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Pruebas Prueba del Nissan X-Trail dCi XTronic 4x4-i Tekna.
El Nissan X-Trail era un coche que tenía que seguir la estela del líder de los crossover compactos, el Qashqai, y presentar una imagen más moderna, al tiempo que debía de ganar en polivalencia y en agrado de conducción. El nuevo modelo añade justo lo que le faltaba para ser un producto redondo.
La actual generación data de 2014, pero Nissan ha llevado a cabo en 2017 una serie de modificaciones exteriores e interiores en su SUV más grande, al que también le ha añadido un nuevo motor diésel más potente.
Este propulsor de 177 CV, unido a la caja automática XTronic de variador continuo, son los ingredientes que le faltaban para ganar más cuota en el mercado español.
Y ellos dos están incluidos de serie en la unidad objeto de la prueba, en la que también forma parte del equipamiento de serie el nuevo sistema de tracción integral All Mode 4x4-i de la marca japonesa y un paquete de asistentes de conducción (denominado Escudo de protección inteligente) que le hacen más seguro en carretera.
Con el nuevo motor 2.0 dCi de 177 CV, el X-Trail se convierte en un vehículo con un comportamiento dinámico más desahogado en el que, a plena carga, las subidas pronunciadas dejan de ser un problema.
Hay que destacar que esos 177 CV no convierten al vehículo en un deportivo de carretera (la aceleración de 0 a 100 km/h la completa en 10 segundos), ni en un vehículo nervioso de reacciones.
La entrega de potencia es muy lineal gracias a la transmisión XTronic, que realiza los cambios con suavidad y sin que se produzcan tirones entre un salto y otro.
También, a diferencia de otras cajas montadas por sus competidores japoneses, no es necesario revolucionar el motor más de lo necesario para evitar caídas de potencia en el paso de una relación a otra.
La transmisión XTronic no lleva levas en el volante para hacer los cambios de forma manual. Con lo que sí cuenta es con la opción secuencial de la palanca, que se engrana desde la posición D, llevando la palanca hacia el conductor.
A partir de ese momento, se pueden subir o bajar las siete relaciones de la caja con ligeros toques hacia arriba o hacia abajo.
Cuando se opta por este manejo secuencial, lo primero que nota el conductor es que el motor sube de vueltas anticipándose a una conducción más dinámica, lo que también tiene sus consecuencias en el consumo (el homologado es de 6,7 l/100 km. y el ruido que llega al interior.
Si la caja automática hace del X-Trail un automóvil cómodo de conducir, la amortiguación también contribuye notablemente a tener esa sensación. Nissan ha conseguido darle un ajuste en el que se combina a la perfección el confort con la dureza necesaria para que el coche circule pegado al asfalto sin resultar duro para el día a día.
Absorbe, sin castigar a los pasajeros, tanto los firmes en mal estado, como las pistas rotas. Y es que no hay que olvidar que la unidad probada cuenta con el sistema de tracción All Mode 4x4-i, que dispone de tres posiciones: 4x2 (cuando el firme está seco) Auto (en función del estado de la carretera elige automáticamente si envía solamente el par a las ruedas delanteras o bien lo reparte entre los dos ejes) y Lock (para terrenos más resbaladizos).
A pesar de ser un coche de casi 4,70 metros de largo, no es un vehículo torpe en curva, aunque, como es lógico en los SUV grandes, las inclinaciones de la carrocería son apreciables si se entra un poco descolocado.
Donde se siente más cómodo es en carreteras abiertas y rápidas, donde se puede apreciar el carácter noble de este vehículo, que Nissan dirige a las familias con vocación aventurera y, por tanto, no muy amigas de las prisas o de llegar las primeras a los sitios.
Por ese carácter familiar es por el que Nissan ha dotado al X-Trail de una polivalencia muy parecida a la de un monovolumen.
El espacio dentro es muy amplio tanto para los pasajeros como para el equipaje -la unidad probada no cuenta con el opcional de las siete plazas por lo que ofrece 445 litros y rueda de repuesto-.
Como vehículo funcional que es, dispone de desplazamiento longitudinal (en una proporción 60:40) de la banqueta trasera. Con la simple operación de desplazar hacia delante los asientos traseros se ganan fácilmente litros para el maletero.
Delante es fácil adoptar una posición cómoda para largos desplazamientos. Al conductor todo le queda a mano, mientras que el copiloto cuenta con espacio suficiente para las piernas.
Los que viajen detrás -el acceso es fácil por el amplio grado de apertura de las puertas- también gozarán de espacio suficiente para cabeza y rodillas. Con el techo panorámico y practicable las personas altas tampoco rozan con él, lo que es de agradecer, así como la gran luminosidad que da.
Los materiales están bien rematados -en el acabado Tekna la moldura del centro del salpicadero está acabada en simil cuero con doble costura- y dan sensación de calidad.
En cuanto al diseño exterior, el X-Trail es un SUV que ha abandonado las formas cuadradas de su antecesor para ofrecer ahora una líneas más redondeadas y musculosas.
En la vista frontal sobresalen la parrilla en forma de V, que consta de una parte cromada que rodea el emblema de la marca; los amplios faros de Led y la protección de los bajos.
La vista lateral ofrece una imagen dinámica y esculpida, con una línea de hombros alta que protege a los ocupantes y unos pasos de ruedas y talorenas marcados que refuerzan su imagen SUV.
La trasera, con el protector de bajos, un portón amplio -en la unidad probada de accionamiento eléctrico- y un pequeño alerón de techo, también está en línea con lo demandado por el cliente de un todocamino.
En definitiva, Nissan ha mejorado notablemente el comportamiento de este SUV de hasta siete plazas que está dirigido a un público amplio -familiar o sin descendencia que necesita espacio para practicar sus deporte al aire libre-.
Como elemento diferenciador respecto a otros todocaminos está la transmisión a las cuatro ruedas, que facilita mucho la salida fuera del asfalto y que está basada en la experiencia de un marca que siempre ha estado ligada al 4X4 con el afamado e incombustible Patrol, al que siguió más tarde el Pathfinder.
El relevo ahora dentro de la marca corresponde a los croosover: el pequeño Juke, el compacto Qashaqai y el hermano mayor X-Trail.
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