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Pruebas Prueba del Mazda3 2.2L Diésel: asalto al segmento premium.
Mazda es una marca que fabrica coches que no deja indiferente a nadie. En la actualidad, el refinamiento de sus modelos tanto en la mecánica -gracias a la incorporación de la tecnología G-Vectoring Control- como en el diseño, debido al lenguaje KODO, alcanzan una nueva dimensión.
El nuevo todocamino CX-5 representa un salto importante y es más premium que el vehículo que reemplaza. Esta filosofía se ha extendido a toda la gama y Mazda quiere fabricar cada día coches más refinados y, por tanto, más premium, que puedan hacer sombra a la soberanía de las alemanas.
Y, mientras enfila ese camino, lo cierto es que está desarrollando automóviles que rinden a la perfección y en los que su valor residual, en muchos casos, supera a las citadas compañías germanas.
Para comprobar el grado de refinamiento alcanzado por la marza japonesa, hemos escogido un Mazda3 2017 2.2L Diésel de 5 puertas, que entrega una potencia de 150 CV, equipado con el paquete Luxury Safety Cuero Blanco, es un compacto que puede representar lo anteriormente citado y, por tanto, no es un coche generalista más, ni por el nivel de acabados, ni por su comportamiento en carretera.
Atendiendo al diseño exterior, no son especialmente significativos los cambios en esta actualización, y se basan en una parrilla modificada, nuevos embellecedores en las luces antiniebla, que pasan a ser de LED (de serie en los acabados Style y Luxury) al igual que en los faros delanteros (Style con Pack Visual).
Además, los espejos de las puertas incorporan luces intermitentes y el coche exhibe un parachoques trasero rediseñado. En cuanto a las llantas, tienen ahora un nuevo acabado en tono plateado.
El diseño del Mazda3 se ha basado, como ya ha sucedido con todos los últimos modelos del fabricante japonés, en el concepto "Kodo", término que significa "Alma del Movimiento", que pretende transmitir dinamismo y movimiento en cada uno de los detalles.
En el interior también los cambios son pocos: botoneras y tiradores en las puertas de mayor calidad, una moldura de salpicadero rediseñada, así como un nuevo volante de cuero.
Además, se ha incorporado el freno de estacionamiento eléctrico (de serie en los acabados Style y Luxury), que permite que haya runa mejor distribución del espacio en el habitáculo.
Mazda también ha revisado el Head Up Display -ahora en color- y el cuadro de relojes, con el objetivo de mejorar la calidad y facilidad de lectura de los instrumentos.
En cuanto al motor, tiene una cilindrada de 2.191 c.c. que se puede calificar como inusual, ya que los fabricantes están reduciendo las cilindradas a un ritmo elevado por la tecnología downsizing; una potencia de 150 caballos; un par máximo de 380 Nm desde las 1.800 rpm; una aceleración de 0 a 100 Km/h en 8,1 segundos y una velocidad máxima de 210 km/hora.
En el análisis dinámico se ha podido constatar que es un vehículo que empuja con brío y de forma muy lineal desde cualquier régimen y en el que los ingenieros de la marca han trabajado con ahínco para reducir de una forma considerable la rumorosidad del propulsor y sus vibraciones.
Así, el Mazda3 invita al conductor desde su arranque a llevar una conducción cómoda y tranquila y, si se busca la eficiencia (3,9 litros a los 100 según la marca), el coche responde, lo que supone una buena noticia para el bolsillo.
Además, si se quiere llevar a cabo una conducción dinámica y más "ligera", el coche tiene suficiente potencia en la recámara para circular más rápido.
La caja de cambios, por su parte, de seis velocidades, tiene recorridos cortos, precisos y agradables para sacar el máximo partido a este motor diésel que tan buen comportamiento aporta.
Una vez en carretera, en curva el coche va sobre raíles, con unas muy leves inclinaciones de carrocería para transmitir esa deportividad de la que Mazda hace bandera, mientras que la amortiguación filtra de manera óptima las posibles irregularidades que el conductor puede encontrar en el asfalto.
En este sentido, las revisiones de la suspensión delantera MacPherson y la suspensión trasera multibrazo se han centrado en proporcionar un mayor confort en carretera y en reducir la vibración, lo que permite mejorar el tacto de conducción.
Éste último, en general, si suman todos los elementos -volante, pedales y cambio-, es especialmente agradable y una seña de distinción ya que el automovilista, desde el primer momento, percibirá la suavidad con la que realiza todos los movimientos este Mazda3.
Esta actualización del Mazda3 también destaca por incorporar el citado G-Vectoring Control, que optimiza continuamente el par del motor repartiendo la carga en cada rueda de manera imperceptible, proporcionando una conducción precisa y un mayor confort.
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