Prueba del Volvo V40 D3 Cross Country: calidad admirada.

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Prueba del Volvo V40 D3 Cross Country: calidad admirada.

Fernando A. Marqués - Publicado el 09/04/13

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Con el V40 ya inició el ataque en un segmento en el no terminaba de encontrar el sitio, y ahora ha exprimido el concepto con una opción ya experimentada y con grandes resultados en la categoría mayor de la berlina familiar V70, en particular con la variante XC70, una versión adaptada al uso fuera del asfaltos.

El V40 Cross Country llega quince años después de hacerlo el primer y expresivo Cross Country de Volvo con argumentos dinámicos que convencieron a la crítica y después al mercado.

El V40 recibe ahora la experiencia de estos principios y la misma denominación, con una acogida de la crítica parecida y una dinámica de gran nivel sobre el asfalto, pero más limitado de capacidades para salir del asfalto.

Sólo las dos versiones de gasolina más potentes de la gama reciben la tracción a las cuatro ruedas para equipararse al modelo superior y mantenerse en los principios del concepto Cross Country, muy apreciado por una clientela que se resiste a la compra de moda, la de un SUV.

El resto de los V40 Cross Country es únicamente de tracción delantera y a pesar de ello se desenvuelve bien sobre tierra porque una mayor altura libre al suelo de 40 milímetros favorece en tránsito por caminos irregulares.

Esta mayor altura se logra a base de una variación en la amortiguación y en la utilización de neumáticos con mayor perfil, lo que mejora, además, el confort de rodadura, que es en este caso uno de los grandes argumentos.

Esta especial versión parte de un bastidor que ya ha mostrado sus cualidades dinámicas como un compacto de cinco puertas de dinámica muy plana en curva, gracias, en gran medida, a un buen ajuste de la suspensión, aunque en unas versiones es mejor que en otras.

La mecánica se complementa con una copiosa ayuda electrónica que compensa y corrige los excesos o los defectos de conducción. La dirección de asistencia eléctrica contribuye a percibir un guiado de los trenes muy sincronizado y rápido, con sensaciones de aplomo que muy pocos modelos en el mercado pueden proporcionar.

Aunque la estética induce a algo distinto, lo cierto es que el Cross Country muestra pocas diferencias de comportamiento con un V40 normal. Los 4 centímetros de mayor altura de la carrocería y el mayor perfil de los neumáticos no tienen gran incidencia en la evolución dinámica de todo el conjunto.

Sí hay diferencias en la estética. Los elementos diferenciadores, que en el XC70 están diseñados para la protección de los puntos débiles fuera del asfalto, en el V40 Cross Country su funcionalidad es más estética que práctica.

Los cambios se concentra en la parte frontal del parachoques, que es más oscura, contrastando con la parrilla de nido de abeja. El parachoques trasero integra en la parte inferior una placa protectora que integra las dos salidas de escape y contrasta con el resto de los elementos de la carrocería.

La imagen de Cross Country se complementa con detalles que se ven en los todoterreno, como es el caso de las protecciones de bajos en los laterales en material anodizado.

El Cross Country, que puede configurarse en una amplia gama de colores de carrocería, se presenta en esta unidad de prueba en un llamativo color de carrocería cobre e interior en marrones, los de lanzamiento comercial del modelo que contrastan y crean un clima elegante en el que destaca el panel de la consola central en acabado metálico del color cobre de la carrocería.

Salvo la combinación de colores y algunos materiales de acabado distintos, el interior del V40 Croos Country comparte la arquitectura del tablero y la configuración del cuadro de instrumentos, que puede mostrarnos tres ambientación, bajo las denominación elegante (marrón), ecológica (todos azulados) y deportiva (rojos).

El interior nos ofrece dos espacios muy marcados. El confortable delantero, con una buena posición de conducción, muy ergonómica, y la trasera, angosta para adultos en longitud y altura, con un maletero tras de si que no es un derroche de capacidad, aunque todo dependerá de las necesidades de espacio del comprador.

La versión probada es la equipada con el motor de 150 caballos de potencia en arquitectura de cinco cilindros y su característico ronroneo, asociado en este caso al cambio manual de seis relaciones bien escalonado en las primeras marchas y con desarrollo muy desahogados en las últimas para contener el consumo.

Sólo el frío se tiene una fuerte percepción de la característica rumorosidad de un diesel, que desaparece al llegar a su temperatura óptima de funcionamiento y llega a quedar escondido tras el ruido de rodadura. El V40 copia con excesiva fidelidad la mala calidad de los asfaltos.

Este motor, bien ajustado para circular a bajos regímenes de un medio urbano, nos descubre un fuerte carácter deportivo cuando se aprovecha todo el potencial de par y potencia.

Este dos litros es una buena opción para el V40 teniendo en cuenta que el peso total del coche está ajustado, dependiendo de la motorización, a una tonelada y media.

Las prestaciones del motor y la arquitectura del bastidor permiten una circulación muy ágil del V40 en todo tipo de configuraciones de carretera. Si el asfalto es de buena calidad, el Cross Country responde con una forma de andar suave y acústicamente confortable. Con suelo rugoso los trenes copian en exceso las irregularidades.

En curva, especialmente las muy lentas, se registran leves movimientos de la carrocería que en ningún caso son molestos para un pasaje que viajará más sujeto que en algunos modelos de su hipotético segmento de mercado. La ergonomía de los asientos tiene un alto nivel en todas las plazas.

En líneas generales el V40 Cross Country difiere poco en comportamiento de un V40 normal. El conductor sí percibe una mayor altura en el puesto de conducción, y poco más.

La posición en el mercado del V40 Cross Country es única, como lo fue en 1997 la llegada del V70 Cross Country, hoy XC70, aunque a diferencia de éste, el V40 batalla en un mercado en el que los SUV de todos los tamaños hacen furor, hasta el punto de que en una crisis de mercado de gran calado son los únicos que resisten la falta de dinero, la ausencia de crédito y el temor de los compradores a arriesgar en un coche los ahorros.

El V40 Cross Country es una alternativa de compra distinta más que ser eficiente como opción todocamino. Volvo quiere jugar, además, en la liga de los coches de gama alta con un precio que le descoloca en un mercado en el que Mini Countryman y el BMW X1, por ejemplo, son opciones con mayor valor para el comprador.

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