesarios 19 segundos en la apertura y 24 en el cierre. El problemas del cristal trasero está resuelto con una ventanilla automática que se abre o cierra con el sistema o a voluntad del conductor.

Conducir descubierto en el nuevo Serie 6 es todo un placer. Hay que rodar a gran velocidad para tener corrientes de aire en el interior y algo de ruido. Hasta 120 es casi como ir cerrado y en esto es líder entre los convertibles.

La firma lumínica tiene gran importancia en la identidad del nuevo Cabrio, En la parte delantera dos aros de tecnología LED de color blanco sobre los que se muestra una barra en el mismo color de luz a modo de ceja hacen notorio a este deportivo. En la parte trasera dos barras configuran la identidad lumínica de la afinada trasera.

La iluminación, por cierto, es un capítulo de importancia en este nuevo Serie 6. De serie, el equipo ya es de gran nivel, de tecnología xenón, pero como opción está disponible la luz de adaptación en curvas con función para doblar en esquinas, distribución variable del haz de luz, regulación automática del alcance de la luz, y asistente de luces altas.

El funcionamiento de estos sistemas, instalados en la unidad probada, es de tal eficiencia que merece la pena el sobrecoste. Con esos sistemas se incrementa de manera muy significativa la seguridad nocturna, siempre crítica a bordo de un coche, salvo que se disponga de esta panoplia de sistemas.

También es seguridad el Park Distance Control, la cámara de marcha atrás, la vista panorámica Surround View con vista lateral Side View y vista superior Top View, la visión nocturna con detección de personas, la pantalla virtual Head-Up-Display, el asistente para aparcar, la advertencia de cambio de carril, el aviso de abandono de carril, la información sobre límites de velocidad, y la llamada de emergencia automática ampliada.

En el interior, la ambientación BMW ha sido llevada a los niveles de materiales y calidades de acabados más elevados de la marca. Los rasgos básicos del interior son inconfundiblemente BMW, pero todo lo es en grandes proporciones.

El tablero de a bordo, con una amplia consola central, está dividido en dos zonas diferenciadas, una de ellas claramente orientada hacia el conductor, que dispone de una gran cantidad de dispositivos para el control de los sistemas de ayuda a la conducción y de los dispositivos de conectividad.

Una de las características del nuevo Serie 6 es el monitor independiente de siete pulgadas o de 10,2 pulgadas si se asocia con el equipo de navegación Professional, que sirve para el control de los ajustes y la utilización del resto de los sistemas, entre ellos el de visión nocturna o el de las dos cámaras frontales, muy útiles en cruces de mala visibilidad.

Otro monitor de 9,2 pulgadas está ubicado en la parte inferior de los relojes digitales del velocímetro y del cuenta revoluciones. Esta pantalla sirve para mostrar las distintas páginas de datos del ordenador del coche.

El conductor puede sentirse abrumado por la cantidad de dispositivos a su alcance y las posibilidades que proporciona el coche con el sistema iDrive para el control de la navegación, de los ajustes del coche, la sincronización de teléfonos o del sistema multimedia, entre otros.

La versión probada, la 650i, está movida por el motor de mayores prestaciones de la gama, el V8 de 4.395 c.c. y 408 caballos de potencia, con un par motor de 600 Nm, disponible a partir de las 1.750 rpm.

Este motor tiene montada entre las bancadas la unidad turbo TwinDrive de doble turbina, el núcleo de las impresionantes respuestas de esta versión, capaz de recuperar prácticamente desde cero como si se tratara de un diesel.

Este V8 logra un rendimiento similar al de motores atmosféricos de diez o doce cilindros. El V8 pesa menos que esos motores y su consumo es mucho menor.

Una gran cualidad de este motor es su eficiencia, aunque no en los valores oficiales proporcionados por BMW. El coche, con un consumo oficial de 10,7 litros cada 100 kilómetros, cerró la prueba dinámica con un promedio cercano a los 15 litros, lo que no está mal teniendo en cuenta el tamaño del motor y el peso del coche, por encima de las dos toneladas.

El motor está asociado a la caja de cambios automática de ocho marchas de nueva generación, capaz de combinar deportividad y suavidad en los cambios, muy precisos, y caracterizada por el mínimo resbalamiento del convertidor. Esta caja ofrece la posibilidad de utilización manual, para lo que se disponen de dos levas de cambio en el volante.

Con el sistema de control de dinamismo se puede variar el comportamiento del coche, según convenga a la situación de conducción. Pulsando una tecla situada en el túnel central, al lado de la palanca selectora del cambio, el conductor puede elegir entre las modalidades "Normal", "Sport" y "Sport +". En combinación con el sistema opcional Adaptive Drive, se dispone adicionalmente de la modalidad "Comfort".

En este caso, el sistema de control del dinamismo de la conducción incide en la progresión del pedal del acelerador, la respuesta del motor, el ajuste de la servodirección, el umbral de reacción del sistema de control de la estabilidad DSC, la rapidez y dinamismo del cambio de marchas, y también en el ajuste de la amortiguación y del sistema de control de la inclinación lateral de la carrocería.

Aunque se trate de un V8 de elevada potencia, BMW también aplica en este caso las medidas EfficientDynamics, como la recuperación de la energía de frenado con indicación de la recuperación, utilización inteligente de materiales ligeros, grupos secundarios de activación únicamente si es necesario, dirección asistida electromecánica (EPS), compresor desacoplable del climatizador y neumáticos de menor resistencia de rodadura.

Metidos a conducir el 650i Cabrio es necesario pasar por un periodo de aprendizaje para tener clara la ubicación de los controles, así como de las posibilidades que ofrecen todos los sistemas de ayuda a la conducción, y especialmente las facilidades que ofrece el sistema iDrive, al que se accede con el ya familiar "joystick" ubicado en el túnel central, en el que fue pionero la marca bávara y ahora es seguido por todos los fabricantes de automóviles de gama alta con ligeras variaciones.

Familiarizado ya con todo, la sensación recibida es la de estar en un avanzado automóvil, en el que se conjuga perfectamente lo ofrecido por lo pagado, que en este caso es mucho. El precio básico, cercano a los 20 millones de las antiguas pesetas, no es sin embargo muy elevado si se suma todo lo embarcado y la tecnología utilizada. En la versión probada hay que sumar algunos miles de euros más por el equipamiento extra.

Sin necesidad de llave, la puesta en marcha por botón da vida a un poderoso V8, que en los primeros segundos de actividad responde con un sonoro y ronco borboteo que agrada y que se suaviza al engranar la posición de avance.

El motor se muestra tan elástico que permite cualquier tipo de conducción. En los escenarios urbanos es especialmente agradable, sólo limitado por su tamaño en el momento de localizar un lugar de estacionamiento, porque en los giros se muestra superior a modelos inferiores teóricamente con mayores capacidades urbanas. El asistente de aparcamiento, además, hace este trance muy fácil.

En carretera libre es cuando el V8 puede mostrar todo su potencial, dulce o salvaje, según nuestras preferencias o las necesidades del momento, porque sólo se necesita un instante para que el motor de un estado apacible se convierta en un proyectil. El elevado par de 600 Newton por metro y los 408 caballos de potencia máxima se encargan de que el motor se adapte a cualquier situación, sin espacios vacíos como ocurría en los antiguos motores de gasolina, que sólo trabajaban de forma enérgica en la parte alta del régimen de giro.

El turbocompresor de doble turbina es el responsable de un comportamiento tan dulce. Hace que los tránsitos entre los bajos regímenes de giro y los altos sean suaves.

En el 650i es sorprendente la calidad dinámica de un coche que puede superar las dos toneladas de peso (depende del equipamiento).

En uso normal, el coche responde, mediante una suspensión autoajustable, con un gran confort. Si se quiere uso deportivo no hay más que seleccionarlo con un botón y el 650i se transforma en un coche ágil, rápido en las curvas y muy plano en esfuerzos extremos. La dirección eléctrica activa ayuda a realizar trazadas limpias y con poco giro del volante.

Impresiona ver en qué posiciones se sitúa la posición de la aguja del velocímetro sin que se tenga una evidente sensación de rapidez, lo cual tiene sus ventajas e inconvenientes. Hay que observar la velocidad en la proyección que realiza el HUB en el cristal parabrisas para no sobrepasar los límites, los legales y los propios.

Otro de los momentos agradables de la conducción rápida es el poder de frenada. La energía y eficacia de la frenada dan mucha tranquilidad.

En puridad, el 650i solo tiene un competidor sobre el que mantiene ventajas en tecnología, equipamiento y precio.

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