Prueba del Mercedes-Benz B 200 CDI BlueEFFICIENCY: acierto evolutivo.

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Prueba del Mercedes-Benz B 200 CDI BlueEFFICIENCY: acierto evolutivo.

Fernando A. Marqués - Publicado el 17/04/12

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La segunda generación de la Clase B mantiene su inicial filosofía monovolumen, pero se acerca un poco más al familiar tradicional, al reducir la altura de la carrocería en cinco centímetros y alargarla 9 centímetros, modificando también la posición de conducción a una línea más baja, aunque sin perder dominio del entorno.

Mercedes asegura que se han seguido los deseos de los clientes, que han definido una postura de conducción erguida y una mayor altura hasta el techo, a pesar de la menor estatura del coche, hasta el punto de que las cotas interiores colocan a la nueva Clase B como uno de los más espaciosos de su segmento.

En el diseño del interior también ha habido una gran evolución. Las formas sobrias e insulsas de la primera generación se han tornado más modernas, suaves y agradables a la vista, con materiales mejores, al menos visualmente. La calidad percibida ha subido varios peldaños.

También ha mejorado, de forma general, la distribución de la información y la de los mandos de control, salvo los del sistema de climatización, excesivamente bajos para la manipulación por el conductor sin perder la vista sobre la carretera.

La posición idónea del conductor frente al volante y el tablero de información es confortable y de dominio sobre el tráfico. Se tiene fácilmente la sensación de control sobre el coche, favorecido, además por una dirección que transmite muy rápidamente las órdenes al tren delantero.

El trabajo de los diseñadores y del equipo de ingeniería de la marca ha dado como fruto una carrocería con un coeficiente aerodinámico que marca un hito y una nueva referencia a seguir en el segmento de los compactos, porque han logrado llevar el Cx a un valor de 0,26.

Son muchos los detalles que han contribuido a mejorar la aerodinámica, como la circulación de aire en torno a las ruedas delanteras, el diseño de los bajos del vehículo y la conducción del aire de refrigeración. La compañía ha patentado novedosos detalles, como los spoilers dentados en los pasarruedas.

El 0,26 de la Clase B puede reducirse aún más con un paquete de tecnología ECO todavía no disponible, que reduce a 0,24 el Cx, una cifra que iguala la del E Coupé.

Los cambios son profundos en esta nueva generación y afectan también a los sistemas de propulsión, con una nueva gama de motores y cambios que han generado una reducción del consumo del 21 % sobre la primera generación de este modelo.

Desde Mercedes se asegura que en la historia de la marca nunca se habían introducido tantas modificaciones a la vez en un cambio de modelo.

El motor constituye, en sí mismo, una de esas profundas modificaciones. El nuevo motor diesel de cuatro cilindros es una versión perfeccionada del incorporado en las Clases C a S.

Se trata de un motor de inyección directa "common rail" de tercera generación, con una cilindrada reducida a 1,8 litros y muchos de sus elementos optimizados.

La arquitectura de este motor ha permitido su instalación en posición transversal, lo que constituye una novedad en el fabricante alemán.

Los 136 caballos son una potencia adecuada y pueden, sin fatiga, con cinco pasajeros y equipaje. El motor es menos sonoro que su antecesor, aunque su huella acústica es muy evidente en algunas fases de su funcionamiento, y entrega la potencia de forma suave y sostenida.

En las recuperaciones, la acústica metálica del motor se hace notar rápidamente en el interior a pesar de un buen trabajo de aislamiento acústico que no impide que con neumáticos de bajo perfil y suspensión dura llegue al interior un intenso ruido de rodadura.

Una menor altura de la carrocería se traduce en un comportamiento distinto al Clase B de primera generación. El centro de gravedad más bajo se une a un nuevo eje trasero de cuatro brazos y a un programa electrónico de estabilidad ESP mejorado.

El cambio en la personalidad dinámica del coche es muy evidente en la prueba de conducción. Ha ganado en agilidad y esta es una condición que aún se puede aumentar con el tren de rodaje deportivo opcional.

La reducción del centro de gravedad otros 20 milímetros, los amortiguadores deportivos con regulación selectiva y la dirección directa acentúan la deportividad de los B equipados con este tren de rodaje.

En suma, la dinámica del chasis es muy superior. El coche es muy ágil, muy directo en las respuestas a las órdenes de dirección y muy aplomado en el paso por curva, con un balanceo muy limitado, especialmente en este caso, al estar sobre una versión con un ajuste deportivo de la suspensión.

La rapidez de la dirección está complementada con un buen tacto de la palanca de cambio y una potente frenada. La calidad del tren delantero y la consistencia del trasera permiten estirar el uso del freno más allá del punto aconsejable en las entradas en curva.

Las sensaciones de conducción son agradables y están a gran distancia de las que se podían obtener en la primera generación de la Clase B.

La única objeción viene dada por la utilización en la variante probada de las ruedas de mayor tamaño, montadas sobre llantas de 18 pulgadas, lo que obliga a un bajo perfil que copia todo y produce un elevado ruido de rodadura que es más evidente cuanto más elevada es la velocidad de rodadura.

Si la conducción en curva es consistente, no lo es menos cómo el coche mantiene la postura en la línea recta. Es muy consistente y gracias en buena medida a un buen ajuste de la dirección de asistencia eléctrica, que siempre ofrece tacto de control al conductor.

Las cualidades dinámicas de la nueva Clase B hacen que éste nuevo modelo sea uno de los Mercedes más fáciles de conducir.

El nuevo Clase B se sitúa en el mercado en el segmento de los monovolumenes compactos, a pesar de su cercanía con los familiares wagon, y lo hace colocándose en la cúspide.

Un precio muy elevado, que en este caso, con el equipamiento añadido, está por encima de los 35.000 euros, lo que limita su acceso de manera muy notable.

El concepto, el diseño, los acabados y el motor no justifican un precio tan subido y menos en un escenario de mercado tan deprimido como el actual, aunque se trata, por otra parte, de una compra con valor seguro.

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