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En términos golfísticos "emboscado" es aquel jugador que juega mucho más de lo que dice su clasificación en el ránking general y algo parecido es lo que sucede tanto con Bastianini como con Aleix Espargaró. En el caso del primero porque al estar en un equipo privado pocos son los que al principio de la temporada pueden pensar que vaya a estar peleando por la victoria y el título mundial, y en el caso del segundo porque a pesar de los resultados nadie daba demasiado en las casas de apuestas por el dúo que forma con Aprilia.

Enea Bastianini suma ya tres victorias de siete posibles y aunque el resto de resultados lo sitúan más abajo, lo cierto es que ocupa la tercera posición en la clasificación del mundial por delante de muchísimos pilotos oficiales.

Para Aleix Espargaró, que sí es piloto oficial, de Aprilia, la situación es distinta pero, en realidad, mucho mejor, pues cuenta con el respaldo directo del fabricante de Noale y casi nadie daba mucho por sus opciones de estar arriba en un campeonato del mundo de MotoGP que cada temporada que pasa es más competitivo.

Y lo cierto es que Espargaró y Aprilia ya suman cuatro podios, una victoria y tres terceros, son líderes en la clasificación de equipos y eso es algo que nadie se esperaba, máxime cuando han demostrado que su prototipo RS-GP va bien prácticamente en todo tipo de circuitos, lo que hace todavía mucho más meritoria la situación del de Granollers con la fábrica sita en el Véneto.

Por delante de ellos continúa el francés Fabio Quartararo, que acabó muy disgustado la carrera francesa, en la que cuando menos quería estar sobre el podio para celebrarlo con los miles de aficionados que asistieron a la prueba, nada menos que 110.000 en la jornada del domingo y 225.000 a lo largo del fin de semana.

Pero Quartararo no lo pudo celebrar al acabar cuarto, aunque con el mérito de que fue con diferencia el mejor piloto de Yamaha puesto que su compañero de equipo, el italiano Franco Morbidelli, acabó en la decimoquinta plaza, con los dos pilotos de la escudería satélite, el italiano Andrea Dovizioso y el surafricano Darryn Binder, por detrás de él.

Eso deja claro que la Yamaha YZR M 1 no está al nivel del resto de marcas de la competición y todo lo que le falta a la moto lo pone un Fabio Quartararo que, por ese motivo, acabó muy disgustado la carrera de Le Mans.

Más o menos en la misma situación, aunque en su caso se juntan algunos factores más, acabó el español Marc Márquez, el mejor de los pilotos de Honda.

Márquez situó su Repsol Honda en la sexta posición final en Le Mans, poco habitual para él, pero como muy bien ha explicado en no pocas ocasiones, por ahora son las posiciones con las que se debe conformar, pues a sus problemas físicos se une un bajo rendimiento de la moto que podría acabar costándole el puesto al jefe del proyecto japonés, Takeo Yokoyama.

No pudo hacer más el ocho veces campeón del mundo, que dejó por detrás a Takaaki Nakagami, su compañero Pol Espargaró y su hermano Alex Márquez.

Quienes no parecen tener ningún problema a nivel técnico son los pilotos de Ducati, que parecen haber encontrado el camino a seguir tanto para el prototipo de 2021, que funciona a las mil maravillas en las manos de Bastianini, como con el de 2022, pues salvo por las caída, tanto Bagnaia como Miller estuvieron cerca de la cabeza de carrera, como también el francés Johann Zarco, quinto, y el español Jorge Martín, hasta que se fue por los suelos.

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