USO DE COOKIES
UTILIZAMOS COOKIES PROPIAS Y DE TERCEROS PARA MEJORAR
EL SERVICIO Y
MOSTRARLE PUBLICIDAD RELACIONADA CON SUS PREFERENCIAS
MEDIANTE EL AN?ISIS DE HÁBITOS DE NAVEGACIÓN.
SI CONTINÚA NAVEGANDO,
CONSIDERAMOS QUE ACEPTA SU USO.
PUEDE OBTENER MÁS INFORMACIÓN, O BIEN CONOCER CÓMO CAMBIAR LA CONFIGURACIÓN,
EN NUESTRA
POLÍTICA DE COOKIES
La segunda generación del SUV por excelencia de Volkswagen tiene una inusitada capacidad de hacer todo lo que hace de forma ejemplar, en perfecto equilibrio. No es el más amplio, ni el más cómodo, ni el más deportivo… pero entiéndame: es espacioso, confortable y hasta cierto punto deportivo. Un Volkswagen en toda regla. La unidad objeto de nuestro test disponía además de todo el equipamiento imaginable.
Juan José Llanos (MotorCanario.com) - Publicado el 28/09/16
Volkswagen Canarias ponía a nuestra disposición una unidad de color blanco del nuevo Tiguan, equipada con el motor 2.0 TDI de 150 CV y el sistema de tracción total 4Motion, además del cada vez más perfecto cambio DSG de 7 velocidades y doble embrague. En su amplio listado de equipamiento de serie y opcional no se echaba en falta nada, hasta el punto de poder disfrutar de elementos que la razón nos diría que son un exceso de lujuria. Vayamos por partes.
El éxito comercial del Tiguan en Canarias es innegable, sustentado en una política de precios muy agresiva y la existencia de configuraciones de motorizaciones y equipamiento muy asequibles. Un alto porcentaje de clientes de este segmento y tipo de vehículo buscan un automóvil que les permita realizar las actividades diarias más comunes con confort, amplitud y la sensación de seguridad que aporta viajar ligeramente por encima de la media del tráfico. Para ello no hacen falta potentes motorizaciones ni equipamientos lujosos. Ahora, en su segunda generación, se logra un diseño más acorde a la tendencia de la marca de líneas rectas perfectamente definidas y se añade la posibilidad de montar innumerables opcionales a cuál más tecnológico, manteniendo en esencia las opciones mecánicas.
El conjunto se sustenta en la plataforma MQB del grupo Volkswagen, empleada por otros modelos y marcas, siendo el Tiguan actual ligeramente más largo, ancho y alto que el anterior. Sobre todo crece la batalla, mejorando notablemente el espacio interior dedicado a los pasajeros y haciendo que todo el diseño sea más holgado y fluido. Las líneas maestras exteriores e interiores apenas recuerdan a su predecesor, pero es innegable que pertenece a la familia Volkswagen. De su exterior, las líneas definidas y de tiro rectilíneo son su principal característica, toda vez que en el interior se mantiene la misma filosofía con numerosos trazos poligonales.
Hablando del interior, lo primero que llama la atención es el esmero puesto en el acabado final, percibido en cada unión. Las tolerancias han sido llevadas al mínimo y el enrazado entre piezas roza la perfección. La botonería y disposición general es la habitual en la marca, con lo que la ergonomía está garantizada. Todo queda a mano y la posición de conducción es apta para todos los públicos. Sólo nos parece un poco incómoda la diferencia de altura entre el pedal del acelerador y el de freno, que obliga a marcar muy bien el movimiento del pie en cada aceleración o frenada para evitar tropiezos.
Nuestra unidad contaba con el tapizado en piel, que en este caso no convierte cada asiento en una “pista de patinaje”, merced a un buen diseño pues permite a su vez acceder al puesto de conducción sin necesidad de malabarismos. Con arranque sin llave, pulsar el botón de encendido se convierte en este caso en una agradable experiencia visual: la pantalla de 12,3” que sustituye en opción a la habitual de agujas supone un salto cualitativo innegable, pues no sólo integra muchísima información sino que es perfectamente legible incluso en condiciones de pleno sol. En el centro del salpicadero, el sistema multimedia que incluye entre otras el App-Connect, que admite la integración de información con teléfonos Android e iOS. Una opción muy recomendable.
Con ganas de ratificar las buenas sensaciones que nos dejó durante la toma de contacto que mantuvimos en Marbella durante el mes de mayo (ver artículo pinchando aquí), liberamos el freno de mano eléctrico e iniciamos la marcha. En las últimas generaciones del cambio DSG y en especial de este de 7 relaciones, ahora se puede controlar de forma mucho más sencilla la transición entre parado y el primer movimiento inicial. Atrás quedan ciertas brusquedades y maniobrar incluso en pendientes resulta mucho más natural. Además, su inteligencia artificial nos permite, por ejemplo, que en una pendiente si tocamos ligeramente el pedal del freno se seleccione la marcha adecuada para intentar mantener la velocidad con el freno motor.
Con el 4Motion se accede al Active Control que puede configurarse mediante una rueda situada en la consola central entre los modos Nieve, Asfalto, Off-Road y Personalizado. El 99% de los momentos lo tendremos en modo Asfalto, dentro del cual a la vez podremos seleccionar entre modos de conducción Eco, Sport o Automática, además de otra Individual. En estos casos se regula la asistencia de la dirección, la reacción del pedal del acelerador y el funcionamiento del climatizador, entre otras.
Del rodar destaca, a nuestro criterio, el perfecto equilibrio entre confort y comportamiento. Hay que tener en cuenta la altura del vehículo respecto al suelo, con lo que encontrar el punto promedio no es sencillo. Gracias a una elaborada suspensión, se superan los cada vez más habituales socavones del asfalto con notable confort y silencia, toda vez que en los virajes más lentos no se aprecian balanceos excesivos de la carrocería. La dirección es precisa y como podemos regular el grado de asistencia, encontraremos el tacto más adecuado al gusto de cada uno.
El motor es el ya conocido TDI de 2 litros y 150 CV, que junto al DSG conforman la combinación ideal. Se trata de una mecánica robusta, muy popular y con un consumo razonable para las prestaciones que ofrece. Durante nuestra prueba obtuvimos un promedio de 6,5 litros a los 100 kms, con estilos de conducción muy cambiantes y en ocasiones nada cuidadosos con el acelerador. En autopista, a velocidad mantenida, es fácil bajar de 5,5 litros. Aquí, lo más cómodo es conectar el control de velocidad que incluye el radar de aproximación, con lo que se adapta a las circunstancias del tráfico para mantener la velocidad programada. El Lane Assist nos advertirá además si nos acercamos inadecuadamente a las líneas que delimiten el carril e incluso nos corregirá ligeramente.
Mención especial al sistema multicámara denominado Area View, con el que podemos llegar a obtener vistas panorámicas del entorno del vehículo gracias a cuatro cámaras estratégicamente situadas y la gestión informática de las mismas. Les recomiendo ver este vídeo donde se ven todas sus funciones: enlace a YouTube.
Con unas sobresalientes cualidades dinámicas, un equipamiento que puede ser tan extenso como se quiera y un interior perfectamente adaptado para cinco pasajeros, el nuevo Tiguan cuenta con numerosos atractivos como para prorrogar el éxito de la generación anterior. Por precio se sitúa por debajo de las opciones Premium de Audi, BMW, Lexus o Mercedes, y por encima de los populares Qashqai de Nissan, Tucson de Hyundai, Kadjar de Renault o Sportage de Kia, por ejemplo. Su competencia natural es el Toyota RAV4, Honda HR-V y me atrevería a decir que su “primo” Seat Ateca. El de los SUV compactos se ha convertido en un segmento ultra competitivo y el más apetecible para numerosas marcas, al que Volkswagen ataca con un producto de gran calidad y tecnológicamente muy avanzado.
Agradecemos que nos des tu punto de
vista a cerca de este tema. Te rogamos,
eso sí que seas respetuoso en todo
momento tanto con quienes te leerán como
con este sitio. Ten en cuenta que tu
comentario deberá ser validado para su publicación y que podrá ser censurado por el
administrador en cualquier momento.