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Compartiendo el privilegio de ser el buque insignia de la marcha checa con su hermano el SuperB, el nuevo Skoda Kodiaq supone otro saltito adelante en calidad y representatividad. Sin complejos, este nuevo SUV puede permitirse el lujo de competir contra lo más granado de su segmento.
A todas las marcas les gusta hablar de su "buque insignia", del modelo que representa toda la excelencia que pueden lograr y que les ha de diferenciar de sus competidores.
En el caso de Skoda, hasta hace muy poco ha sido la berlina Superb. Pero la creciente demanda por los SUV les ha llevado a incorporar a su gama, por primera vez en su historia (se fundó en 1895), un todocamino de hasta siete plazas.
Por la tecnología empleada, por diseño y por calidad, el nuevo Skoda Kodiaq ha arrebatado con creces el puesto al Superb, a pesar de que no lo tiene nada fácil, ya que la berlina checa de casi cinco metros se codea sin complejos con "hermanos de grupo" del consorcio automovilístico alemán Volkswagen.
Su carrocería todoterreno tan demandada ahora por los conductores españoles, y de todo el mundo, hace al Kodiaq confundirse con modelos de la marca de los cuatro aros. A más de uno ha habido que decirle que el vehículo probado no es un Q5 o Q7 de Audi.
Y eso que solo lo han visto por fuera, porque si hubieran accedido a su interior más difícil hubiera sido convencerles de que no estaban ante un nuevo modelo del fabricante germano.
Como decimos, la calidad de los materiales empleados, junto a las soluciones "inteligentes -a la marca se la conoce por ser Simply clever (simplemente inteligente)-" del Kodiaq, no ayudan a despejar la duda de los profanos en la industria del automóvil que, sin embargo, saben lo que les gusta nada más verlo.
Y es lo que pasa con el Kodiaq. Que gusta, que atrae y que, incluso, a algunos enamora.
Para los que conozcan la gama de Skoda, decirles que no tiene nada que ver con el Yeti, que ha sido sustituido por el hermano menor del Kodiaq, el Karoq, el cual llegará en otoño.
El Kodiaq mide 4,697 metros de largo, 1,882 metros de ancho y 1,655 metros de alto.
La batalla entre ejes es de 2,791 metros, lo que redunda en un amplio espacio interior tanto para los pasajeros (hasta siete) como para el equipaje.
La unidad probada equipa las siete plazas divididas en tres filas (2+3+2). Las últimas dos van ocultas en el maletero. Para utilizarlas hay que quitar la bandeja cubremaletero y tirar de los asideros que tienen para sacarlas.
Una vez colocadas pueden ser utilizadas, aunque no para viajes largos, adultos de algo más de 1,70 metros, por lo que, en comparación con algunos modelos de la competencia, no están reservadas exclusivamente para niños.
Además, como la segunda fila se puede desplazar longitudinalmente -en una proporción 60:40- es muy fácil darles más espacio para las rodillas.
En la segunda fila pueden viajar tres adultos, aunque la plaza del centro aloja la trampilla para introducir objetos alargados, lo que le resta mullido en el respaldo.
Las plazas delanteras también son amplias. La del conductor da la sensación de que es un poco corta en la zona de las piernas para personas que midan más de 1,80 metros. Pero es una sensación, por que cuando se suman los kilómetros al volante desaparece rápidamente.
En el apartado de las sensaciones también decir que las molduras imitando madera oscura empleadas en el salpicadero llaman la atención, en un interior que transmite calidad por los plásticos blandos empleados y su ajuste.
Hay numerosos huecos para dejar lo que se transporta habitualmente en los bolsillos, entre los que sobresale uno que hay frente a la palanca de cambios, en el que se puede recargar el móvil de forma inalámbrica (modelos de gama alta).
Los de mayor tamaño se pueden alojar en el apoyabrazos central, regulable en altura y que incluye una pieza de plástico que se puede cambiar de posición para ganar en litros o tener mejor repartidas gafas, llaves u otros objetos.
La pantalla del sistema de infoentretenimiento y navegación es táctil, de 8 pulgadas e intuitiva para manejar la radio, el teléfono y las aplicaciones descargadas.
La unidad probada, para hacer más agradables los trayectos, dispone de un mando adicional al de la apertura del coche -que se arranque por botón y no por llave- para conectar a distancia la calefacción.
A la altura del conjunto también está el maletero, con 560 litros con cinco plazas en su posición más retrasada. Si se tumban se puede ampliar hasta los 2.000 litros, que con las tres filas ocupadas bajan hasta 270 litros.
Desde el maletero se pueden plegar mediante unos tiradores la segunda fila de asientos. También sacar y guardar de forma eléctrica la bola de remolque, que va oculta por debajo del parachoques.
La boca de carga, como es habitual en las carrocerías todoterreno, queda más alta que en un turismo.
¿Y cómo trata el nuevo Kodiaq a sus ocupantes? ¿Y cómo responde a las órdenes del conductor?. Pues de una manera rápida y cómoda. La motorización probada, diésel de 2.0 litros y 190 CV, va asociada a caja automática DSG de doble embrague y a la tracción integral.
La entrega de potencia es muy lineal y no parece que llevemos 190 CV bajo el capó. El coche sale bien desde parado y alcanza con suma facilidad velocidades medias de 120 km/h. No es un propulsor ruidoso, lo que se agradece, ni tampoco
gastón. La marca le ha homologado un gasto medio de 5,7 l/100 km, que en la prueba de Efe se ha superado los 7 l/100 km.
Para un mejor disfrute del vehículo dispone de modos de conducción que permiten al conductor elegir entre Eco, Confort, Normal, Sport, Individual (se pueden cambiar los parámetros manualmente) y de nieve. La respuesta de la dirección, de la amortiguación y del acelerador varía según se va optando por las diferentes opciones.
En general, la amortiguación tiene un tarado confortable, más que seco, lo que en algunos momentos se traduce en pequeños rebotes.
En las zonas reviradas tiene un transitar noble, en el que las oscilaciones de la carrocería por frenadas apuradas se notan.
La tracción total es un plus de seguridad en asfalto mojado y en caminos de tierra, que es donde más a gusto se encuentra este SUV.
A medida que se complica el terreno con roderas profundas o pendientes algo escarpadas se nota que su carrocería larga no es la más indicada para estas aventuras, pero ya se sabe que más del 90 % de los usuarios de un SUV no pisan la tierra con sus vehículos.
No se puede terminar esta prueba sin referirse a las soluciones Simply Clever que equipa el Kodiaq y que ha heredado del resto de modelos de gama.
A las habituales, como el rascador de hielo en la trampilla de la boca de carga de combustible, los paraguas en las puertas, la pequeña papelera o la pieza del parabrisas para sujetar una tarjeta o ticket de aparcamiento, hay que sumar otra aún más interesante.
Se trata de unas piezas de plástico o molduras que salen de las cuatro puertas cuando las abres para que, si se golpean con otro vehículo o una columna, no se marque la pintura del coche ni la del contrario.
En definitiva, el Kodiaq ha llegado para animar el segmento de los SUV grandes con espacio para siete personas. Llega con argumentos de peso, como el espacio, el precio y la calidad de rodadura que aporta.
Es un gran rutero dirigido a los que las marcas definen como personas activas, que para sus momentos de ocio requieren de espacio para ellos o sus familias.
Como buen integrante del Grupo Volkswagen puede mejorarse a golpe de talonario, a pesar de que sale de fábrica con un equipamiento completo.
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